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23 años sin Helenio Herrera, el fascinante 'Mago' que llevó al Sevilla a la Copa de Europa

Alejandro Delmás
Alejandro Delmás
15/11/2020

El pasado martes 9-N se cumplieron 23 años exactos de la muerte -infarto agudo y súbito de miocardio- de Helenio Herrera Gavilán (Buenos Aires, 1910-Venecia, 1997), el llamado 'Mago' de los entrenadores mundiales, que ahora reposa en el precioso cementerio evangélico de la veneciana isla, 'isola', de San Michele. Ni hasta en la muerte dejó la polémica de escoltar a H. H: 'Mister Habla-Habla', según uno de sus apodos: este 'Habla Habla' fue el que le impuso el ilustre técnico italiano Vittorio Pozzo. De Helenio se discutió hasta el fin... inclusive la fecha de nacimiento ('1910', oficialmente; pero el propio H. H. llevaba décadas redondeando '1916' en su documentación) y, cómo no, la misma opción de darle en tierra en suelo sagrado de San Michele: perteneciente a la Iglesia protestante, que se rebeló abiertamente contra la concesión municipal de una tumba en San Michele, bajo argumento de que 'un hombre que se declaraba 'anarquista' y 'antirreligioso' no debía tener cabida en suelo evangélico y entre creyentes'. Como había cambiado el alcalde de Venecia que había reservado para H. H. el espacio de descanso final en San Michele, se desató una agria polémica en la que la viuda 'formal', Fiora Gandolfi, requirió intervenciones tan señaladas como las de la RAI, Radio Televisión Italiana, decenas de personalidades de fútbol e incluso... la Reina de Inglaterra, Jefa de la Iglesia anglicana y protestante del Reino Unido. Gandolfi conservó la carta de apadrinamiento de Buckingham Palace, misiva favorable al enterramiento de Helenio Herrera en suelo evangelizado, como uno de sus más preciados tesoros.

A través de señalados artículos en Prensa y, con ocasión del reciente Real Madrid-Internazionale de UEFA Champions League, se ha intentado evocar la carismática, hipnòtica figura de Herrera... pero siempre vinculándola a la que fue, sin duda, la obra más gloriosa de su carrera: la construcción de 'La Grande Inter', la sensacional 'squadra' negriazul ('nerazzurra') de 'la' Internazionale de Milán, a la que Herrera hizo dos veces campeona de la Copa de Europa... antes de perder una tercera final, en 1967 y en Lisboa, ante el Celtic de Glasgow. Este fiasco de Lisboa canceló 'de facto' su ciclo imperial 'interista'; en 1968, Helenio pasó a 'la' Roma' -donde coincidió con Luis del Sol y firmó una Copa de Italia-, antes de empezar la marcha atrás, con una temporada gris de regreso a 'la' Inter (73-74), un año en Rimini... y un inopinado regreso al Barcelona en 1980-81, donde aún le dio tiempo de hacer campeón al Barça (Schuster, Simonssen, Quini...) de la Copa española de 1981, en final ante el Sporting, en el extinto 'Vicente Calderón' de Madrid: 3-1, con dos tantos de Quini y los restantes a cargo de Esteban y, para el Sporting, de Antonio Maceda.

El palmarés como entrenador de Helenio Herrera Gavilán -que puede leerse al completo en su tumba de San Michele, como si aquello fuera una Wikipedia sobre mármol, con una urna que es réplica de la Copa de Europa- se adorna con cuatro Ligas españolas (Atlético de Madrid, 1950 y 51; Barcelona, 1959 y 60), tres 'scudetti' en Italia, los tres interistas de 1963, 65 y 66; dos Copas de España, ambas con el Barça, 1959 y 1981; la Copa de Italia con 'la' AS Roma, en 1969, las dos Copa de Europa 'nerazzurri', 1964 y 65 -también, dos Intercontinentales- y la Copa de Ferias 1960, con el Barça. Como jugador, fue campeón de Francia en 1942 con el Red Star FC de París. 

