¿Tendrá el mismo origen etimológico el topónimo Andrach –Andratx en la lengua vernácula– que el sustantivo andrajo y el adjetivo andrajoso? Este tonto juego de palabras ocupaba la mente del cronista mientras repasaba la alineación del Sevilla y saciaba la curiosidad en el DRAE, porque hay matices distintivos entre las definiciones de andrajo (“jirón de tela roto, viejo o sucio”) y retal (“desperdicio o pedazo sobrante de tela”). Así compuso Julen Lopetegui su once con la honrosa excepción del centro del campo, sabrán disculpar la crudeza de la analogía textil, porque ni el rival ni el parte médico invitaban a hacer bordados o encajes de bolillos. La tarde en Mallorca exigía una resolución sin florituras, el trabajo casi robótico de un profesional. Lo que salió fue un espanto, en realidad, uno de los encuentros más bochornosos de lo que llevamos de siglo… y una clasificación por penaltis que nos lleva a hacernos una pregunta: “¿Se le está cayendo el chiringuito a Lopetegui?
El partido que perpetró el Sevilla tiene muchas similitudes con algunos de los que ya hemos visto (¡padecido!) esta temporada con resultados dispares: Vigo, Bilbao, Salzburgo, Wolfsburgo, Córdoba, Granada, Lille… Un ejercicio de posesión infructuosa, aburrida como una película francesa de los sesenta, mediante la que se busca la victoria por la mínima. Que a veces llega, bastante a menudo, y en otras ocasiones produce fracasos como la eliminación de Champions o bochornos como el de esta noche copera.
Fiel a su estilo, el Sevilla monopolizó la posesión. Y fiel a su estilo también, no le imprimió a su fútbol profundidad alguna en toda la primera mitad, que empezó con un susto de Bonet, que rozó el palo al rebotarle un despeje de Dmitrovic, y terminó con otro susto de Palmer, que picó demasiado un cabezazo con todos los pronunciamientos favorables para marcar. Sabater, el portero local, sólo tuvo que emplearse para detener un tiro junto al palo de Juanlu, canterano al que hizo debutar Lopetegui como lateral derecho y que se mostró algo desubicado. Normal, porque él suele actuar en esa banda pero más adelantado. La primera parte tediosa de siempre, o sea, esté enfrente el campeón de Europa u once amigos que por la mañana habían ido al tajo o a la faculta, como es el caso del Andratx. Hay que ser muy sevillista, en verdad, para ponerse delante del televisor dispuesto a tragarse estos bodrios.
El gol de Rafa Mir al comienzo del segundo tiempo debería haber simplificado la tarea. Controló bien el cartagenero en el área y fusiló desde cerca con un zurriagazo no demasiado colocado, aunque demasiado fuerte como para que el portero tuviera chance de desviar. Sólo restaba cumplir por enésima el primer mandamiento del credo lopeteguista, portería-a-cero, para meterse en la siguiente ronda. Sin embargo, la acción combinada de Joan Jordán (falta absurda) y Dmitrovic (exceso de confianza) permitió que Llabrés empatase con un libre directo. El duelo, Óliver Torres engrosando la lista de lesionados y un segundo chico del filial, Luismi, en el campo, se fue a la prórroga porque Munir repitió la pifia de Salzburgo. En el minuto 90, remató al larguero, esta vez con el pie, un centro desde la derecha que era (casi) imposible no convertir en gol.
Nada pasó en la prórroga, ¿qué iba a pasa?, apenas un tiro de Luismi (el segundo debutante de la noche) que lamió el poste y una sensación de cabreo que iba dejando paso a la zozobra conforme se acercaban los penaltis. En el tiempo extra, con los amateurs del Andratx tetanizados por los calambres e incapaces de salir de su campo, dio grima ver las acciones de algunos sevillistas: Óscar, Munir –suplido por Iván Romero–, Augustinsson, Gudelj, el goleador Rafa Mir, el normalmente aseado Montiel… daban pena. En la tanda, Dmitrovic detuvo el primer lanzamiento local, Óscar falló su intento, Luismi e Iván Romero marcaron dos lanzamientos de compromiso y, al decimocuarto penalti, el fallo de Gaspar le dio el pase al Sevilla. Estas clasificaciones por los pelos suelen ser el primer jalón del camino hacia la gloria: no digo más.
CE Andratx (1): Vicenç, Pep Vidal, Ramos, Palmer (Markuss, minuto 46), Bonet (Lorente minuto 97), Gerardo Bonet, Llabrés (Sidive, minuto 108), Vinicius (Fernando, minuto 90), De Dios (Kané, minuto 107), Pomar y Carlos Sánchez (Gaspar, minuto 97).
Sevilla FC (1): Dmitrovic, Juanlu (Montiel, minuto 90), Rekik, Gudelj, Augustinsson, Joan Jordán (Delaney, minuto 74), Rakitic (Papu Gómez, minuto 74), Óliver Torres (Óscar, minuto 81), Idrissi (Luismi Cruz, minuto 74), Munir (Iván Romero, minuto 103) y Rafa Mir.
Goles: 0-1, minuto 56: Rafa Mir. 1-1, minuto 64: Llabrés. Penaltis: Rafa Mir (0-1). Lorente (para Dmitrovic). Gudelj (0-2). Gerardo Bonet (1-2). Óscar (al palo). Pomar (2-2). Iván Romero (2-3). Pep Vidal (3-3). Luismi Cruz (3-4). Fernando (4-4). Papu Gómez (4-5). Ramos (5-5). Delaney (5-6). Gaspar (fuera).
Árbitro: Martínez Munuera, valenciano. Amarillas para Pomar, Gudelj y Luismi Cruz.
El mejor en la bochornosa noche ante el Andratx. Cogió la pelota, la movió y marcó su penalti, el sexto nada menos.
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