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Lopetegui rescata un punto con la magia de Bono y de su 'Indar-Etxe', 'La Casa de la Fuerza

Alejandro Delmás
Alejandro Delmás
19/09/2021

'Sin intensidad no se puede jugar a esto', clamaba -vía redes sociales- Javier Moreno Sánchez, veterano aficionado sevillista. Con ocho escasas palabras, Moreno, antiguo guardameta federado y sevillista de seis décadas largas, resumía sentenciosamente la cansina exhibición del Sevilla ('de Acuña'), allá por la primera parte; y Moreno hacía eso no sin también observar otro detalle clave: "Cuando no te llevas ni un rebote ni un balón dividido es por algo... si la pelotita entra, todos contentos, pero para eso hay que tirar a puerta". De milagro, el Sevilla había llegado al descanso vivo, con el aliento del 0-0, tras nueva parada providencial de Bono -que resistió la esgrima de Oyarzabal-... y el nuevo penalti (via VAR) de un Diego Carlos que sella la dudosa plusmarca de haber generado dos penaltis en contra en seis días escasos de la misma semana. En emisoras se intentaba razonar así la estrambótica y tan poco razonable situación "(Sorloth) va a darle de cabeza, falla y golpea el balón en la mano de Diego Carlos, cuando ésta ocupa un espacio antinatural". Así justificaban ciertos analistas radiofónicos la llamada del ardillesco González González desde la Sala VOR hacia el pinganillo de Mateu Lahoz, supremo ideólogo del 'postureo'.

Al intermedio, además del 0-0, quedaba otro dato de esperanza para el Sevilla: los reflejos de Bono, con otras dos paradas impresionantes (Isak, Januzaj)... y la lesión y retirada de Alexander Isak, esa centella realista. El problema, gravísimo ante un rival directo y de enjundia era la 'intensidad' que Javier Moreno reclamaba.

'INDAR-ETXE', LA FUERZA DE LOS LOPETEGUI.- Finalmente, el Sevilla estructurado por Julen Lopetegui tiró de Bono (una vez más, por supuesto)... y de 'fuerza', pura y simple 'fuerza', para extraer -picando piedra- un importante punto ante un rival directo... y todo, sólo a poco más de media hora de Asteasu, 'solar patrio' de la familia Lopetegui. En Asteasu, la casa solariega de la familia Lopetegui Agote ('Al agote, garrotazo en el cogote', rezaba el dicho popular) se conoció siempre como 'Indar-Etxe', 'La Casa de la Fuerza'. Fuerza ancestral, telúrica. 'Euskaldun'. En ese reducto o 'corazón nuclear' de Asteasu, entre los pueblos de los históricos boxeadores vascos Paulino Uzcudun (Régil) y José Manuel Ibar 'Urtain'  (de Aizarnazábal), ahí creció Julen Lopetegui Agote, hijo de José Antonio Lopetegui Aranguren, conocido 'harrijasotzaile' (levantador de piedras) con el apodo de 'Aguerre II'.

Hermano de Luis Lopetegui Aranguren,' Aguerre I' (los Lopetegui Aranguren llegaron a ser 16 hermanos), José Antonio, el padre de Julen fue un célebre levantador de piedras, nacido en el caserío Aguerreondo ('Aguerre'), cerca de Azpeitia (Guipúzcoa). José Antonio Lopetegui fue alcalde de Asteasu durante un corto periodo de tiempo en la etapa franquista y aún mantiene tres récords importantes de alzadas en un minuto (hasta un total de 2.200 kilogramos en un solo minuto) con piedras entre 100 y 150 kilos de peso. De hecho, el General Franco mandó emisarios a José Antonio Lopetegui Aranguren (que se dispone a cumplir a 91 años en diciembre próximo), en intento de convencerle para que emprendiera el mismo camino entre las 12 cuerdas del 'ring' que después recorrió el 'morrosko' José Manuel Urtain. No hubo modo. Los Lopetegui son gente sensata. Y han hecho brillante fortuna.

Bien orgulloso de su familia y de su 'solar patrio', Julen Lopetegui Agote sabe recitar de memoria sus ocho apellidos vascos: "Lopetegui, Agote, Aranguren, Arteaga, Eizmendi, Kalparsoro, Usabiaga y Ugartemendia". Todos juntos, Yassine Bono, la cercanía del 'solar patrio' de los Lopetegui, la Fuerza de 'Indar-Etxe', los ocho apellidos vascos de Julen y la pétrea herencia de los 'Harrijasotzaile' de Asteasu... se conjuraron para rescatar un punto al Sevilla de Julen Lopetegui Agote. En Donostia, tan cerca de Asteasu y de Azpeitia, pero 'sin intensidad'... quizá tocaba hacer magia telúrica o 'magia potagia'. Pues eso.

Imagen: sevillafc.es