El profesor Pablo Naranjo desliga la formación del fútbol base

Carlos Carrión 02/12/2016

No hay entrenador en el fútbol base que diga hasta la saciedad que lo importante en los escalafones inferiores no es tanto el resultado deportivo y sí la formación y el aprendizaje de unos valores por parte de los jugadores. Una teoría que después no se corresponde con la práctica. Así lo detalla el profesor Pablo Naranjo, director de la escuela de actividad física Servalabari, en su estudio hecho sobre cien clubes de Sevilla en categorías benjamín y alevín. 

Hay datos reveladores como que el 70 por ciento de los equipos federados no dispone de un balón de fútbol para cada uno de sus jugadores, que no hay un entrenamiento específico para porteros en la mayoría de estos clubes o que el 33 por ciento de los jugadores no se disculpa del contrario o no aceptan las normas de los árbitros. Dice más, como que el 33 por ciento de los equipos no realiza un calentamiento mínimo y también detalla que muchos juveniles dejan el fútbol “por aburrimiento o por apatía con el entrenador” dado que el informe igualmente señala que el 70 por ciento de los jugadores que entrenan entre dos y tres veces por semana, luego no disponen de los mismos minutos en el partido de competición. Y otra cifra igualmente preocupante: el 80 por ciento de los padres se dirige al árbitro con improperios. 

Datos que vienen a mostrarnos una triste realidad en el fútbol sevillano de formación, si bien es cierto que se ha avanzado en este campo, por mucho que sea lo que siga quedando por hacer. Afortunadamente, aunque sea lo minoritario, sí dispone el fútbol sevillano de monitores cualificados, de jugadores con unos valores que el fútbol les ha enseñado y padres que dejan el disfraz de energúmenos en la puerta de un campo de fútbol.