Puntos, tres, y por tanto tiempo de tranquilidad para poder reconstruir un equipo campeón europeo que el mercado se ha encargado de romper. Todo eso, ni más ni menos, ganó el Sevilla en Barcelona ante el Espanyol de Barcelona en vísperas del cierre de los fichajes y del primer parón provocado por los partidos internacionales. Justo lo que necesitaba este nuevo proyecto que conserva algunas cosas de ese glorioso pasado reciente y que si logra poner en valor las virtudes nuevas que llegan, pues a lo mejor no gana lo que ganó el otro, porque eso es muy difícil, pero puede tener más herramientas para al menos intentarlo. El entrenador del Sevilla no varió más que lo imprescindible en el once incial con respecto a ese equipo que gustó poco y que empató en el debut ante el Valencia. Sólo el cambio de Beto, lesionado, para darle más minutos a ese portero aparentemente muy malo, Barbosa, que se encarga de darnos la razón a los que no nos gusta ni un pelo.
El Sevilla hizo una primera parte digna, mientras Denis carbura y asumiendo un rol de salir a la contra, se trata de un rival muy difícil para casi todos los equipos de la Liga, desde luego para el Espanyol. Y siendo algo mejor que el rival, menos mal que Undiano no vio un penalti de Coke y menos mal que acertó Bacca, que mejora pasito a pasito, porque este Sevilla, por todo lo contado, necesita tiempo y no muchos reveses, porque está blandito.
Tras el descanso, el balón parado, bendito balón parado el año pasado, dio sus frutos. Buen pase de Denis y cabezazo de Iborra a la red. Con ese 0-2, en principio el Sevilla tendría que crecer en el partido y en general, pero faltan cosas, sobran otras, y una jugada con una innecesaria suficiencia atrás de Krychowiak, poco después del segundo gol sevillista, metió de nuevo el miedo en el cuerpo. Emery movía ficha y esta vez sí Banega mostraba y aportaba cosas muy interesantes. Deulofeu enseñaba sus cosas buenas y las malas y sufriendo como perros, más por el miedo a no ganar que por lo que hacía el Espanyol, se terminaba ganando un partido vital en el que Pareja estrellaba el último balón del encuentro en el travesaño en el lanzamiento de una falta, esa estrategia que tanto dio el año pasado.
RCD Espanyol (1): Kiko Casilla; Javi López, Colotto, Álvaro González, Víctor Álvarez; Víctor Sánchez, Abraham (Jordán, m. 70), Salva Sevilla (Lucas Vázquez, m. 64); Montañés (Jairo, m. 80), Sergio García y Stuani.
Sevilla FC (2): Barbosa; Coke (Diogo, m. 83), Carriço, Nico Pareja, Fernando Navarro; Krychowiak, Iborra, Denis (Banega, m. 73); Aleix Vidal, Vitolo (Deulofeu, m. 73) y Bacca.
Goles: 0-1, m. 33: Bacca. 0-2, m. 57: Iborra. 1-2, min. 61: Stuani.
Árbitro: Alberto Undiano Mallenco (navarro). Amonestó a Colotto, Vitolo, Kiko Casilla, Víctor Sánchez, Fernando Navarro y Lucas Vázquez.
Muy entonado
El centrocampista valenciano metió un gol pudo hacer otro y siempre estuvo muy activo. Junto a Aleix Vidal, el mejor.
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