1ª División (2017/2018) > Jornada 10

Quique Flores fue el más listo

A lo largo de una temporada llegan las noches tontas. No una ni dos. Varias. Así cabe calificar la de Cornellá. El Betis no le cogió el aire al encuentro en ningún momento. Lo que hasta ahora había sido un equipo ágil, con gracia y peligro, se convirtió en un grupo tristón, lento y sin ideas para meterle mano a su rival. Desde los primeros minutos se vio que no era la noche. Casi que había que poner el punto a buen recaudo, pues pasaban los minutos y a Pau López no había forma de probarlo. Tampoco es que Adán interviniera mucho, pero el Espanyol sí tuvo las ideas claras. No es poca cosa para ganar un partido. Apretó y asumió que lo primero era neutralizar la circulación de pelota del Betis. Logrado tal objetivo, ya llegaría lo demás. Es decir, su majestad el gol.

Las noches tontas tienen una explicación, no caen del cielo ni hay un motivo esotérico que las justifique. La de Cornellá está directamente relacionado con el buen planteamiento de Quique Flores. No es que hiciera nada del otro mundo, ni nada que no se supiera. O quizás sí, pues durante muchos minutos, el Espanyol, lejos de encerrarse, fue a buscar al Betis a su campo. Se trataba de no permitir el control y giro de los que saben jugar. Más antiguo que el hilo negro. Pero era justo lo que había que hacer. Siempre surgió una pierna dura periquita que provocaba la imprecisión del Betis. Sin el criterio para tocar y avanzar, mala cosa. La única vez que lograron encontrarse los verdiblancos llegó el disparo al larguero de Fabián. Chutó con maneras de futbolista caro. Los béticos de la novena provincia ya cantaban lo que parecía gol desde que salió de la bota del palaciego. En el área de Adán, la actividad fue un remate de cabeza de Gerard a la salida de un córner. Otras veces se ha ido el Betis al descanso nublado y luego en la segunda mitad se ha hecho la luz. Esta vez no varió lo más mínimo el partido. El Espanyol ya no iba tan fuerte arriba, pero se puso en otro modo que domina perfectamente, el de no dejar metros e impedir el correcalles que siempre favorece a quien tiene pegada. Es decir, al Betis. Realmente, parecía un encuentro de cero a cero. La calidad de Gerard lo impidió. Buen futbolista, de los que cualquier equipo con aspiraciones debe fichar. Recogió un centro que no llevaba peligro de no ser porque Jordi Amat y Mandi se abrieron. Gerard carga rápido en el área. Una vez controlado el balón, ahí había veneno. Tal y como estaba el partido, el gol pesó. Los equipos con empaque también se miden por su poder de reacción. Ni rastro del mismo. Los cambios no surtieron efecto. Solo Sergio León hizo lo suyo, ponerse de gol una vez y disparar con mala uva. Pau López, en plan porterazo, evitó el empate. Los otros dos, Campbell y Boudebouz, no aportaron nada. El partido se le fue a un Betis que jugó siempre al msmo ritmo. Su aire monótono sólo dio para algún centro lateral defendido perfectamente por los defensas del Espanyol, que no tuvieron ni un fallo en toda la noche. Normalmente los entrenadores tienen menos incidencia en el partido de lo que se piensa. Esta vez, un Quique le dio un repasito al otro.

RCD Espanyol (1): Pau López, Víctor Sánchez, David López, Hermoso, Aarón, Darder (Diop, minuto 85), Javi Fuego, Piatti (Sergio García, minuto 66), Jurado (Melendo, minuto 79), Leo Baptistao y Gerard Moreno.

Real Betis (0): Adán, Barragán, Mandi, Jordi Amat, Tosca, Javi García, Guardado, Fabián (Boudebouz, minuto 69), Joaquín, Nahuel (Joel Campbell, minuto 76) y Sanabria (Sergio León, minuto 62).

Gol: 1-0, minuto 57: Gerard Moreno.

Árbitro: Iglesias Villanueva, gallego. Amarillas para Barragán, Jordi Amat, Víctor Sánchez, David López, Nahuel, Joaquín y Guardado.

Adán

Una parada clave a remate de Gerard en la primera parte. Fuslidado en el gol.