1ª División (2016/2017) > Jornada 8

Para ir buscando entrenador

El Betis 'regaló' otro bochorno a sus aficionados. El Madrid puede y debe ganar ante equipos de este nivel de diez veces, nueve. Pero irse al descanso 0-4 es no haber salido ni a calentar. Es haberse quedado en el vestuario ante la superioridad manifiesta de un grande que espantó su crisis con un baile de salón. Por no haber, no hubo ni ese clásico cuarto de hora inicial en el que el equipo local, con su gente empujando y las fuerzas intactas, aprieta y provoca algún centro, un par de córners... Nada. Desde que pitó el árbitro se detectó que la noche era de baño y masaje para el Madrid. Tampoco se vio demasiado trabajado el partido por parte de Poyet, entrenador que cada partido que pasa parece más perdido. Piccini quedó sometido a un tormento ante Cristiano y Marcelo. Alineó a tres mediocentros de más chasis para nada, pues el Betis no robó ni un balón. Una vez más, el fútbol demostró que acumular mediocridad, sea en la zona que sea, no arregla ningún problema. Los centrales volvieron a ser la perita en dulce que quiere toda delantera. No digamos una de tronío como la del Madrid. Y, por esa manía de desplazar al mejor de su zona natural, la presencia en el área quedó reducida a cero.

Éste fue el plan de Poyet, por cuya labor quizás haya que empezar a pensar que igual este resultado no es malo a largo plazo. Conviene ir mirando el mercado de entrenadores, pues Poyet, a parte de no entender los pitos de la grada, quejarse de los árbitros y porfiar con los periodistas, no da una. Tampoco le ayuda una plantilla de cuyo nivel no es que se dude, es que ya hay certezas. Por ejemplo, con el centro de la defensa y el mediocentro confeccionados, el Betis obligatoriamente sufrirá en todos los partidos. ¿A qué queda reducido, pues, este equipito? A Joaquín, únicamente a Joaquín. Que sí, que perdió un balón clave en el segundo gol del Madrid, pero que fue el único que pareció, porque lo es, un futbolista de verdad.

En realidad, tras un 0-4 al descanso, poco podía hacer ni Poyet ni nadie. Al menos algo de más garra, menos era imposible, sí que emplearon los futbolistas en el segundo tiempo. Con Rubén Castro por el centro, algunos ataques cobraron sentido. Una buena dejada del canario sirvió para que Cejudo marcara al poco de comenzar la segunda mitad. Bueno, al menos pintaba de otra forma la broma, dentro de que el partido estaba perdido, por supuesto. Todo era para nada, pues el Madrid, de haber querido, hubiera marcado once o doce goles. Isco aplacó el ímpetu del Betis en la segunda parte, que tampoco es que fuera un vendaval, con un golazo de tiro a la escuadra. A partir de ahí se sucedieron los minutos tontos de cualquier encuentro resuelto. El Betis correteó como pudo y el Madrid dosificó sus ataques pensando en futuros compromisos. O ni eso. Simplemente, no vio rival. El interés se centró ya más en la grada, fría hasta que un grupo gritó "¡Poyet, vete ya!" Realmente, no dan ganas de dejarlo en el cargo mucho tiempo. Tampoco en esto hubo acuerdo. Unos gritaron, otros censuraron el cántico. Bienvenidos al Betis, el reino de la confusión. 

Real Betis (1): Adán, Piccini, Mandi, Pezzella, Durmisi, Petros, Jonas Martin (Dani Ceballos, minuto 67), Brasanac (Álvaro Cejudo, minuto 46), Joaquin, Aléx Alegria (Zozulya, minuto 46) y Rubén Castro.

Real Madrid (6): Keylor Navas, Carvajal, Pepe, Varane, Marcelo, Kroos, Kovacic (Lucas Vázquez, minuto 65), Isco, Cristiano Ronaldo, Benzemá (Morata, minuto 75) y Bale (Marco Asensio, minuto 80).

Goles: 0-1, minuto 3: Varane. 0-2, minuto 33: Benzemá. 0-3, minuto 40: Marcelo. 0-4, minuto 45: Isco. 1-4, minuto 55: Álvaro Cejudo. 1-5, minuto 63: Isco. 1-6, minuto 78: Cristiano Ronaldo.

Árbitro: Gil Manzano, extremeño. Cartulinas amarillas para Isco, Pezzella, Álvaro Cejudo, Zozulya y Petros. 

Joaquín

En partidos como éste, ante derrotas tan hirientes, conviene tirar del honor de Joaquín, el único que intentó algo.