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El ataque del Sevilla: estadísticas, decisiones y etiquetas

Javier Santos
Javier Santos
10/12/2019

Los datos en el deporte sirven para explicar muchas cosas. Es más, rebuscando entre las estadísticas se puede llegar a encontrar la justificación de casi cualquier teoría. Sin embargo, hay números que son más elocuentes que otros. Repasadas la mayoría de cosas positivas de este Sevilla, hay dos temas de conversación recurrentes en las tertulias de sevillistas a modo de preocupaciones: un ramalazo defensivo del entrenador que aparecería demasiadas veces y una preocupante falta de pegada que choca con temporadas anteriores. Con el Sevilla tercero en la tabla y cuatro puntos por encima del cuarto, el primer aspecto debería preocupar muy relativamente, sobre todo cuando la historia se empeña en mostrar que los equipos que mejor defienden son los que acaban en puestos más altos en una Liga. No obstante, las estadísticas de estas 16 jornadas dicen que el equipo de Lopetegui es el cuarto que más ha rematado: 165 veces. Sólo Real Madrid (207), Villarreal (182) y Osasuna (167) lo superan.

Se defendió hace poco el técnico sevillista ante esa etiqueta de conservador recalcando otra estadística: que el Sevilla era el equipo de la Liga que más veces pisaba el área rival. Tan cierto como que ese dato, enlazado con el de goles marcados, nos coloca en bandeja la otra preocupación generalizada: la pegada. El equipo nervionense es el 10º de la Liga en goles a favor (20). Si es el cuarto que más remata y es el 10º que más marca, existe un evidente desequilibrio que le ha llevado a resultados muy ajustados en casi todos los encuentros y a finales de partido muy defensivos. Preocupación también relativa pero quizás más justificada. Los tres sevillistas más insistentes ante las porterías rivales son De Jong (29 remates), Ocampos (26), Nolito (18) y el Chicharito (12). La puntería es poca: dos, cinco, dos y un gol, respectivamente.

Si bien dichos números no deben ser soslayados, pues indican una debilidad que debe ser atendida, la estadística general es demoledora: con 20 goles a favor y 15 en contra el Sevilla ha sumado 31 puntos. Y esa es la que le vale a un Lopetegui que sí prioriza la defensa, sobre todo cuando el marcador le es favorable, circunstancia que ha sucedido en la inmensa mayoría de los partidos del Sevilla. Hay dos tipos de Sevilla, el que no va ganando y pisa mucho el área rival y remata muchas veces, y el que sí lo está haciendo (sólo ha ido por detrás en el marcador ante Real Madrid y Barcelona, amén de los minutos finales en Eibar), da un paso atrás, junta líneas y minimiza tanto el ataque del rival como el suyo propio.

La conclusión, números y sensaciones en mano es que el Sevilla sale en tromba en cada partido, atacando mucho hasta que marca y se coloca por delante en el marcador (salvo ante Madrid y Barcelona lo ha conseguido siempre), para luego minimizar riesgos atrás. Esa apuesta defensiva es la que lleva a Lopetegui a darle tantos minutos a De Jong en detrimento de los otros delanteros y la que facilita que se le cuelgue la etiqueta de entrenador defensivo a modo de queja. Una decisión que limita indudablemente el rendimiento ofensivo, pues el contragolpe sin jugadores veloces es muy poco dañino. La falta de puntería de sus atacantes lo intensifica todo aún más. Una apuesta que le genera críticas pero también muchos puntos: marcar menos que otros años pero recibir aún menos que en el pasado probablemente sea un camino más feo pero que lleve más lejos.