No fue rival. Desde el primer minuto el Real Madrid marcó las enormes diferencias que tiene con respecto a muchos equipos del mundo, especialmente ante uno tan mediocre como este Real Betis. Goleada al ralentí, sin despeinarse. Lógicamente, la derrota en el Bernabéu se esperaba, pero si ante el Villarreal se habló muchísimo de que el Betis compitió por encima de lo esperado, hoy, en Madrid, pues ha sido todo lo contrario.
Pepe Mel decidió taparse un poquito de salida. Una alineación inicial pensando en cómo contrarrestar las acometidas de los numerosos jugadores ofensivos que junta el Real Madrid todos los domingos sea quién sea su entrenador y su estilo de juego. Es imposible ser defensivo con Benzemá, Bale, Ronaldo, James, Modric, Marcelo, incluso Danilo... Y Mel decidió pues prescindir de un delantero, de Jorge Molina, para incluir a Dani Ceballos como tercer centrocampista por el medio. También prefirió reforzar el costado izquierdo con Molinero de lateral y Vargas por delante. El plan no funcionó ni dos minutos. Literal. James se movió precisamente por ese lado, y sin marca dibujó un pase perfecto para que Bale rematara sin oposición, demostrando que él es muy bueno y que los centrales del Betis, todos, al menos de momento, son de bajísimo nivel. Bruno y Pezzella, jamás pudieron ni con Benzemá ni con los llegadores.
Se ponía la cosa feísima porque el Madrid jugaba a placer, gustándose, quizá demasiado. Y Adán hizo algunas paradas y el Madrid poco a poco se relajó, para que se viera un poco de Betis, pero muy poco Betis. En una fase de esa primera parte más tontona, más igualada, si se puede decir esa barbaridad tratándose de dos equipos tan desiguales, llegó un segundo tanto madridista, en una falta directa que se inventó el árbitro de James, el hombre del partido, que se movía muy libre y sin poder ser parado ni por fuera ni por dentro. Pudo y debió Rubén acortar distancias antes del descanso, porque una muy buena jugada colectiva con mejor pase de Molinero tuvo que ser gol del que nunca falla a su cita con el gol, menos en esta ocasión. Error imperdonable para cualquiera, más para un tipo tan bueno como Rubén, aunque el cuestionado Keylor Navas estuviera muy vivo. Con esa sensación tan mala se fue el Betis al vestuario.
Mel decidió darle un giro a la cosa en la caseta. Deshizo la versión más conservadora para meter a Jorge Molina y retrasar a Vargas. El sacrificado, pues el superado Molinero. Tampoco fue bien. Otra jugada por fuera del Madrid en el primer minuto de la segunda mitad acabó en gol de cabeza de Benzemá también libre de marca. Muy parecido a lo de la primera mitad, calcado casi. El plan B tampoco se daba bien. El Madrid se desmelenaba y James, de chilena, hacia el cuarto con todo un mundo por delante y con Cristiano con la cara descolgada en busca de goles, de su alimento. Adán se lo impidiío una y otra vez. Mel, con todo más que perdido, trato de darle más solidez a su centro del campo con el cambio Ceballos-Digard. No había ya manera de frenar la cosa, sólo que el Real Madrid quisiera parar por relajación. Y eso que el árbitro se portó como un campeón pitando un penalti de aquella manera sobre Molina. Rubén, en su peor día, lo falló, porque la parada de Navas fue buena, pero los penaltis se fallan, no se paran. Cuando parecía que el Madrid, menos Ronaldo, se conformaba, llegó un último gol, golazo de Bale, para hacer más sangre, la que se mereció este Betis al que hay que reforzar y mejorar desde la dirección deportiva y desde el banquillo.
Real Madrid (5): Keylor Navas; Danilo, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Modric (Kovacic, minuto 74), Kroos (Casemiro, minuto 63), James; Cristisno Ronaldo, Bale y Benzema (Isco, minuto 53).
Real Betis (0): Adán; Piccini, Pezzella, Bruno, Molinero (Jorge Molina, minuto 46); Cejudo, Xavi Torres, N’Diaye (Petros, minuto 80), Vargas; Dani Ceballos (Digard, minuto 53); Rubén Castro.
Goles: 1-0, minuto 2: Bale. 2-0, minuto 37: James. 3-0, minuto 47: Benzema. 4-0, minuto 49: James. 5-0, minuto 88: Bale.
Árbitro: Hernández Hernández, canario. Amarillas para Kroos, Vargas, Molinero, Varane, Xavi Torres y Casemiro.
Pese a encajar cinco tantos, el portero del Betis destacó entre sus perdidos compañeros.
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