El Sevilla, en un día tan señalado como es un partido de Champions, se marcó sus mejores minutos del año ante el Lyon en una segunda mitad muy completa en la que pudo golear si no es por la mala puntería especialmente de Vietto, que falló hasta un penalti. La mejor actitud del equipo al completo en esos segundos 45 minutos, y la marcha del Mudo (Soso) Vázquez al banquillo, le cambiaron la cara a un equipo que se amparó en la sociedad entre Nzonzi, Nasri y Vitolo para jugar mejor y más vertical en la zona del campo donde se cuecen las habas. El gol sevillista fue de Ben Yedder, al que también se le vio más que otros días.
Sampaoli decidió jugar con dos delanteros, la defensa que hoy por hoy es titularísima, y un centro del campo con Nzonzi como único hombre pendiente del equilibrio y mucha gente encargada de atacar y enlazar con los delanteros. Pero no funcionó la cosa. El Mudo Vázquez estuvo realmente mal y relantizaba todo, pero el resto, contagiado o no, pues tampoco mejoraba mucho el rendimiento de un jugador que empieza a despertar muchas dudas por su falta de físico y su tremenda lentitud en demasiadas ocasiones. El Lyon, a poco que se ponía, llegaba muy fácil y Sergio Rico, que cada día da un paso más hacia ser un portero indiscutible y de nivel, sobresalía y mantenía vivo a su equipo. Fekir y Cornet daban mucha sensación de peligro, pero peor que mejor se aguantaba el tirón.
Tras el descanso, algo cambió en el Sevilla, incluso antes de quitar lastre (Mudo). Los jugadores del Sevilla se movían más, iban más de verdad a los balones divididos y la posesión la utilizaban para hacer daño, no para dormir a las ovejas. Todo mejoró, pero mucho, cuando Iborra salió para ayudar y liberar a Nzonzi, Vázquez se fue a la ducha y Nasri (sobre todo) y Vitolo se asociaban sin necesidad de traductor, con el lenguaje universal de saber jugar al fútbol. Pusieron de gol muchas veces a los delanteros, que al comprobar que los balones les podían llegar por fin, pues se movieron más. Rápidamente llegó el gol de Ben Yedder, que le regaló Vietto, y las ocasiones se sucedieron, sobre todo cuando el Sevilla robaba el balón arriba. Se hizo pequeño el Lyon y si no hubo incluso goleada, fue porque Vietto se empeñó en tirar mal, flojo, o alto. Falló muchísimo el argentino, un penalti incluido, pero sería injusto no destacar que esta vez se movió con peligro de verdad, mejor incluso que Ben Yedder, que también mejoró, pero menos, pese al gol. Triunfo vital para situarse muy bien en este grupo de Champions. Y triunfo que tranquiliza porque el fútbol de la segunda mitad no es de mentira, es de verdad. Nasri está tirando del carro y lo mismo cuaja el invento. Ya se verá.
Sevilla FC (1): Sergio Rico, Mariano, Mercado (Kolo, minuto 86), Nico Pareja, Escudero, N’Zonzi, Nasri, Mudo Vázquez (Iborra, minuto 58), Vitolo, Ben Yedder (Pablo Sarabia, minuto 82) y Vietto.
Olympique de Lyon (0): Lopes, Mapou (Valbuena, minuto 69), N’Koulou, Morel, Gaspar (Guezzal, minuto 78), Rybus, Darder, Gonalons, Tolisso, Cornet, y Fekir (Kalulu, minuto 69).
Gol: 1-0, minuto 52: Ben Yedder.
Árbitro: Bas Nijhuis, holandés. Amarillas para Nico Pareja, Gaspar, Gonalons, Mercado y Cornet.
Se ha convertido en el referente, un Banega de bolsillo. Se asoció muy bien con Vitolo, otro que juega bien.
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