Helenio también fue entrenador/preparador de la Selección española en el Mundial de 1962, en Chile... con el 'eterno madridista' Pablo Hernández Coronado como Seleccionador 'oficial'. Tal como cabía esperar, la experiencia de España en la Copa Mundial de Chile se saldó en fiasco (con un lesionado 'archirrival' Di Stéfano entre el fuego cruzado), sin que la Selección española superara la primera fase donde un cruel sorteo había puesto a España por delante al México del gran meta Carbajal... y a los dos colosos que iban a llegar a la final: el Brasil del mejor Garrincha y una potentísima Checoslovaquia: Masopust, Pluskal, Pospichal, Popluhár...; en fin y ya mediados los años 70, Herrera también se integró brevemente en el 'staff' tecnico de la Federación Italiana.

DE FRANCIA... A ESPAÑA.- Pero en el palmarés de Helenio Herrera no se encuentran ni su halo magnético, ni sus frases redondas, desafiantes, como para esculpirlas (como... 'al fútbol se juega mejor con diez que once', basada en la ventaja psicológica) ni sus antecedentes familiares... ni un logro sensacional que, sin ser un título en sí mismo, sí fue, exacto... 'un logro sensacional': en 1957, Helenio Herrera fue el entrenador que llevó al Sevilla por primera vez a la Copa de Europa. No en vano, su relación con Sevilla venía desde sus mismos ancestros. Como la propia Gandolfi (fioragandolfi.it) relata... “Sevilla fue el sitio donde Helenio fue más feliz. Allí no ganó nada pero entrenaba a los futbolistas como si fueran toreros. Así se lo tomaba. Y allí se ganó un afecto especial porque sus padres eran de allí y él se sentía bien, mejor que en ninguna otra parte. Es más, se enteró de que era argentino cuando tenía 40 años. Al intentar entrar un día en el país, le obligaron a sacarse un pasaporte especial y entonces fue cuando se enteró”.

Para empezar, los padres de Helenio Herrera eran... sevillanos. La historia la relata Gianni Brera en su libro 'El Alquimista sin Patria', dedicado a Herrera:obviamente. Los nombres eran Francisco Herrera, 'Paco El Sevillano' y María Gavilán, que habían intentado hacer fortuna en Buenos Aires. Paco y María se habían conocido en Gibraltar, donde María había entrado (previa falsificación de la partida de nacimiento) para 'servir' en el domicilio de un inglés. Hechos ya marido y mujer, Paco -que era un digno 'bailaor' flamenco- y María intentaron hacer fortuna en Argentina, en una época donde el pensamiento anarquista estaba poco menos que proscrito, en España y en toda Europa. Helenio había nacido en un hospicio de Buenos Aires, en 1910: y allí fue donde lo encontraron Paco Herrera y María Gavilán.

Al finalizar la I Guerra Mundial, el matrimonio Herrera-Gavilán decidió mudarse a Marruecos, a Casablanca, en busca de una fortuna mejor que la que habían tenido en Argentina. Ocurrió un pasaje desgraciado; el barco de Buenos Aires, muy cargado, fondeó unos cientos de metros antes del muelle de Casablanca. Barcas marroquíes hacían el transporte al muelle de mercancías y pasajeros. En el transbordo del barco a uno de los botes, María Gavilán cayó al agua; los 'transportistas' se negaron a rescatarla, bajo el letal argumento de que las aguas estaban infestadas de tiburones. Para el salvamento de la mujer, los marineros moros requirieron al fiel Paco una cantidad que suponía la práctica totalidad de sus ahorros. El salvamento se llevó a cabo... pero la familia Herrera quedó condenada a vivir en la peor de las miserias, en unas barracas de prófugos y proscritos, junto a la playa de Casablanca. "Mis padre me exhortaban a que no robara, por todo lo que pudiera pasar, pero tampoco despreciaban la comida que yo era capaz de llevar a casa", recordaría años después Helenio Herrera sobre sus lóbregos años en Casablanca: eso, cada vez que intentaba justificar una fechoría.

