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Abril: la Liga y orgasmos mil

Javier González-Cotta
Javier González-Cotta
15/04/2021

El refranerillo de abril va abriendo su catálogo. Abril, aguas mil. Abril, vacunas mil. Abril, islam y ayunos mil. Abril, verdores mil. Abril, cacharritos y decibelios mil. Abril, depresiones mil. Abril, la Liga y orgasmos mil. Y así todo… Veamos.

Abril y aguas mil es conjunción ya consabida: la lluvia en primavera forma parte del almanaque sentimental del tiempo (tan distinto del tiempo meteorológico). Abril y vacunas mil lo repite día tras día la insoportable monodia de los telediarios: se acelera la vacunación contra el Covid-19 a medida que se refrena toda vacuna contra la idiotez mundial. Los ayunos mil de abril coinciden este año con el inicio del Ramadán de los musulmanes (el SFC, pensando en Bono y en sus paradas allá por los siete cielos que ascendió Mahoma, ha felicitado a la comunidad islámica: ‘Ramadan Karem’). De abril y sus verdores mil, sólo hay que ver cómo los campos, las llanadas y los montes se recubren de hermosos verdores (exceptuando, obviamente, el verdor que se profesa en Casa Benito). Abril, cacharritos y decibelios mil, nos recuerda que este año tampoco hay Feria, pero sí Calle del Infierno. Abril, ay, es también el de las depresiones mil: para muchos la primavera supone la desfloración de todo ánimo. Y, por último –y es a lo que vamos–, abril es hoy por hoy la Liga y sus orgasmos mil.

¿Liga y eyaculaciones mil? Pues va a ser que sí. A menudo soñar es polucionar. De adolescentes los sueños eróticos nos mojaban por las noches. Ahora, talludos y cincuentones, hay otra erótica y otro ensueño menos ardoroso y carnal, pero que también nos moja placenteramente. Miramos la clasificación de la Liga y nos entra como una erección sin necesidad de Viagra. El SFC no va a ganar la Liga, pero la utopía parece como si fuera perdiendo sus frágiles contornos. Se ganó al Celta de Vigo como se ganó, todos lo vimos y padecimos con arritmia de enfado y alegría. Pero, al fin y al cabo, se sumaron tres puntos más. El SFC se parece a ese tipo de la fiesta, entre ausente y anodino, pero que al final, para pasmo de moscardones y donjuanes, acaba llevándose a la guapa del festín que parecía resistirse a todo requiebro o flirteo.

Este fin de semana los partidos tendrán cierto eco de transistor antiguo. Todos se disputarán en domingo. El sábado queda reservado para la final de la Copa del Nacionalismo entre el Athletic de Sabino Arana y el FC Puigdemont. Ni que decir tiene que nos trae al pairo esta final entre la niña mimada de la Federación Española de Fútbol y el llorica club de la muy llorica Cataluña. El SFC debe ganar en suelo vascongado a la Real Sociedad de Imanol Alguacil, de oficio entrenador y trovador ultra en ratos libres. Deben perder las huestes de Simeone ante el casi rendido Éibar y, como colofón dominical, debe perder también el Real de Madrí en su visita al desagradable Getafe. Por si fuera poco, el FC Llorica tendría que perder también su partido atrasado ante el Granada cuando le toque. ¿Imposible? Puede que sí. Pero ahora, a diferencia de los viejos tormentos del cole, sí que nos gustan los números y las ecuaciones. Entre otros saberes, Aristóteles dio lecciones de matemáticas al joven Alejandro Magno por expreso deseo de su padre Filipo, rey de Macedonia. Por eso ahora nos gustan y nos mojan las matemáticas. Los números dicen que la Liga se puede ganar. No se ganará a buen seguro. Pero entre sueño y sueño disfrutaremos de abril y nos mojaremos con mucho gusto.