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Campanal y la bronca en un Carranza con el Madrid de Di Stéfano

José Antonio Jiménez
José Antonio Jiménez
25/05/2020

En la cuarta edición del Trofeo Carranza, la del año 1958, Marcelo Campanal protagonizó un suceso que la tradición oral acabó convirtiendo en una leyenda. El poderosísimo Real Madrid, triple campeón de Europa y camino de completar un repóquer, se estrenaba en el evento estival gaditano frente al Sevilla, la Roma y el Rapid de Viena.

En semifinales, los sevillistas ganaban (2-1) a los italianos y los merengues goleaban por 5-3 a los austriacos. Estaba servida la final española y Santiago Bernabéu calentó el ambiente contra el fogoso defensa asturiano, temiendo que lesionase a alguna de sus estrellas. Tanto mandaba el dirigente madridista, que Campanal fue expulsado por el árbitro Blanco Pérez en su primera intervención de cierta contundencia, una entrada sobre Santiesteban.

El capitán del Sevilla se negó a abandonar el campo, la fuerza pública lo trató de desalojar por orden del Gobernador Civil, presente en el estadio, y el partido estuvo suspendido durante varios minutos a causa de una monumental bronca. La tarjeta roja fue tan excesiva, que el colegiado negoció con los equipos una solución salomónica. El Sevilla continuaría con once futbolistas pero sin Campanal, que fue sustituido a la fuerza. Ganó el Real Madrid 2-0, con goles de Di Stéfano y Gento; y los sevillistas, afrentados por la injusta expulsión, estuvieron 23 años sin regresar al Trofeo Carranza.

El defensa también protagonizó una imagen que seguro los sevillistas recordarán en la temporada 55/56. El Sevilla FC de Helenio Herrera, Busto, Valero, Arza y del propio Marcelo Campanal se medía al FC Barcelona de Ramallets, Biosca… y de uno de los mejores futbolistas del momento: Kubala. Miembro de una de las delanteras más míticas de la escuadra culé, la misma que fuera homenajeada por Joan Manuel Serrat: Basora, César, Kubala y Moreno y Manchón. A Kubala había que atarlo en corto y para eso estaba el todopoderoso central asturiano.

El duelo acabaría en tablas (0-0), pero el individual lo ganó el sevillista. Para muestra, la imagen de un salto que no deja lugar a la duda. Marcelo Campanal, sacándole más de medio metro a un Kubala incapaz de superar al zaguero más atlético que posiblemente haya jugado jamás en Primera división.

Pese a haber defendido a un muy buen Sevilla FC entre 1950 y 1966, tuvo que firmar por el Deportivo de la Coruña para ganar su único título (el de Campeón de Segunda en la campaña 1967/68). Cada vez que se hablaba con Marcelo Campanal salía a colación la final de Copa del 62, que los blancos perdieron por culpa de una pena máxima errada por Mateos cuando un gol en el tramo final tenía carácter definitivo.