Cuando cumplió 18 años, Helenio -que ya había jugado al fútbol en Casablanca, en Roches Noires y Racing- ya había tenido bastante de la vida de Marruecos y se embarcó para Francia como pinche de cocina en un paquebote. Desembarcó en Burdeos y rápidamente marchó a París, donde empezó a contar que había jugado en el... 'River Plate' (algo que difundió casi hasta el final de sus días). Desde los primeros años 30 -aproximadamente, 1932-, Herrera vistió las camisetas -casi siempre, como mediocampista, medio de cierre- del CASG París, Roubaix, Charleville, Stade Français, EF París Capitale...H. H. era un jugador atlético para la durísima época; la vida le había endurecido lo suyo. 

Aquel H. H. futbolista era bastante bruto; robusto y voluntarioso: tanto que se buscaba la vida -olvidados los pequeños hurtos de Casablanca- vendiendo bombillas para los bares, bujías para eliminar los malos olores, emparejándose casi como 'semental' o 'gigolo' con mujeres de vida dudosa... todo por barrios como el peor Pigalle, donde a veces sí se topaba con compañeros suyos de pensión... que 'sí' estaban robando. Al estallar la II Guerra Mundial, Helenio, semiapátrida, escapó al reclutamiento forzoso para el servicio militar porque pudo conseguir que le avalara como 'empleado no prescindible' la empresa Saint-Gobain, la fábrica de vidrios y materiales indispensables para el esfuerzo bélico. 

Con Francia rota, dividida y troceada, Helenio Herrera Gavilán fue convocado para la Selección Militar gala, conquistó el título francés de 1942 como jugador con el Red Star... y se alistó en cursos de enfermero y, más decisivamente, de entrenador de fútbol. En este Curso de Entrenadores, ya al final de la Guerra, en 1944-45 y cuando ya terminaba como jugador-entrenador en el CSM Puteaux, Helenio fue el primero en los exámenes finales... bajo control del célebre Gabriel Hanot, Licenciado en Filosofía y Letras, gran 'catedrático' del fútbol francés... y supremo cronista de 'L'Auto', el periódico deportivo que, a partir de febrero de 1946 pasó a llamarse tal como se le conoce hoy y como alcanzó la celebridad.: 'L'Equipe'.

Desde entonces, Hanot, (que también había sido Director Técnico del fútbol francés en plena Guerra Mundial y ocupación alemana) se erigió en padrino y mentor de Herrera, allá donde tocase. Hanot nombró a Helenio como primer seleccionador para reconstruir el equipo nacional francés... del que dimitió, despechado por dos severas derrotas ante una Italia también machacada por la II Guerra Mundial... pero que contaba con la base de los campeones del mundo de 1934 y 38, antes de la dolorosa tragedia turinesa de Superga (1949).

Tras un primer acercamiento a Portugal, en 1948-49, Helenio Herrera ya pisa España de firme: para salvar del descenso a un recién ascendido Real Valladolid que empieza la temporada 48-49 casi como un relámpago inesperado, con impactantes victorias, en las jornadas segunda y tercera, sobre Celta (4-2) y sobre... el Sevilla, vigente campeón de Copa de 1948: 2-0. Eso, pese a haber recibido de entrada un terrorífico 7-2 de parte del Atlético de Bilbao: tres goles de Zarra, otros tres de Panizo... y uno de un tal Rafael Iriondo Aurtenechea. Helenio salva al Valladolid de Gerardo Coque (que se iría con Lola Flores), Vaquero, Mario... algo por lo que casi nadie daba un céntimo de peseta o ni una 'perra chica'. 

Así, el joyero Cesáreo Galíndez lo contrata para el Atlético de Madrid: al que Herrera hace campeón en su primera temporada en el Metropolitano: 1949-50, con Ben Barek, Juncosa, Escudero... Marcel Domingo. En Francia, Herrera se había impregnado del entonces casi desconocido método de preparación física del ''interval training', las series exigentes con escasa recuperación, entonces algo absolutamente insólito en la España de posguerra. Además -como recordarían siempre sus pupilos en Sevilla, Barcelona e Inter, incluso su propio 'ahijado', el cineasta Gonzalo Suárez- los entrenamientos de H. H. con balón en movimiento -la mayoría- se desarrollaban a un ritmo durísimo, seguramente superior al de cualquier partido de aquellas épocas. "Helenio no se puede comparar con Mourinho ni con nadie; era un genio innovador, a la vez que práctico; su principal innovación fue conseguir que el juego del fútbol subiera en una velocidad más de ritmo. Y era por la intensidad de sus entrenamientos con el balón, a los que dedicaba la mayor parte del tiempo", diría años después el propio Gonzalo Suárez -cuya madre fue compañera sentimental de Helenio Herrera-, en entrevista en 'El País'.

