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30 de marzo de 2006: posiblemente, la primera señal hacia la gloria

José Antonio Jiménez
José Antonio Jiménez
29/03/2020

El Sevilla FC remontaba poco a poco el vuelo en el campeonato de la regularidad tras un arranque de curso que casi le cuesta el puesto a Juande Ramos. Sin embargo, el recuerdo de la eliminación copera ante el Cádiz era la excusa perfecta para que el sevillismo no estuviera del todo contento. Nadie pensaba que Europa podía ser el camino que lo cambiara todo, pese a haber dejado en el camino en octavos a un conjunto rebotado de la Champions como el Lille. La ida de los cuartos de final de la Copa de la UEFA ante el Zenit no levantó demasiada expectación. Que todo se pudiera decidir en Rusia era otro matiz de peso para que pocos auguraran que su equipo alcanzaría unas históricas semifinales.

El Zenit llegó con una delantera temible: Kerzhakov y Arshavin. Con Malafeev en la portería, Radimov, Denisov… Nombres que imponían respeto. El duelo inmediatamente después ante el eterno rival abría el debate sobre qué priorizar. Hace catorce años, ganar o perder un derbi pesaba lo suyo por Nervión. Eso en parte explicaba el once por el que apostó Juande Ramos ante los rusos: Palop; Martí, Escudé, Javi Navarro, David Castedo; Fernando Sales, Renato, Jordi López, Adriano; Kanouté y Saviola. Ausente Dani Alves, en el banco Maresca y Luis Fabiano… Pocos daban un duro por los hombres del técnico castellano-manchego.

Con el partido en marcha, el dominio fue de los locales. De hecho, Saviola no tardaba demasiado en poner el 1-0 en el marcador. Lástima que al filo del descanso Kerzhakov hiciera el tanto del empate. La segunda mitad arrancaba igual que la primera, con gol del Sevilla FC. Martí, en el 54' y de penalti, adelantaba de nuevo a un conjunto que no sabía si buscar el tercero o disputar la vuelta con una renta tan escasa. Que los rusos se quedaran con uno menos con más de media hora por delante (roja directa a Hagen en el minuto 56) permitía soñar con una nueva diana que allanara el camino en la otrora Leningrado. Cuando todo estaba encaminado a una vuelta muy pareja, doce minutos de locura dieron otro cariz a la eliminatoria. Saviola lograba el 3-1 en el minuto 80. Arshavin dejaba a sus compañeros con nueve sobre el césped tras ver una segunda amarilla en el 89', cartulina que mermaba al Zenit para la vuelta. Adriano, en el minuto 92', convertía el duelo del 6 de abril en histórico para el Sevilla FC. Un 4-1 era un resultado de peso para pensar que las semifinales estaban en el bote.

Una semana más tarde, el Sevilla FC logró el objetivo. Ofreció en exclusiva en su televisión un pleito histórico, disputado en un ¿césped? en lamentables condiciones. El tanto de Kepa sentenciaba ya en la segunda mitad, dejando en nada el gol del coreano Young-Min en los albores de la segunda mitad, cuando la remontada rusa todavía era posible. Daniel Alves, que falló un penalti, terminó jugando de delantero centro. El fallo del brasileño impidió que los hombres de Juande ganaran el choque. La antesala al título de Eindhoven fue el Schalke 04.

Días más tarde, el Sevilla perdió en el Villamarín (2-1 para los anfitriones, con el golazo de la victoria obra de Varela). Perder un derbi siempre duele, aunque con tanto ya en juego importó menos en aquel momento.