muchodeporte.com Sevilla FC

De "grises" y "penaltitos"

Javier González-Cotta
Javier González-Cotta
12/08/2022

De traicionarnos el subconsciente, 'Las grises' podría sonarnos un poco a aquel partido de famosas disputado en el año de la polka entre 'Las folclóricas' y 'Las finolis' (con Lola Flores y Encarnita Polo como referentes). El tardofranquismo, el de Fraga y los tecnócratas del Opus Dei, dio su visto bueno a este encuentro benéfico y navideño, celebrado primero en Vallecas y después en el Sánchez-Pizjuán. Por asociación de peloteras, 'Las grises' también podría remitirnos a 'Las Ibéricas FC', la célebre película de Pedro Masó que hoy, ni que decir tiene, resultará de lo más denostada por su machismo pata negra de época (aun así, qué daría uno por estar en el papel de Manolo Gómez Bur, quien hizo la vez de animador y masajista en aquella obra maestra).

Pero no, esto de 'Las grises' remite a otra cosa. Hablamos, así en plural, de las manos en las áreas en situaciones que los árbitros considerarán como "grises" y, por tanto, no sancionables con penalti para la presente temporada. Manos grises, por tanto, para "situaciones grises". O sea: 'Las grises', para que el pueblo lo entienda. Así lo han manifestado en rueda de prensa la tríada arbitral formada por Luis Medina Cantalejo (presidente del Comité Técnico de Árbitros), Alberto Undiano Mallenco (director técnico de árbitros) y Carlos Clos Gómez (responsable del VAR en el fútbol español). España es un país demediado en todo por causa del cainismo goyesco y la ideología. Pero si hubo unanimidad abrumadora en el país durante el pasado curso fue en el asunto de las manos en el área. Nadie supo nunca qué mano era punible y cuál no; cuál era una mano tonta e inocente y cuál avisada y susceptible de pena máxima.

Dice ahora Medina Cantalejo que "si una mano no intencionada no tiene consecuencias para el juego, las instrucciones que les hemos dado a los árbitros es que no las sancionen". Pues a buenas horas. Undiano Mallenco, más concretamente, habla de las "situaciones grises", donde sí se valorará "las consecuencias de una mano en el juego", si bien la intención es pitar menos penaltis por manos (de ahí como deberemos llamarlas a partir de ahora: 'Las grises'). Después del caballo de Troya, no hay equino del que se hable más que el que remite siempre a ese "caballo de batalla de todos los años", como dice Medina Cantalejo respecto a la polémica por manos en el área.

Agradecemos su esfuerzo y voluntad de esclarecer lo turbio. Pero es como si nos sacaran de una duda para meternos de lleno en otra. Quizá en esto consista la erótica del arbitraje. ¿A qué se le llama científicamente "mano no intencionada"? ¿Qué se considera en términos de "consecuencia para el juego"? Y, sobre todo, ¿qué escalas del blanco al negro se considerarán como "situaciones grises"? De la temporada pasada venimos ya ahítos de confusión. Lo dicho: se pitaba una mano rara o gris en Balaídos, al tiempo que no se pitaba esa misma mano en el Martínez Valero una hora y pico después en la misma jornada de Liga. Es como si el reglamento se pareciera a las resoluciones de la ONU: se aprueban para no ser cumplidas o para que se tergiversen.

Aparte del debate sobre la grisura de las manos, Clos Gómez (onomatopéyico nombre de árbitro clásico de toda la vida) anunció que la intención este año es declarar la guerra a "los penaltitos" (recuérdese el célebre término en boca de Carlo Ancelotti). O sea, según Clos Gómez se sancionará sólo el contacto puro y duro, sea patada clara, empujón o carga grosera y que no admitan discusión. Jamás nos fiaremos del criterio del árbitro, pero aquí la grisura, en principio, tendría menos recorrido. Sobre el fuera de juego (en el Mundial de Qatar se activará el llamado fuera de juego semiautomático), el ex linier Juan Carlos Yuste explicó qué es lo que se sancionará como fuera de juego en función "del juego deliberado de un defensor y el fuera de juego de los atacantes". Entre tecnicismo y prosa de esparto, la verdad es que poco se entiende. Es como si hiciéramos analogía respecto a la concepción del tiempo según San Agustín ("si me preguntan qué es el tiempo, no lo sé. Si no me lo preguntan, sé lo que es"). Pues lo mismo sucede para el aficionado respecto al fuera de juego. Si no nos preguntan qué es el fuera de juego sabemos qué es; pero si nos lo preguntan (caso del amigo ignaro en lo futbolístico o de la novia o acompañante o querida al viejo estilo), pues no sabremos decirle qué es.

Medina Cantalejo anunció también que los árbitros intentarán proteger mucho más la integridad física de los futbolistas. La intención es evitar lesiones y violencias destempladas. De igual modo, se buscará que el tiempo efectivo de juego discurra sin interrupciones, evitándose sobre todo que el árbitro de turno no caiga en la cháchara con los jugadores para explicar tal o cual contingencia durante un partido (o sea, que Mateu Lahoz, único mundialista español para Qatar, tendrá que aprender que el silencio, también aplicado al fútbol, es condición virtuosa).

Veremos, pues, en qué queda la plática lanzada por el Comité Técnico de Árbitros con vistas al arbitraje para la presente temporada. No es por fastidiar la hoja de ruta de Medina Cantalejo. Pero nos pondría mucho que en el partido inaugural entre Osasuna y Sevilla FC se dieran en torno a cuatro o cinco "situaciones grises" respecto a manos ocurridas en las áreas (por supuesto a cada cual más complicada de pitar). Y nos gustaría que lo que se pitara en El Sadar fuera inversamente contrario al criterio aplicado para las manos grises en el colofón de la primera jornada, en el partido entre el Real Betis y el Elche. Sería un comienzo de lo más prometedor…