En esos años del Atlético -que acababa de enterrar el apelativo de 'Aviación'- Helenio Herrera comenzó a incubar un proceso de rivalidad con el Real Madrid. En 1950-51 repite título de Liga rojiblanco, con Juncosa, Carlsson, Ben Barek, Escudero, José Luis Pérezpayá... la llamada 'Delantera de Seda' carburando tan a tope que también se hace con la Copa 'Eva Duarte de Perón', entre los campeones de España y Argentina.  Alfonso Aparicio, leyenda de aquel Atlético, describía a Herrera como 'un monstruo'. Y agregaba: "Nos daba unas palizas de escándalo. Llegábamos a entrenar tres horas diarias, pero cuando el domingo saltábamos al campo nos comíamos a quien hiciera falta”; Para Ramón Cobo, "Herrera defendía mucho al jugador. Pero exigía preparación y llevar una vida adecuada para el deporte”. Otra leyenda rojiblanca, Adrián Escudero, apuntaba: “Helenio Herrera trajo la pizarra y empezó a valorarse lo que era un entrenador. Era un caradura. Recuerdo que íbamos por la carretera con el autobús y cuando nos paraban decía a la policía “Atlético de Madrid, Atlético de Madrid” y seguíamos la ruta. Pero era un psicólogo, salía antes que nosotros al campo rival antes de los partidos para que le chillasen a él y, de esta manera, el público rival estuviera ya harto cuando saltábamos los jugadores al terreno de juego. Era muy simpático cuando iban bien las cosas, pero también, a veces, era un 'hijo de Satanás' como cuando un día estábamos corriendo por los terrenos de unos marqueses, cerca de El Plantío (lugar donde se concentraba el equipo 'colchonero') y el guarda nos dio el alto a mí y a Tinte. Al verlo, Herrera se fue corriendo y nos dejó allí solos. Pero, sin duda, de todos los entrenadores que he tenido en mi etapa de futbolista yo me quedo con Helenio Herrera". 

Con el equipo bastante 'quemado' por tantos avatares, como suele pasar con estos entrenadores, el Atlético -ya con Luis Benítez de Lugo, Marqués de La Florida, al frente del club- despidió a Helenio en la Jornada 17 de la Liga 52/53: con el equipo en el puesto 11, y después de dramáticos descalabros ante Deportivo de La Coruña, Oviedo, Málaga... Ramón Colón tomó el sitio de Herrera que aún tuvo trabajo, ese mismo año 1953 en Málaga y Coruña; no pudo alejar al C. D. Málaga del descenso automático, pero sí llegó a tiempo de colaborar en la permanencia del Deportivo, por vía de la promoción.

SEVILLA Y EL SEVILLA.- En 1953, y en el apogeo de su segundo mandato como presidente -inaugurado con el título copero de 1948, 4-1 al Celta en la final de Madrid, y tras vencer en elecciones a Antonio Sánchez Ramos-, Ramón Sánchez-Pizjuán y Muñoz persistía más que nunca en su anhelo de esculpir un 'gran Sevilla' o un 'Sevilla grande', justo cuando el Betis estaba finiquitando una dramática agonía por categorías inferiores. Sánchez-Pizjuán ya albergaba la idea de edificar un 'Grand Stadium', el gran estadio que reemplazara al legendario -pero añoso- Nervión. En su afán innovador, Ramón Sánchez-Pizjuan se fijó... en el más innovador de todos los técnicos que había en el mercado: por supuesto, Helenio Herrera Gavilán. "En Sevilla, la juventud taconeaba, bailaba flamenco y le gustaban los toros: ideal para Helenio Herrera, que también sabía torear", iba a reflexionar Gianni Brera. En la imagen que abre este texto, Guillermo Campanal, el viejo 'Capitán de los Stukas', con camiseta a rayas, presenta a Herrera a una plantilla en la que -sobre el terreno del antiguo recinto de Nervión- Helenio estrecha manos con Juanito Arza, 'Pato' Araujo... con Romero y Oñoro a la expectativa

