Fallece el irrepetible ex consejero Pepe Gandul Alcántara
Paco Cepeda 31/10/2024 |
Se nos ha ido un grande, un señor del fútbol de toda la vida. Llora el Sevilla, llora Montesión y muchísima gente más por toda Andalucía, pero sobre todo lo hace la entrañable familia de don José Gandul Alcántara, querido Pepe. Ya no tendremos los periodistas que pudimos disfrutarlo su vaticinio sobre la temporada del Sevilla FC. Se equivocaba dos o tres puntos a lo sumo. Lo mismo alguien de su casa le coge el testigo, pero no será tan certero.
José Gandul fue directivo del Sevilla con Luis Cuervas, y luego consejero, primero con Roberto Alés García, otro grande, y con José María del Nido Benavente. Mucha gente no lo sabe, pero gran parte de la filosofía del cambio del Sevilla ganador obedece a una manera muy sevillana de decir las cosas de fondo de Pepe. Gandul, con socarronería pero más en serio que todas las cosas, dijo en alguna reunión de consejo, después de alguna decepción copera, que se tenían que cambiar los estatutos del club para que todos los entrenadores, todos, se grabaran a fuego que era "obligatorio" pelear por los torneos cortos, él se refería a la Copa del Rey. Y no se equivocaba, el Sevilla se ha hecho mayor y ganador en los torneo cortos, sobre todo en Europa.
Pepe Gandul era canterista, mucho, pero sin regalar nada a nadie por esa condición. Los técnicos del club le temían como a una vara verde pero lo consideraban entrañable y respetaban su criterio, porque lo tenía y bien fundamentado. Gandul hablaba de fútbol, sí de fútbol, a los profesionales también, algo muy común hace un par de décadas y que ahora está prohibido. Guardiola le ha hecho mucho daño al fútbol con su manera de jugar, la frase de dejen trabajar a los profesionales, en el fútbol, también.
Se podrían escribir mil anécdotas de ese marido, padre y abuelo de excepción, pero desde Muchodeporte lo único que deseamos es que toda su gente lleva la ausencia con la mayor entereza posible y mostrar nuestras profundas condolencias porque se nos ha ido un crítico incansable que nos obligaba a ser mejores y un señor de los pies a la cabeza.