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0-1: Ocampos y la ausencia de VAR evitan un sofocón

Lucas Haurie
Lucas Haurie
16/01/2021

A despecho de una alineación temeraria y de un partido horrible, el Sevilla está en los octavos de final de la Copa del Rey. Venció al Leganés en la prórroga con un gol de Ocampos, uno de los seis titulares a los que Julen Lopetegui recurrió para obtener un resultado que su cortedad de miras había comprometido. El camino hacia gloria, a veces, se empieza a tropezones y ojalá se hagan votos esta misma noche en el Sánchez-Pizjuán para consagrar recursos en el único torneo con el que, siendo sensatos, puede engrosar su palmarés esta temporada. “Nadie la quiere como nosotros”, es el lema que pasea el club por la Europa League. Pues aplíquese el cuento también a la Copa.

Se dice que nadie escarmienta en cabeza ajena, pero es que Julen Lopetegui ni siquiera lo hace en la propia. El único borrón del técnico vasco en su primera campaña en el Sevilla fue la oprobiosa eliminación copera en Miranda de Ebro, facilitada por su alineación estrambótica. Pues reincidió contra el Leganés, sin que siquiera cupiese la circunstancia atenuante del terreno de juego peligroso, pues el partido se había trasladado al tapete inmaculado del Wanda, sobre el que comparecieron dos onces de nivel parejo. Cuando se juntan ocho suplentes acompañados por tres titulares sin recambio serio –ya puestos, podrían haber salido Javi Díaz, Gnagnon y Mudo Vázquez–, el mensaje es cristalino: este partido no importa.

Y exactamente ésa fue la impresión durante 45 minutos de una primera mitad que fue una tortura, un dolor de ojos, un auténtico espanto. Es posible que el entrenador sevillista hubiese preferido jugar este dieciseisavo en Butarque, para esgrimir así el comodín del terreno impracticable. El Sevilla, que se pretende grande de Europa, no completó una sola jugada de ataque. ¡Ni una! El único parecido con la alta competición era la voluntad de Óliver Torres, desesperado por la abulia de sus compañeros, cuyo pase interior a Munir no fue cazado por el madrileño y que ensayó un tiro desviadísimo desde una posición favorable, único remate en todo el acto inicial.

La conversación en el intermedio hubo de ser subida de tono porque la actitud cambió en la reanudación. Aleix Vidal percutió un par de veces por la derecha e Idrissi, por la izquierda, generó la primera ocasión clara del choque tras una buena pared de Munir y un tiro con intención al segundo palo, quizá algo telegrafiado, que detuvo Riesgo. Hace cosas interesantes el neerlandés, a pesar de que su compatriota Rekik, lateral contra natura, no le brindaba ayuda alguna. Es un recurso que Lopetegui debería explotar más y que también estuvo en el origen de una ocasión malograda por Vidal, que cabeceó con blandura a las manos del portero un centro picado de Joan Jordán que era un regalo.

Superior, ahora sí, pero el Sevilla se metía en los minutos de la jindama, los veinte últimos, con el marcador virgen. Cualquier golpe recibido, siquiera de refilón, significaba el nocaut. Salieron Acuña, para ayudar a Idrissi, y Óscar, para preservar a Jordán e intentar hacerle a su exequipo la faena del amante despechado. El Leganés se asomó al área de Bono con dos remates con cierto peligro de Rubén Pardo y Bustinza, lo que certificaba la triste impresión de que estábamos ante una eliminatoria equilibrada, un partido entre iguales que se decantaría en el cara o cruz de una jugada. El talento imanta a la fortuna, por eso Lopetegui activó en su segunda ventana de cambios a Suso y Ocampos.

No hubo suerte en lo poco que quedaba para el final del tiempo reglamentario pero sí al principio de la prórroga -con Koundé de lateral por Aleix Vidal- cuando Óliver, el mejor de los reservistas, encontró a Ocampos con un magnífico pase al espacio y el galope del purasangre terminó en las barbas de Riesgo, a quien batió con un tiro por bajo. Para conservar su exigua ventaja, Lopetegui no se privó ni se sacar a Fernando, lo que propició un final tranquilo… porque no había VAR. En el minuto 115, Diego Carlos abrió imprudentemente los brazos en una pugna con Borja Bastón, que dejó de pecho contra la mano del brasileño. Penalti clarísimo que González Fuertes se zampó y que su asistente de vídeo, el que tendrá en la próxima eliminatoria, no habría dejado impune. Ufff.

Ficha técnica:

CD Leganés (0): Riesgo, Rosales (Palencia, minuto 64), Bustinza, Sergio González, Omeruo (Avilés, minuto 105), Javi Hernández, Luis Perea (Borja Bastón, minuto 105), Gaku Shibasaki, Sabin Merino (Miguel, minuto 46), Juan Muñoz (Rubén Pardo, minuto 64) y José Arnaiz (Kevin Búa, minuto 82).

Sevilla FC (1): Bono, Aleix Vidal (Koundé, minuto 90), Sergi Gómez, Diego Carlos, Rekik (Acuña, minuto 69), Gudelj, Joan Jordán (Óscar, minuto 69), Óliver Torres (Fernando, minuto 105), Munir (Suso, minuto 83), Idrissi (Ocampos, minuto 83) y De Jong.

Goles: 0-1, minuto 96: Ocampos.

Árbitro: González Fuertes (Comité Asturiano). Amarillas para Rosales, Aleix Vidal, Martí, Gudelj, Lopetegui, Rubén Pardo, Gaku Shibasaki y Bustinza.