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El muerto Rakitic, el ninot Del Nido y el socio aterrado

Javier González-Cotta
Javier González-Cotta
22/10/2021

Un cadáver en Lille. Con siete puntos se ha colocado el Salzburgo, el equipo explotado por su energético patrocinador Red Bull y, más o menos, el sosias austriaco del RB Leizpig (ese equipo nuevo pero repudiado en Alemania por representar la mercantilización del fútbol). El Salzburgo se nos escapa y toma vuelo propio. Pensamos en la cuna de Mozart y de Stephan Zweig, la misma ciudad relicario a la que Thomas Bernhard llamó “la pútrida ciudad inhumana” (decía que se ahogaba en ella y que nunca se desnazificó del todo). Contra el Lille, indescifrable equipo, el SFC cosechó un empate sin alcohol: 0-0. En la primera parte hubo cierto brío (Ocampos, por ejemplo, nos recordó a Ocampos). La segunda parte, en cambio, desnudó a los que ya iban calamitosamente desnudos a la cita en el Stade Pierre-Mauroy. Rakitic ofreció la más lastimosa de las estampas. Cobra su buen potosí. Algunos nos recuerdan a gritos que el muy querido croata regresó a Sevilla para llevarse su mamela en plena carrera declinante. Tomamos la gabardina y aguantamos el merecido chaparrón. Aun así, el corazón se nos arruga cuando vemos cómo Rakitic se diluye en su nada. Su salida al campo coincidió con los peores minutos del equipo. Contagió a todos con su agónica forma física, su atolondramiento dramático y su fútbol de pases inanes, cuando no errados, en zona de confort. Nos apena y por eso se nos encoge el corazón. Habrá que ir tomando medidas para su ataúd como futbolista. De preferir la cremación, lloraremos sobre las cenizas de lo que fue. El SFC podría quedar segundo si gana sus citas en Nervión contra el indescriptible Lille y el Wolfsburgo. Puede haber regreso por la puerta de servicio a la casa ya conocida: la Europa League. De quedar cuartos, el SFC deberá celebrar sus exequias en Europa aprovechando el funeral por Rakitic.

Del Nido en llamas. Asoma su brillante y broncínea calva para decir que el SFC está arruinado, que su golpe de timón es para salvar una gestión nefasta, que con él al mando se construirá un gran estadio (¿un delirante Nervión Arena?), que pedirá una Junta cada tres meses porque no parará hasta conseguir el poder, que el proyecto que tiene lo va a liderar “yo, yo y yo” (tres personas distintas y un solo dios verdadero, solo que es un dios caído), que nunca ha ganado nada “directamente” en la gestión del club (de lo que hasta un niño de Primaria deduciría que lo ha hecho indirectamente), que le seduce la Superliga de Florentino, que su movimiento accionarial es irreversible… El tiempo dirá, Junta tras Junta, si alcanza su objetivo con manicomial tesón. Lo consiga o no, se habrá abrasado en la fragua de su ego. Nos parecían horribles las Fallas. Hasta que se nos ha venido a la mente la imagen de un ninot en llamas que creyó que era ignífugo y eterno.

El Levante. Pizarro Gómez arbitrará el próximo encuentro en Nervión contra el Levante. Será a la hora del almuerzo, con 28 grados de temperatura en este odiable y largo veroño. El sevillismo, por fin, podrá acudir en masa al partido sin restricciones de aforo. En la previa del encuentro nos asisten tres dudas. 1) ¿Podrán jugar los lesionados Koundé y En-Nesyri? 2) ¿Aumentará la temperatura más allá de los 28 grados por el ambiente caldeado contra el entrenador? 3) ¿Recordará el virginal socio, como modesto servidor, cómo era aquello, qué se hacía, qué se sentía al entrar en el estadio después de tantísimo tiempo? La primera duda nos inquieta. La segunda nos fastidia. La tercera nos aterroriza y nos hace viejos de golpe.