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Maradona, 1992-93: Sevilla, Tenerife, su encuentro con Sabonis... y más

Alejandro Delmás
Alejandro Delmás
25/11/2020

*En la muerte de Maradona, reproducimos un artículo publicado el pasado 6 de junio por el periodista Alejandro Delmás.

De alguna manera, y sin que se sepa exactamente bien por qué, la figura de Diego Armando Maradona Franco viene siendo objeto reciente de intensa revisión y escrutinio público... cuando nos situamos ya a casi cuatro décadas de su primera aparición estelar como jugador de un club español: en 1982-83 y en las filas del F. C. Barcelona. Ese paso del llamado 'Pelusa' por la alta competición española concluyó más o menos abruptamente el 13-6-1993, cuando disputó su último partido como jugador del Sevilla Fútbol Club: esto fue ante un desahuciado Burgos, que consiguió un agónico 1-1 en el Sánchez-Pizjuán y barrió las opciones europeas de aquel Sevilla. Esa tarde calurosa, y en plena tempestad interna con el club, el técnico, doctor Carlos Salvador Bilardo, retiró del juego a Maradona en el minuto 53, desatando una catarata de denuestos e imprecaciones de 'Dieguito' hacia Bilardo, el entrenador (hoy, seriamente enfermo) que guió al título de la Copa del Mundo de 1986, al propio Maradona... y a la Selección de Argentina.

Después de este (nuevo) escandalito, tras una temporada de viajes, fiestas, sospechas sobre vicios inconfesables, salidas y multas intempestivas -incluso de Tráfico-, Diego Armando Maradona -a cuyo físico decadente le perjudicó la marcha del preparador personal Javier Valdecantos, relevado por Fernando Signorini-... ya no volvería a vestirse para jugar en un Sevilla en el que planeaba estar varios años: y esto, según el propio Diego expresó a su llegada a Sevilla, en septiembre de 1992: procedente del Nápoles, por un pase cifrado en 7,5 millones de dólares de la época, unos 750 millones de pesetas, cerca de los cinco millones de euros de hoy. Mediaset financió la inmensa mayoría de ese pase, que luego la cadena se cobró a través de amistosos más o menos exóticos: Bayern Múnich, Boca Juniors (en Argentina), Galatasaray (en Turquía)... una de las frases 'maradonianas' más recordadas en aquellos tiempos, dicha a quien esto firma fue... "Yo ya he ganado dinero suficiente como para que mis hijas no pasen hambre en el resto de sus días." Diego jugó en el Sevilla 92-93 un total de 26 partidos oficiales, con 2.229 minutos de acción y anotó siete goles (dos en Copa, ante Alcázar y Mérida; este último, literalmente, salvador), con tres de penalti -íncluido el del Mérida- y un tiro a balón parado espectacular, en Vigo, gol, golazo, con el que rubricaba una apuesta personal de Diego con el guardameta Santi Cañizares, entonces en el Celta.

UNA EXPULSIÓN QUE DA CLAVES.- Además, el Maradona sevillista recibió seis tarjetas amarillas y una roja, también espectacular -como todo lo suyo- en Tenerife, el 3-1-1993, en el explosivo transcurso de un 3-0 para el Tenerife de Valdano (...) ante el Sevilla de Bilardo (...), tanteo que comprometió gravemente las aspiraciones europeas de aquel Sevilla. Aquella tarde, sobre el pasto del 'Estadio Heliodoro Rodríguez López' tinerfeño, casi el 'ring' resinoso del Luna Park de Buenos Aires o un puro frente de combate, todos los colmillos se envenenaban por la consabida enemistad personal entre Valdano y Bilardo: que no se saludaron, claro. "De Valdano yo no me acuerdo para nada y acá no hay nada. Nada", zanjó Bilardo. En el verano de 1990, justo antes del Mundial de Italia, Carlos Bilardo, en cuanto que seleccionador argentino, prescindió del todavía futbolista Jorge Valdano -sin comunicárselo directamente- tras repescarle de la 'jubilación' y llevárselo concentrado durantes bastantes semanas. Además, Fernando Redondo, estrella emergente en aquel Tenerife, y Diego Maradona, astro de astros, aunque al borde del ocaso, no se 'llevaban', después de que Redondo -número 'cinco', pivote central  en aquel Tenerife- renunciara a la Selección de Argentina para centrarse en sus estudios: pecado mortal en opinión del 'diez de dieces', Maradona, claro... que a su vez era amigo personal del radiofonista estelar José María García. En un laberinto de pasiones y rivalidades mediáticas, esta última relación 'maradoniana' -que provenía desde los años de Diego en el Barça, mediados de los 80- llegaba a ser casi una ofensa personal que convertía automáticamente a Maradona en enemigo de José Ramón De la Morena: quien, a su vez - y hablamos del mismo De la Morena de hoy- ya era buen amigo del propio Valdano... y del propio, emergente Redondo.

