1ª División (2015/2016) > Jornada 6

Adán sostiene y Rubén apuntilla

No se ha inventado otra forma de olvidar una derrota en el fútbol que ganar el siguiente partido. Lo logró el Betis en El Molinón en un encuentro extraño, jugado muy a ráfagas, que igual apuntaba por momentos a derrota inapelable que parecía que a ratos el Betis lo remataría sin agobios. Pasó lo segundo. Y pasó lo segundo porque, además del espíritu colectivo que nunca debe faltar, los de Mel tiraron de dos de sus mejores jugadores, Adán y Rubén Castro. El portero hizo lo que se le pide a cualquier meta de nivel: dar puntos. Los tres de El Molinón le pertenecen, pues Adán estuvo atento, sostuvo momentos de pájara y firmó no menos de tres intervenciones decisivas. El repertorio fue amplio: estética estirada a mano cambiada en la primera parte, aplomo en el mano a mano para desviar la pelota con la pierna, estirada por bajo a tiro raso de Jony... En Adán encontró el Betis ese portero que todo grupo necesita para resistir en los días en los que cuesta ganar, que son muchos.

El segundo elemento destacado fue Rubén Castro, una vez más. Tocó muy pocos balones, apenas participó en el juego, pero su fútbol destiló un aire devastador para el rival. Los grandes delanteros son así. Cedió el primer gol de sutil toque de cabeza a Joaquín, que también ayudó lo suyo y completó un buen encuentro. El extremo colocó el balón con decisión al lateral de la red. Con el Sporting cayendo, y sin que el encuentro tirara ni para un lado ni para el otro, Adán sacó en largo, el defensa dudó, Rubén Castro metió el cuerpo de pillo, lo desequilibró y la pelota se le quedó en carrera para ir hacia la portería. Rubén lanzó un disparo desde fuera del área que primero tocó en el larguero y luego bajó a la red. Golazo.

Todo lo vivido en la primera parte quedó en poca cosa tras este gol. El Sporting comenzó enérgico y muy dinámico. Simplemente por ritmo arrolló al Betis, que se vio sorprendido ante esos desconocidos futbolistas que entraban por todos lados. El 1-0 al descanso fue lo mejor, pues el Betis estaba vivo y arriba tiene más. En el momento que el físico local bajó y que, es de suponer, Mel ordenó aparcar la caraja y apretar de verdad, entonces salió el mayor nivel verdiblanco. En los metros finales no hubo color entre uno y otro. Así que mucha igualdad en todo, partido que si queda empate tampoco pasa nada, y resuelto por dos elementos claves en las áreas. Un portero que a veces hace cosas raras pero que al Betis le viene de maravilla, y un fenomenal delantero camino de terminar de nuevo con otra gran marca. Pocas intervenciones y todas decisivas. Rubén Castro, en definitiva.

Sporting de Gijón (1): Alberto García; Lora, Luis Hernández, Meré (Pablo Pérez, min. 81), Isma López (Guerrero, min. 61); Jony (Muñiz, min. 75), Sergio, Cases, Menéndez; Halilovic y Carlos Castro.

Real Betis (0): Adán; Piccini, Bruno, Westermann, Varela; N'Diaye; Joaquín (Jorge Molina, min. 77), Dani Ceballos (Petros, min. 70), Cejudo (Xavi Torres, min. 87), Portillo; y Rubén Castro.

Goles: 1-0, min. 17. Carlos Castro. 1-1, min. 46: Joaquín. 1-2, min. 57: Rubén Castro.

Árbitro: Juan Martínez Munuera (valenciano). Amonestó al local Cases y al visitante N’Diaye.

Adán

Paradones y el mejor futbolista de su equipo en Gijón, junto a Rubén Castro y Joaquín.