Y, desde 1953-54, Helenio Herrera pasó a hacerse cargo del último Sevilla de Ramón Sánchez-Pizjuán: es un gran Sevilla que vive de la mejor madurez de Juan Arza y del 'Pato' Araujo, de Pepillo, Liz, Guillamón, Ramoní, Maraver, Busto... los corianos hermanos Romero, Manolo y Enrique 'de las Vacas'... y de las explosiones de Marcelo Campanal o Manolito Ruiz Sosa. Es un espléndido equipo que suma una buena clasificación tras otra, siempre en las alturas... quinto, cuarto, cuarto... un rival temible para cualquiera, mientras que crece el nuevo 'Grand Stadium', transversalmente vecino al viejo Nervión... y Helenio se hace con el apego de un excelente bloque de amigos sevillanos y sevillistas: entre ellos, los periodistas José Antonio Blázquez Cabrera, Joaquín Carlos López Lozano y Manuel Lorente Garfias. 

La madrugada del 28 de octubre de 1956, la muerte sorprende a Ramón Sánchez-Pizjuán, el mismo fin de semana que el equipo, con Helenio Herrera, jugaba partido en Las Palmas, partido que se cede por 2-1 (Felo, Atienza; Doménech para el Sevilla). Tras el multitudinario entierro, el entonces vicepresidente Ramón de Carranza y Gómez-Pablos, Marqués de Soto Hermoso, declara: “Ramón quería construir para su Sevilla, un gran estadio. Sobre su cuerpo inerte, prometo que ese estadio se construirá. Ramón, vete tranquilo al Cielo, que tus deseos serán cumplidos”.  

Helenio Herrera pone al Sevilla a lo que entonces se diría coloquialmente algo así como... 'a cien por hora'. Avanza la temporada 56-57, la penúltima del viejo Nervión... y el último Sevilla de Helenio Herrera convierte el recinto en un auténtico fortín, erizado de trampas para el enemigo. Allí, el equipo de H. H. circula a velocidad sideral: 5-1 al Deportivo coruñés, 2-0 (Pepillo, Vicente Pascual 'Pahuet') al Real Madrid de Di Stéfano, ya campeón de Europa e inminente campeón de la Liga 56-57. Este éxito sobre los madridista sobreviene el 13-1-57. 

Antes, el 23-12-56, un 2-1 a un gran Barcelona, siempre en Nervión (tantos de Ramoní y Arza y, para el Barça, del después bético Andrés Bosch)... resultará vital en el devenir triunfal de ese último Sevilla de H. H. El 17-3-57 y el 14-4-57, sendos vitales triunfos sobre Atlético de Madrid (1-2 en el Metropolitano) y Atlético de Bilbao (4-1 en Nervión, dos tantos de Loren, más Arza y Pahuet, penúltima jornada de Liga)... instalan al Sevilla de H. H. en el tercer puesto provisional del Campeonato 56-57, empatado a 38 puntos con el Barcelona, segundo... justo cuando todo va a concluir en la jornada 30 en el Camp Nou. La Liga se la ha asegurado el Real Madrid de Kopa y Di Stéfano, entrenado por Diego Villalonga, con un definitivo 1-2 en 'La Romareda', doblete de Enrique Mateos: 42 puntos en 29 jornadas para los campeones de Europa... que al mes siguiente revalidarán el título en 'su'  Bernabéu ante 'la' Fiorentina: 2-0.

El segundo y tercer puesto, así pues, se lo iban a jugar en el Camp Nou el Barcelona y el Sevilla: es el 21-4-1957, con el Real Madrid ya con pie y medio en la gran final europea después de un 3-1 en la ida de semifinales al Manchester United al que aún le queda por vivir el terrible desastre de Múnich, en enero de 1958. Si el Realísimo alza su segunda Copa de Europa... el segundo clasificado del Campeonato español 56-57 jugará la Copa de Europa 1957-58. Al Sevilla, después del 2-1 de diciembre de 1956 en Nervión, le bastaría el empate para saltar a la segunda plaza sobre el Barça, por mor de la ventaja en el 'cociente particular'. Un triunfo azulgrana haría segundo a los barcelonistas...

