Del KO a la gesta y…

Javier González-Cotta 10/12/2021

KO en Salzburgo. De Salzburgo, pues miren por dónde, sí que traemos buenas noticias. Sepan ustedes que su prestigioso y lírico Festival de Pentecostés ha elegido a la ciudad de Sevilla para inspirar su próxima edición de primavera en 2022. Gracias a su directora Celia Bartolli, muy amante de nuestra ciudad, se verán actuaciones de la bailaora María Pagés, se ofrecerá la ópera 'El barbero de Sevilla' de Mozart y habrá, también, una gala lírica llamada 'Carmencita & Friends', la cual incluirá arias y dúos de óperas ambientadas igualmente en nuestra querida ciudad, la misma que continúa celebrando la Octava de la Inmaculada con su ritual y su celeste purísima (o celeste Lazio, a gusto de los paganos). No, no hemos equivocado esta pieza y la hemos encastrado aquí por fuerza, en vez de colocarla en su lugar adecuado como noticia de interés cultural. Pero esto también es Salzburgo, el lugar del 'bel canto' y del genio mozartiano, allí donde el SFC perpetró su aria funesta. Se habla de debacle, naufragio, fracaso. Que cada cual se refocile como quiera y mire al pozo oscuro como le plazca. Adiós Champions, adiós por deméritos propios. Sin excusas. Tras el revés sufrido el miércoles, más de uno escuchó de fondo la cabreante risita de Mozart que tanto irritaba a Salieri en 'Amadeus', la película de Milos Forman. Lo reconocemos, sí. Todos fuimos Antonio Salieri, interpretado magistralmente –recuérdese– por F. Murray Abraham. Nos entraron ganas de asediar otra vez las murallas de Viena con los turcos… Pero esta vez, al parecer, tampoco ha sido la cosa para tanto. Vean si no.

¡Gesta en Salzburgo! Pasado el duelo, nos hemos dado cuenta de lo que en verdad ha ocurrido en Austria. Resulta que la debacle del SFC en Champions no ha sido tal. En las redes sociales se anuncia la Buena Nueva deportiva: "Gran gesta del SFC en Salzburgo, clasificados para la mejor UEFA Europa League de los últimos treinta años y ¡con uno menos por expulsión de Jordán!" Tanto se habla ahora de la dura y exigente Europa League de este año, que pareciera que todo lo logrado ayer fuera cacharrería europea, alpaca y no plata. Qué cosas. La llamada guasa sevillana aflora a veces indeseablemente, como el escape poco decoroso de un pedo palomino. ¿No creen?

Y ahora, Bilbao. Ya sabemos que el sorteo de la mejor UEFA Europa League de todos los tiempos nos llevará por alguno de los siguientes lares: Glasgow Rangers, Lazio (y su celeste pagano), Dinamo de Zagreb, Sporting de Braga, Olympiacos o Nápoles. Es lo que nos ha tocado en el lado de nuestra acera. En la otra acera cercana, mientras tanto, la rifa tocará por otros posibles destinos: Atalanta, Oporto, el Dortmund de Haaland, Leizpig, Zenit y Sheriff Tiraspol de Transnistria (en homenaje, se supone, al 30 aniversario del derrumbe de la URSS). Mientras unos y otros volamos imaginariamente aquí o allá por Europa, lo que debemos hacer es bajarnos ya de la alfombra de casa. No es buen aeropuerto el de Sondika en Bilbao para aterrizar y tocar suelo. Conocidas son sus clásicas turbulencias. Pero es lo que toca mañana sábado. Esto es: la Liga, poner los pies en la tierra, pensar en las cosas de comer, el partido contra el Athletic. A partir de ahora, en la previa de los partidos, el SFC debería ofrecer su plan A (la lista de convocados) y su improbable y fantasioso plan B (su lista de lesionados). Suso, en armonía con Lamela, estará de baja hasta la primavera. Hemos de reconocer que en los últimos años San Mamés nos resulta indigesto. Normal, el nacionalismo vasco lo es.