1ª División (2017/2018) > Jornada 19

El guion soñado se hace realidad

Días felices en Heliópolis. Costó lo suyo doblegar al Leganés, que parecía con todo perdido pero que poco a poco fue metiéndose en el partido hasta vender cara su piel. Cuenta el Betis esta temporada con una virtud que es oro: la pegada. Necesita muy poco para hacer gol. En la primera parte, agradeció gentilmente los regalos del Leganés. Dos llegadas, dos goles. Dos ocasiones, dos golpes. Así se gana un partido. En la recta final, cuando el partido no estaba para nadie, Amrabat sacó su brazo excesivamente y el penalti cayó por su propio peso. No pudo tener mejor regreso Rubén Castro, que transformó en gol la pena máxima. Un triunfo que da continuidad a la fiesta vivida tras el derbi. Definitivamente, ha vuelto el optimismo. 

Realmente, el partido fue muy regularcito. Salió el Betis tocando aunque sin excesiva profundidad. El Leganés plantó el autobús. Se le pinchó muy pronto. El tiempo que Dos Santos, en un pase comprometido de Raúl García, le echó una carrera imposible a Sergio León. Ya estaba lesionado el central. Definió mal el delantero, pero ahí estaba Tello, el otro hombre gol, para rematar. El 1-0 abría el partido, aumentaba más si cabe la inmensa felicidad que ahora se respira en Heliópolis. El Leganés se quedó sin plan. El segundo tanto pareció rematarlo. De un simple pase en largo de Adán surgió el segundo tanto. Joaquín recogió el servicio, se puso delante del Pichu Cuéllar y tiró sin mucha colocación pero con potencia. La noche pintaba en festival. Se heló algo el ambiente cuando Gumbau, de un gran disparo, acortó distancias. Quedaba partido.

En la segunda parte el Betis tampoco se impuso. Estuvo bastante desdibujado. Apenas creaba peligro. Le costaba superar a un rival que ya sí se lo creía. Mucho más tras el segundo tanto. Cayeron los dos goles en contra marca de la casa. Es la lacra no cesa. Mientras resuelva el problema marcando uno más... Todo quedaba supeditado al arreón final, que a buen seguro llegaría. Y probablemente en uno de los ataques más intrascendentes, llegó el penalti de Amrabat. Gesto extraño del extremo. Imposible que el árbitro no lo viera. Ya estaba Rubén Castro en el campo. Era la vuelta soñada. El Betis encontró la jugada que lo sacó de un juego un tanto indefinido. Estuvo espeso en todo momento, pero también tiene su mérito resolver este tipo de encuentros que parecen ganados y luego no lo están. Era el día para resolver y seguir creyendo. Nada más y nada menos. Quizás gozó de cuatro oportunidades y un tres como un castillo lució en el marcador. Garantía de lograr muchos puntos a final de temporada. Tras un derbi para la historia, el Betis adquiere el mejor hábito: ganar. El año invita a pelear por Europa. No hay nada que temer, ni ningún muro insalvable.

Real Betis: Adán, Durmisi, Jordi Amat, Javi García, Francis (Tosca, minuto 90), Fabián, Guardado, Boudebouz (Camarasa, minuto 65), Joaquín, Tello y Sergio León (Rubén Castro, minuto 74).

CD Leganés (2): Cuéllar, Bustinza, Raúl García, Mauro Dos Santos (Mantovani, minuto 24), Zaldua, Brasanac (Gabriel, minuto 61), Eraso, Gumbau, Omar Ramos (Beauvue, minuto 85), Amrabat y Guerrero.

Goles: 1-0, minuto 20: Tello. 2-0, minuto 39: Joaquín. 2-1, minuto 44: Gumbau. 2-2, minuto 71: Eraso. 3-2, minuto 83: Rubén Castro, de penalti.

Árbitro: Iglesias Villanueva, gallego. Amarillas para Boudebouz, Eraso, Cuéllar, Gumbau y Durmisi.

Joaquín

Partidazo del portuense. También podría venir a este recuadro Rubén Castro por marcar el gol decisivo en el momento decisivo.