Bandera de nuestros viejos

Javier González-Cotta 04/04/2020

Más allá de la llamada particular por coronavirus, la muerte no deja de hacer su antiguo y meticuloso trabajo de siempre. Hay gente que sigue muriendo, pero lo hace fuera de foco. Quiere decirse que son gente que fallece porque su hora ha llegado, pero sin el código de barras de “muerto por coronavirus”. Murió esta semana Goyo Benito, el temible defensa del Real Madrid. No tenemos simpatía alguna por el Real Madrid, pero el leñero, leñerísimo Goyo, forma parte de la educación sentimental del fútbol.

Ha muerto también esta semana el socio número 2 del SFC, Vicente Jiménez Velasco, socio de platino tras más de 75 años afiliado al club. Se hizo socio en 1942, cuando Europa libraba otra guerra mundial y en España se pasaba hambre y, a la vez, se hacía la larga digestión de la Guerra Civil con los interminables fusilamientos. Recuerdo a este hombre, don Vicente, carnicero de toda la vida en el mercado de calle Feria. Y lo recuerdo ya jubilado, sentado en la Bodega Norte de la Alameda de Hércules, frente al plasma, donde más de una vez hubo un conato, fallido finalmente, de formar una peña sevillista alamedera.

Otras veces lo veía en el Central, sentado también frente a la gran pantalla caliza de la pared, donde se emiten los partidos en este bar de café y copeo (el mismo que tanto nos ha visto abrevar en su barra, llegando a veces, lo admitimos, a cierta falta de compostura). A veces solía saludar al socio platino y departía brevemente sobre su salud, sobre el equipo, sobre la vida tan lenta como pasajera. Coincidimos en alguna que otra final de la Europa League (¿la segunda copa?, ¿la tercera?, ¿la cuarta?, ¿la quinta ?). Pero yo prefiero recordarlo algún que otro domingo de invierno en hora tardía y a veces lluviosa.

Quede aquí escrito el modesto prontuario de este hombre, que se hizo socio de nuestro equipo en 1942. Le cambiamos el título de la película de nuestro venerado y viejo favorito más allá de la mar océana, Clint Eastwood. Porque don Vicente Jiménez Velasco es parte de la Bandera de nuestros viejos, del sevillismo de los antiguos. Esta semana, pandémica y luctuosa como las demás, el presidente Castro llamó por teléfono al socio número 1, don Domingo Muñoz. Forma parte de la campaña que el SFC está realizando para recordar y cuidar ahora más que nunca a quienes hoy siguen portando la gran Bandera de nuestros viejos. Desde el club se emiten vídeos y se charla con los veteranos y dorsales de leyenda sobre los que flamea, como sobre todos nosotros, la gran oriflama blanca y roja. De Campanal II a Curro Sanjosé, de nuestro pontífice Manolo Cardo a Paco Gallego. “El Sevilla es mi vida, lo más grande que existe. Ahora cuídame, no salgas, quédate en casa”, dice Superpaco.

Cada uno de estos nombres son un retal de esta Bandera y nos remite al recuerdo en el que poco a poco nos vamos convirtiendo. La gente se muere, por coronavirus o porque ha de fallecer sin ese código de barras. Pero a la muerte le hemos colado un gol y Biri Biri ha cumplido esta misma semana 72 años.