muchodeporte.com Sevilla FC

Espectadores de cartón piedra

Javier González-Cotta
Javier González-Cotta
24/04/2020

El hombre, desde el Génesis, es un animal de costumbres. Poco a poco nos vamos haciendo a la idea. El fútbol comenzará bajo el síndrome que llaman del nido vacío. Estadios mudos, sin gente, sin cánticos. El fútbol volverá, pero en versión mutilada o cacofónica (a elegir). Es como si a los aficionados nos castigaran en clase cara a la pared y con los brazos en cruz, como se hacía en las escuelas de antes. Uno se va amoldando ya al escenario que viene. Abriremos la caja roja de bombones y el estuche, con su perfecta carcasa, estará vacío. Aun así, lo aceptamos todo o casi todo con mansedumbre. Lo que sí nos resulta intolerable es la idea de que algunos equipos puedan jugar sus partidos de Liga en sus ciudades deportivas por motivos de remoción de sus coliseos cara al verano. El Real Madrid ha impulsado la infame idea y por eso vuelve a ser, entre otras muchas razones, el equipo de nuestros desamores. Por favor, no echen más ginebra Arpón, tan añorada por otra parte, sobre la herida. Además, este año el verano como tal, como tantas otras cosas, no será más que otra forma del mundo de ayer. Por motivos económicos el SFC ha descartado jugar en la Ciudad Deportiva Jesús Navas. Un estadio vacío ya es de por sí el citado esqueleto de multitudes del que ya hablamos. Pero llevar el fútbol de élite a una ciudad deportiva vacía sería como hacerlo ante el esqueleto de un niño hallado en una fosa común.

Poco a poco se perfila un calendario anímico. Y el fútbol forma parte de la cura del mundo. El fútbol es una doble industria. Nos da estímulo a niveles industriales. Y aporta cantidades industriales de dinero al citadísimo PIB nacional y a las arcas del Estado (quien siga hablando del fútbol como opio del pueblo merece confinamiento de por vida). Pero en estas estamos, haciéndonos a la idea de cómo serán los partidos sin público, sin nosotros. El Sánchez-Pizjuán, como todos los campos, se convertirá en una especie de plató de cine. Las televisiones tendrán que cambiar su concepto técnico de la imagen. El terreno de juego será como una especie de Playstation. Pero no nos desilusionemos de antemano. Estaremos sin estar y nos acostumbraremos al nuevo formato. De hecho, si lo piensan, en estos días la mente cambia de formato constantemente. Toda irrealidad se hace realidad. Por eso ya nos estamos viendo sin estar, en las gradas, que se adaptarán para que todo parezca lo que no es. Y nos acabará dando igual, ya lo verán. El graderío que enfoque la cámara estará cubierto por tifos especiales. O quién sabe si por gigantescas pantallas de ingenio virtual donde parezca que hay público, y que todos estamos presentes, y que las banderas y que los cánticos y los gestos a coro son una parte de nosotros. En Alemania ya ensayan con fotos de socios de cuerpo entero que se pondrán en sus asientos en los estadios. Pues que cunda el ejemplo en el SFC o que se mejore incluso. Ya nos hemos acostumbrado a todo y daremos hasta por buena la copia de nosotros mismos. Sólo habrá que elegir si queremos ser cartón piedra o seres virtuales. Pero que vuelva el fútbol.