Dentro del conflicto personal-deportivo-mediático (con Bilardo y Valdano tirándose darditos cada dos por tres), casi lo de menos era el combate por la plaza UEFA: que ya emergía por ahí. A esa jornada 16 del Campeonato 1992-93, el Sevilla de  Bilardo llegaba sexto, con 18 puntos, y el Tenerife de Valdano... octavo, con 16. El 3-0 con que terminó el duelo directo (sendos penaltis transformados por el argentino Juan Antonio Pizzi y la puntilla, obra de otro argentino, Óscar Alberto Dertycia)... puso muchos clavos en el ataúd de las aspiraciones europeas del Sevilla; al fin de esa jornada 16 de la Liga 92-93, y tras los episodios del 'Heliodoro', el Sevilla cayó al octavo puesto, donde iba a acabar el torneo... y el Tenerife saltó a la sexta plaza, de paso para su espléndida quinta -y 'europea'- posición al fin del Campeonato 92-93: de cuyo título, por cierto, acabaría despojando -por segundo año consecutivo y siempre en favor del Barça de Cruyff- al Real Madrid de Ramón Mendoza -y, ocasionalmente, de Benito Floro-, con un 2-0 definitivo y demoledor, siempre en el 'Heliodoro'. 

Ese 3-1-93, con toda Argentina y mucha España asomadas al exportado frente bélico del 'Heliodoro', a un lado del campo de batalla se alineaban Valdano, su asistente Ángel Cappa, Redondo, Pizzi, Dertycia y Ezequiel Castillo. Al otro lado, Carlos Bilardo, su equipo técnico, Diego Armando Maradona... y Diego Pablo Simeone. Casi en estreno del Año Nuevo, el Año de Gracia 1993, 22.000 apasionados espectadores dejaron 55 millones de pesetas en las taquillas del 'Heliodoro': como unos 350.000 euros de hoy. Las hostilidades generaron doce tarjetas amarillas y tres rojas (a jugadores), todas exhibidas por el árbitro vizcaíno Severo González Lecue. A los 57 minutos, el Tenerife ya ganaba por 2-0 después de que Pizzi convirtiera sendos (justos) penaltis. Al cruzarse la hora exacta de juego, Redondo y Maradona, ya amonestados, chocaron en el centro del campo. Redondo, el 'cinco' que llegaba a la cima, cometió una dura falta sobre Maradona, el 'diez', que empezaba a irse... y sobrevino la 'tangana'. González Lecue mostró una tarjeta amarilla para el presunto autor de la falta, comprobó sus anotaciones, observó que el amonestado que él había designado a un dudoso 'ojímetro' era reincidente y, entre empujones y bronca colosal, sacó la tarjeta roja de su bolsillo y expulsó a... Juan Antonio Pizzi. Y se armó la gresca: claro que se armó.. 

