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Ollero, una vuelta después

El fichaje de Mel, la clave del cambio

Redacción
Redacción
27/04/2015

Juan Carlos Ollero cumplirá el próximo fin de semana una vuelta al frente del Betis. Los cinco meses que lleva en el cargo, desde finales de noviembre, han dado para mucho. El Betis no estaba para medias tintas ni tampoco para entrar destemplado sin saber por dónde tirar. La situación deportiva, que al fin y al cabo es la que manda, era peliaguda. Con Velázquez, cuya destitución oficializó el propio Ollero, el equipo estaba sexto en la tabla, más cerca del descenso a Segunda B (a siete puntos) que del ascenso directo (a ocho). Había que terminar cuanto antes con el salmantino. Y en bendita hora se hizo tras la derrota ante el Alavés en casa. Aunque Mel siempre estuvo como el mejor colocado, se sondearon a otros técnicos como Fernando Vázquez. Mientras, Merino ocupó el cargo y ganó cuatro partidos fundamentales ante la Llagostera, el Mallorca, Lugo y Racing de Santander.

A finales de diciembre, 385 días después de su destitución, volvía Pepe Mel. De nuevo ha puesto al Betis en la senda de la Primera División. Desde la llegada de Ollero, los números son incontestables. Veintiún partidos jugados, con 15 victorias, 5 empates y una derrota. 37 goles a favor y 10 en contra. De estar a 8 puntos del ascenso directo, a 8 de ventaja sobre la promoción. El Betis ahora sí manda en la categoría y ya hace cuentas para ver dónde puede caer el ascenso. El regreso del técnico que mejor entiende el club ha sido la clave.

Ollero ha tomado otras decisiones relevantes. La que más, la llegada de un director deportivo con bagaje como Eduardo Macià. Está por ver si las decisiones que toma sirven para consolidar al Betis en Primera. Lo que resulta indiscutible es que la secretaría técnica tenía que ser reforzada, pues Alexis ha demostrado carencias. En líneas generales, Ollero ha tranquilizado al club, deja trabajar, representa adecuadamente a la entidad y su sintonía con Mel es notable. Una vuelta después, el Betis ha cambiado. Pero aún queda todo por hacer.