Era el Domingo de Resurrección de 1957, aquel 21 de abril. Helenio Herrera tenía miedo a la Semana Santa... y concentra al Sevilla en Castelldefels, lejos de las procesiones y de 'Barcelona la nuit', Tiene lesionados a Loren, Pahuet, Payá y Quirro. Además, Doménech ha sufrido un corte y está a base de antibióticos. En el Barça debutarán Vergés y Justo Tejada: con Eulogio Martínez, Luis Suárez, Kubala, Basora... un equipazo.

Pero Helenio Herrera engaña a todo el mundo -empezando por Domingo/Domènec Balmanya, entrenador del Barcelona- con la alineación del Sevilla. Falsea deliberadamente la que había facilitado oficialmente, cambia números e incluso no cuenta con jugadores anunciados: como Manuel Ruiz Sosa. Marcelo Campanal no juega con el '5' habitual, lo hace con el '3'. El '5' es para el lateral coriano Manuel Romero Barco, 'Manolo el de las Vacas': al que, en otros momentos, Herrera ha sabido espolear contra Gento, contándole embustes sobre presuntas habladurías picantes de Gento con y sobre la mujer de Romero. Juan Arza va con el '7', no con el '8'. Se esperaba a Ruiz Sosa, otro 'Coriano de Oro': pero Manolito Ruiz... simplemente no aparece. ¿Se habrá quedado jugando al dominó, en Coria? Por delante de la defensa, como 'stopper' adelantado juega un desconocido '4'. El Sevilla de H. H. no ordena la WM, el sistema 'trademark' de la época. El número '8', que es Enrique, Enrique Romero, hermano de 'Manolo el de las Vacas'... se va a por Kubala, en asignación individual. Herrera ha provocado la confusión en el Camp Nou... y se ha adueñado del gigantesco escenario, ha tomado la iniciativa psicológica. Desde atrás, el Sevilla irrumpe en el minuto 21 en un contragolpe de Arza, que sirve a Enrique, en solitario: es 0-1.

Hasta el mismo descanso, casi nadie, ni siquiera Balmanya, al frente del banquillo barcelonista, identifica al '4' del Sevilla, el 'stopper' adelantado: que es el bollullero (del Condado) Juan Maraver, sólo en su cuarto partido de la temporada. Casi de vuelta del descanso, Kubala remacha el 1-1. Pero el Barça sigue descompuesto, desconcertado. Hay alguna cómoda parada de Busto y poco más. 1-1. "Ha sido un cerrojo, pero un cerrojo astuto y elástico", clama la Prensa en Barcelona. El Sevilla finaliza segundo en el Campeonato... días antes de caer en octavos de la Copa del Generalísimo ante el Valencia (2-0, 0-1 a favor del Valencia), en lo que será la despedida de Helenio Herrera en el banquillo del club de Nervión. Ya no estaba Ramón Sánchez-Pizjuán... y además, Herrera iba a sufrir una sanción federativa por el trucaje de las alineaciones en el Camp Nou: las alineaciones no se podían trucar después del anuncio oficial. El Barcelona reclama, pero sólo se pudo buscar alguna responsabilidad a Helenio... que recibe amonestación, multa, y sanción de dos meses sin entrenar. No es un castigo fuerte, evidentemente... pero sin Sánchez-Pizjuán en este mundo, lo que hace Helenio Herrera es renunciar al Sevilla (que en 1957-58 caerá en manos de Satur Grech y luego Diego Villalonga)... y marcharse a entrenar a Portugal: al Os Belenenses.