“El ciinco, fue el ciinco”, se desgañitaba Maradona ante un González Lecue que ya no quería saber nada mientras Diego 'Pelusa' Maradona insistía con la voz y con la mano extendida: "El ciinco, el ciinco' (Redondo, claro, que se había quitado sabiamente de en medio). Maradona agarró y zarandeó a González Lecue, que le expulsó: inevitablemente. Ahí, Diego Armando Maradona Franco se marchó a vestuarios fuera de sí, mientras, entre compañeros, rivales y Policía Nacional, repetía a González Lecue lo de 'El ciinco, el ciinco', extendiendo la mano y con el gesto descompuesto. Diego no se fue solo a la ducha: Pizzi se quedó con una roja totalmente inmerecida (que después le quitaron) y el volante sevillista Marcos también recibió otra roja, en el epicentro de la convulsión. Desde el banquillo 'visitante', y en pleno fragor, volaron botellas de agua hacia el césped... y hacia unas gradas que ardían en denuestos. Eso produjo la expulsión del banquillo sevillista del técnico Miguel Ángel Lemme, también argentino (bonaerense), ayudante de Bilardo. En el minuto 71, y con el escenario hecho un volcán rugiente, como un Teide renacido, Dertycia redondeó el 3-0, demoledor para los sueños europeos del Sevilla de Cuervas, Del Nido, Bilardo... y Maradona: quien ni siquiera recibió suspensión (el caso se juzgó como 'doble amarilla') y se alineó en la siguiente jornada, 10-1-93: Sevilla-Barcelona, 0-0. Pero el conflicto visceral del 'Heliodoro', en ese enero del 93 y con tantas implicaciones, resultó ser casi como un punto de inflexión: de algún modo, Maradona que había tocado teclas sublimes en el 2-0 del Sevilla sobre el Real Madrid, el 19-12-92... empezó como a desconectar y a ir preparando aquel viaje a Argentina para un partido internacional amistoso, en vísperas del duro Logroñés-Sevilla liguero: el estrambótico viaje que enfrentó definitivamente a Diego con la Directiva liderada por Luis Cuervas y José María del Nido.

FIN... Y LA FOTO DE SABONIS.- Sin entrar a recontar datos más o menos tormentosos, como el recorte de su liquidación definitiva por el Sevilla, después de informes detectivescos con fotos comprometedoras, más la sanción por el viaje a Argentina (junto a Diego Pablo Simeone) en la semana del 14 al 21 de febrero de 1993, antes de un duro partido de Liga en Logroño -adonde Maradona y Simeone llegaron, obligados por la Directiva de Luis Cuervas, en la misma mañana del encuentro-, lo más suave que cabe decir tras estas semanas de 'revisionismo' es que... faltan datos. 

Y no es de extrañar que falten datos cuando en un 'Informe Robinson' (ya sin el difunto Robinson, obviamente), dedicado al paso de Maradona por Sevilla se vetó más o menos directamente la presencia de al menos dos tercios de los periodistas de varios medios que cubrieron aquellos viajes de aquella temporada con el Sevilla de Cuervas, Bilardo y Maradona. Al Sevilla de Maradona le seguían expresamente -y justo por la sensación de Diego- los dos grandes diarios deportivos nacionales ('Marca' y 'AS'), los tres que se editaban en Sevilla o con redacción deportiva sevillana ('ABC', 'El Correo', 'Diario16 Andalucía'), más las dos grandes emisoras nacionales cuyos enviados especiales eran terminales lógicas de De la Morena, García... o incluso del propio 'ABC' sevillano: la Cadena SER/Radio Sevilla y la COPE/Radio Popular. Algunos de esos periodistas de 1992-93 son hoy verdaderas instituciones, como Manuel Aguilar -probablemente y por pura simpatía personal, el más cercano en el día a día' sevillano con Maradona- o José Antonio Sánchez Araújo, pero ninguno ha aparecido en estos 'robinsonianos' planeos de halcón. En el reciente 'Informe Robinson' dedicado a Maradona en Sevilla sólo hubo dos representantes -justificados- de aquella época, entre esa lista de ocho medios citados. Y mejor no emprender la senda de los vericuetos de las razones de tantas ausencias, entre ellas las del Diario AS y la Cadena SER, de quienes lo menos que se puede decir... es que fueron y son los medios más afines al Canal Plus y a Movistar.  

En abril de 2018, y refiriéndose al entonces abogado y asesor de Maradona, Marcos Franchi, y a la espinosa situación que en general se desencadenó para la prensa sevillana a traves de la actividad con el astro argentino, el maestro Jose Antonio Sánchez Araújo declaraba al sitio web 'Alacontra.es': "...Durante el tiempo que estuvo en el Sevilla viajé muchísimo con Maradona.Teníamos un periodista dedicado únicamente a él (N: Manuel Aguilar). Con Diego hice un viaje sentado a su lado y teníamos buen 'feeling', ya que era un tipo que tuvo, durante su época aquí, un comportamiento ejemplar. Todos los compañeros lo admiraban y lo querían y tuvo un extraordinario trato con la prensa. Sin embargo a Franchi, cuando estaba de por medio, y como cobraban en todas las entrevistas, no le hacía gracia que Maradona hablara con la prensa, porque daba a pie que hubiera medios a los que sí se les cobraba y otros a los que no." Declaraciones tal cual del hombre que asevera que "en fútbol no se puede elevar nada a definitivo": José Antonio Sánchez Araújo.

