Un regreso entre partidarios y detractores

Mel vuelve al Villamarín necesitado de una victoria

Miguel Ángel Chazarri 12/09/2017

Pepe Mel no deja indiferente a nadie. Es curiosa la relación de este entrenador con la afición del Betis. Hay quien lo valora y lo ensalza por lo que aportó al club (dos ascensos y una clasificación para Europa) y sin embago también un amplio sector lo considera poco corporativo, lo culpa en parte del descenso de los 25 puntos, de haber firmado en su día la renovación con Luis Oliver, de haber provocado su último despido poniendo una alineación ante el Sevilla en Copa del Rey un tanto extraña... Es Mel, de las mejores noticias que ha tenido el Betis en la triste última década y sin embargo alejado del consenso en la grada. Realmente, es una incógnita cómo será recibido el sábado. Seguramente habrá de todo, si bien el partido tiene tanta importancia que el amplio número de público que acuda al Villamarín posiblemente se centre en animar.

Mel es recordado por la gran temporada realizada en el año de la vuelta a Europa (2012/13), con un Betis que practicó buen fútbol y que parecía poner una base sólida para el futuro. Aquel Betis quedó séptimo con 56 puntos, a seis del Sevilla. Todo se fue torciendo con el paso de los meses. Cuando se suponía que los agobios habían terminado, llegó la fatídica temporada 2013/14, la de los 25 puntos. El Betis terminó el campeonato último, con unos registros indignos y eliminado por el Sevilla en los octavos de final de la Europa League. Se sucedieron los presidentes, los entrenadores, los directores deportivos, los jugadores mediocres... Mel fue despedido en diciembre aclamado por un centenar de aficionados. El público culpó al consejo del descalabro. Tras marcharse a Inglaterra, volvió de urgencia una temporada después para subir al Betis. La apuesta por Velázquez falló. Merino hizo de gran puente y Mel con su trabajo certificó el ascenso. Tras la vuelta a Primera, en otro año de malas decisiones deportivas, y ya con Macià en el club, Mel fue cesado en enero de 2016. Esta vez hubo consenso. El técnico fue despedido sin tanto apoyo popular, justo antes del doloroso derbi copero en el Sánchez-Pizjuán (4-0).

El madrileño vuelve con un Deportivo que debe dar guerra. Cuenta con la, posiblemente, mejor delantera de los equipos del montón (Lucas Pérez y Andone) y ello es mucho para lograr la salvación, el objetivo de los gallegos. A poco que reine el orden táctico en el equipo blanquiazul, la permanencia no debe ser agónica. Por ahora, va apurado. El Deportivo sólo ha sumado un punto y necesita una victoria tranquilizadora cuanto antes. En el estadio que más huella le dejó, y entre partidarios y detractores, intentará lograrla.