LA COPA DE EUROPA... END.- En la Copa de Europa 1957-58, el Sevilla se desempeñó notablemente: para empezar, apeó (3-1 y 0-0) al Benfica que entrenaba Otto Gloria, que ya contaba con 'cracks' como Coluna... y que sólo esperaba la eclosión de Eusebio para lanzarse hacia su 'Época Dorada'. Aún, en octavos, eliminó al GF Aarhus danés (4-0 y 0-2)... antes de ser fulminado en cuartos, ya dentro del año 1958 por un implacable Real Madrid, que galopaba hacia su tercera Copa de Europa en fila: 8-0 y 2-2. El 8-0 de la ida, en el Bernabéu, el 23-1-58, ya con Diego Villalonga en el banquillo del Sevilla, se decantó tras la expulsión de Marcelo Campanal (minuto 49), tras rifirrafe con Marsal, que recién anotaba el 3-0. Sin su 'cacique' en acción, el Sevilla se derrumbó en la segunda parte, donde Di Stéfano selló tres de sus cuatro goles del día, ayudado por otro par de Kopa, más Gento y el propio Marsal...

Tras su 'forzada' aventura en Os Belenenses, Herrera acabó fichando por el Barcelona en 1958-59... siempre con el objetivo de destronar al Real Madrid de Di Stéfano, al que tenía entre ceja y ceja. Mandó subir de inmediato el sueldo a los canteranos... pero siempre le acusaron de predilección por el 'clan' húngaro: Kubala, Kocsis y Czibor. "¿Predilección yo por los húngaros? Si mi padre me garantiza un gol, juega mi padre antes que Kubala", replicó H.H. Para minar el halo de Alfredo Di Stéfano, Helenio Herrera Gavilán solía decir... 'Di Stéfano ha jugado en el River Plate... y yo también he jugado en el River Plate'. Un día, Gianni Brera (que le llamaba 'Accaccone', 'Engreído', entre otras cosas por no usar gafas cuando era totalmente miope) le amonestó severamente: "¿Cómo puedes decir que jugaste en River Plate, cuando en realidad abandonaste Buenos Aires con tus padres cuando tenías tres años...?" 

Según Brera, la respuesta de H. H. fue tal que así: "Es cierto lo que dices, pero decir que se ha jugado en River da mucho prestigio". 'Es como si le pregunto a mi hijo si ha asaltado un banco y mi hijo me contesta: 'es verdad, papá, pero es que con el dinero se vive mucho más cómodo', reflexionó Brera, a quien no gustó Herrera desde que, la primera vez que se vieron, Helenio le soltó: "Me ha dicho Gabriel Hanot que tú eres el único que de verdad sabe de fútbol en Italia". A Gianni Brera, este casi truhanesco saludo 'herreriano' le pareció excesivamente meloso, dulzón, 'agradaor' o mefistofélico, sírvase el término. Y le buscó el alias de 'Accaccone' ('Accachino', el 'Engreidiilo', pasó a ser otro técnico 'H. H.': el paraguayo Heriberto Herrera.

En 1960, Helenio Herrera abandonó el Barcelona... sin haber podido destronar al Real Madrid de Di Stéfano en la Copa de Europa: aunque, eso sí... se apuntó dos Ligas, una Copa y una Copa de Ferias, la competición antecesora de la Copa de la UEFA y de la actual Europa League. En ese periodo, el 22-3-1959, Domingo de Ramos del 59, fue cuando Herrera soltó la teórica frase de 'este partido lo vamos a ganar sin bajarnos del autobús', antes de jugar en el campo del Betis... y, entre un calor tremendo, el Barça de Herrera, Luis Suárez, Czibor... se impuso arrolladoramente al Betis de Luis del Sol: 2-5. Pero, según el periodista José María Ducamp (palabras dichas al aquí firmante y a pocos más), presente en aquel 'autobús' del Barça en Heliòpolis, lo que Herrera dijo verdaderamente antes de bajarse para pisar el campo del Betis fue... "¿Qué os pasa, chicos? ¿Os habéis creído de verdad que podéis ganar sin bajaros del autobús?"