Pese a esas aristas que por aquí cabría intuir, el buen comportamiento que Maradona ofrecía en general con los medios -entre altos y bajos más o menos bipolares, picos y valles, dientes de sierra-... generó momentos tan curiosos como esta fotografía (casi inédita, casi olvidada)  que aquí recuperamos, tomada el 18 de octubre de 1992, entre plantas del Hotel Calderón, en Barcelona. Allí se encontraron a la hora del almuerzo de ese domingo 18-10-92 el Sevilla de Maradona... y el Real Madrid de baloncesto que, de la gigantesca mano de Arvydas Romas Sabonis, el 'Zar' lituano de 2,21 de altura, se disponía a recuperar el título de Liga en 1992-93, después de una sequía de siete años. El Sevilla iba a jugar esa tarde con el Español en el viejo -y desaparecido en 1997- campo españolista de la Carretera de Sarriá... y el Real de Sabonis iba a apuntarse un duro triunfo en Manresa, dentro de su carga a por la Liga 92-93: fue 73-76 en Manresa... con 29 puntos del fantástico 'superpívot' lituano. Aquella Liga madridista disgustó sobremanera a un tal Dražen Petrovic quien, a unos pocos meses de su súbita desaparición en accidente de tráfico (7-6-1993, 27 años justos se cumplen este domingo), no digirió del todo bien que Sabonis consiguiera... lo que él no consiguió en España y en el Real Madrid. 

Ese 18-10-92, el Sevilla empataría 1-1 en Sarriá, goles de Monchu y del españolista bilbaíno Quique Ayúcar. A Arvydas Sabonis -a quien le encanta el fútbol, lo jugaba muy bien, y tenía al Betis como un curioso referente por el 'verde' de Lituania y del propio Betis-... le fascinó conocer a Maradona. Y a Diego, simpático como pocas veces, también le sedujo posar, como en una escena de ciencia-ficción, de 'Desafío Total' o de 'Demolition Man', junto al coloso de Kaunas, de la URSS, de Lituania... y de Portland. Los 'megacracks' se saludaron, se preguntaron por sus almuerzos y por la salud: todo, desde aquel abismo de más de medio metro de altura (2,21-1,65).  Uno de aquellos enviados especiales organizó el encuentro. Otro enviado más tomó con su camarita de viaje la instantánea de la fascinante, seductora escena interestelar, que pasó de largo para otros cuantos... y también -y como tantas otras cosas- para este (bastante) extraño 'Informe Robinson', sin Robinson pero con su suerte de productores asociados. Pasaron algunas cosas más -incluso llenas de gracia- en aquel fin de semana del barcelonés Hotel Calderón. En noviembre de 2002 murió Luis Cuervas Vilches, cuyo epitafio mediático se inscribió de este modo: 'el Presidente del Sevilla que trajo a Maradona.'

Pero, afortunadamente, Arvydas Romas Sabonis, Diego Armando Maradona (que se marchó de Sevilla legando un flamante 'BMW' de altísima gama a su gran amigo, el exbético Nacho Conte), Manuel Aguilar y José Antonio Sánchez Araújo, todos ellos -entre otros- siguen bien vivos y entre nosotros. De todo, de todo... fotos incluidas (como otra más suplementaria que se adjunta de Diego Maradona con Marcelo Campanal) a uno, aquel enviado del 'AS', le quedan alojadas en la retina las asombrosas imagenes de un calentamiento deslumbrante, aquel helado y helador domingo 21-2-93, en Las Gaunas, Logroño. Allí, y antes de perder por 2-0 con el Sevilla, Diego Armando Maradona, desatados los cordones de las botas, montó y manejó un 'show' con el balón logroñés... con pinta como de brujería. Como fin de texto y -casi- de época, lo único que cabe afirmar a día de hoy, domingo 7-6-2020... es aquello mismo que Clint Eastwood, 'El Rubio', soltó al gran Eli Wallach, 'Tuco, 'El Feo', en la mejor sentencia de 'El Bueno, El Feo y el Malo': "El mundo se divide en dos categorías, Tuco: los que tienen el revólver cargado y los que cavan. Tú cavas." Tantos años después... el revólver sigue cargado.