Todos sabemos dónde tiene la cabeza en estos momentos José María del Nido, pero es obligatorio que él o quién sea se tome en serio lo de destituir al entrenador de una vez. Ante el Celta se dieron algunos fatalismos que no tienen mucho que ver con el técnico, como por ejemplo el fallo inexplicable de Beto, el tiro al palo de Mbia o la lesión de Gameiro cuando ya no tenía más cambios, pero lo realmente decisivo para hacer una evaluación de su trabajo es que el equipo no juega a nada de nada, seguramente porque los futbolistas no tienen la calidad individual que se le presuponía, pero más cierto todavía es que desde la pizarra se les condena a jugar siempre partidos, desequilibrados y por tanto muy vulnerables.
El Sevilla de Emery es tan contradictorio que saca al campo cuatro delanteros (Vitolo, Jairo, Bacca y Gameiro) para ver cómo tiene el balón el Celta y por tanto jugar al contragolpe, o intentarlo, que ni eso. No hay por dónde coger lo que hace Unai Emery y posiblemente ya no se espere ni un minuto más en tratar de que se entere de que tiene que jugar con centrocampistas, porque los demás equipos, lo más grandes y los más chicos, le ganan siempre esa parcela fundamental del campo para goberbar los encuentros.
La primera parte fue lamentable. El Celta lo hizo todo mejor y sólo falló en la suerte suprema. Tan evidente fue lo que se vio, que hasta Emery rectificó en el descanso. Quitó a Bacca, inoperante, indolente, para que Cristóforo ayudase al superado y tarjeteado Mbia en las labores de intendencia. Rakitic se adelantó unos metros, como todos pedimos, pero no se pudo ver si eso podía ser bueno o malo porque Beto le regaló un gol al Celta que metió más nervios en el cuerpo de un equipo que está desquiciado.
Ni Emery ni el Sevilla sabían lo que hacer ni dónde meterse. Primero Perotti, luego Trochoski... ya daba igual. Pudo cambiar un poco el rumbo del resultado, que no del juego, un cabezazo de Mbia al palo. Pero no entró. Y no siempre va a aparecer Rakitic para arreglar el desaguisado. De hecho, el croata hizo su peor partido de la temporaca probablemente. Y para colmo, la lesión de Gameiro, que ya sin cambios posibles corto de raíz, si es que no estaba ya descartada, una ofensiva final a la heróica. Otro horrible partido en casa, esta vez perdiendo. Fuera ni les cuento. La situación es gravísima.
Sevilla FC (0): Beto; Figueiras, Pareja, Carriço, Alberto; Vitolo, M’Bia (Trochowski, m. 72), Rakitic, Jairo (Perotti, m. 59); Gameiro y Bacca (Cristóforo, m. 46).
RC Celta (1): Yoel; Hugo Mallo, Cabral, Fontás, Toni; Oubiña, Álex López (Orellana, m. 83); Santi Mina (Rafinha, m. 64), Augusto, Nolito (Jonathan Vila m. 92); y Charles.
Gol: 0-1, min. 47: Álex López.
Árbitro: Juan Martínez Munuera (Comité Valenciano). Amonestó a M’Bia (m. 28), Figueiras (m. 44) y Toni (m. 92).
Entonado
Difícil destacar a alguien, pero posiblemente el canario fue el jugador más entero de un Sevilla roto.
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