"Yo nunca dije esa frase. Con todas las que dije, esa, sin embargo, no la dije. Ahora no me importaría reconocerlo si fuera verdad, pero no la dije. Hay que ver la que se armó. En fin... lo importante es que hablen de uno... aunque sea bien", insistiría Helenio Herrera, a través del paso de los años. Contratado por 'la' Internazionale' de Milán, Helenio se llevó al 'regista' Luis Suárez, con su zurda de tiralíneas, a los dominios del millonario presidente 'Angiolino' Moratti, también dispuesto a terminar como fuese con el reinado histórico del gran Real Madrid 'de las Cinco Copas'. En la final de la Copa de Europa de 1964, en el Prater de Viena, Helenio obtuvo al fin su gran victoria, con el 3-1 de 'su' Inter, 'La Grande Inter', al Real Madrid de Miguel Muñoz... y aún de Di Stéfano: cuyo reinado y estancia en el Real Madrid quedaron liquidados con ese fiasco del Prater. Sandrino Mazzola (dos goles), el sensacional carrilero zurdo Giacinto Facchetti y... Luis Suárez fueron los ejecutores de los designios tácticos de Herrera: que estrangularon al Real Madrid y, en la práctica, firmaron la carta de libertad para Alfredo Di Stéfano, previa ruptura de Don Alfredo con Santiago Bernabéu.

Aquella fue la primera de las dos Copas de Europa que Helenio llevó a las vitrinas de Moratti, al mando de 'La Grande Inter'. En 1965 le allanó el camino un descomunal error del meta benfiquista Costa Pereira: 1-0 para los 'nerazzurri', ya en plena 'maldición' benfiquista del despedido Bela Guttmann. En 1966, antes de una semifinal con el ya llamado 'Real Madrid ye-yé', Herrera proclamó: "En 1964 acabamos con Di Stéfano y ahora vamos a acabar con este nuevo Real Madrid ¿Que si ellos han mejorado técnicamente o tácticamente. Yo diría que... químicamente". Fracasó. El Madrid les apeó por 1-0 (Pirri, Santiago Bernabéu) y 1-1 (Facchetti y Amancio, San Siro), en una semifinal dramática, tras la que Miguel Muñoz, entrenador del Real Madrid proclamó, con punto y medio de revancha: "Esto que han visto, esta es la verdad del Inter; sólo hacen cerrojo y presionar a los árbitros". Ese Real Madrid ye-yé de Amancio, Velázquez, Pirri y aún con Paco Gento... conquistó su sexta Copa de Europa ante el Partizan de Belgrado en Heysel, Bruselas (2-1): sólo unos días antes de caer eliminado en cuartos de la Copa del Generalísimo por un recién descendido Betis (3-2, 2-2), tras un agónico, imborrable partido de vuelta que se extendió a 149 minutos: el partido oficial más largo en la historia del fútbol español.

El ciclo glorioso de Helenio Herrera en 'la' Internazionale, 'La Grande Inter' de 'Angiolino' Moratti quedó sentenciado con la derrota ante el Celtic en la final europea de 1967 en Lisboa, 2-1 para los 'celtics' de Glasgow, con Gemmell y Chalmers remontando el tanto inicial de Mazzola. Casi cada verano, cuando se cerraba la temporada, Herrera pedía a Moratti que colocara al extremo izquierda veronés Mario Corso ('El Pie Izquierdo de Dios') y al 'stopper' Armando Picchi -fallecido con apenas 36 años- en los primeros puestos de la lista de transferibles, como líderes y 'cabezas pensantes' o 'lenguas viperinas' del vestuario 'nerazzurro'. Moratti llamaba a Corso y Picchi, les enseñaba el papel con la reiterativa petición de H. H... y les tranquilizaba. Presidente y jugadores se reían... hasta que se presentaba 'la squadra' interista para la nueva campaña. Entonces, Herrera reclamaba a Corso y Picchi y les decía sigilosamente, casi al oído: "El presidente, un año más, quería traspasaros. Pero un año más... yo lo he vuelto a impedir. Así que confiad en mí". Ese era Helenio Herrera Gavilán, el 'Accaccone' de Giani Brera... que casi hasta el final de sus días estuvo veraneando en Matalascañas, donde se compró un 'chalet' playero. Ya han pasado 23 años sin H. H. Nos queda la gran máxima de aquel hijo 'hospiciano' de Paco 'El Sevillano' y María Gavilán, aquel 'Alquimista sin Patria': 'Lo importante es que la gente hable de uno... aunque sea bien'.