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El partido en números

La táctica de la defensa tan adelantada jugando con el fuera de juego funcionó siete veces, pero fallo dos

Paco Cepeda
Paco Cepeda
21/01/2018

Duró lo que duró. El Betis, sin mirar a puerta del rival, aguantó el altísimo ritmo que propone el Barcelona, pero luego fue machacado. Cinco goles en 45 minutos, en una temporada de 41 goles en 20 partidos, no debe ser tolerable en fútbol profesional.  

El fuera de juego como táctica. El Betis quiso achicar espacios, como también le gusta hacer al Barcelona. Mucha presión y línea defensiva adelantada para 'ensuciar' el juego del centro del campo. Todo está muy bien, pero cuando se falla es gol o casi gol. Hasta 7 veces funcionó, pero se marró en dos ocasiones, y dos goles que supusieron el fin del encuentro y el paso al recital visitante. 

Las cuarenta. Lo que debería cantarle Serra a Setién para que trate de arreglar un tema que le está afeando una barbaridad la bonita temporada. Porque ya van 41 goles en contra, con los cinco del Barcelona. Una media de más dos goles por partido. Así se pueden ganar algunas batallas, preciosas batallas, pero pocas guerras.

Efectividad. Es habitual que los delanteros del Barcelona, sobre todo el tal Messi, acierten más que fallen. Si la apuesta de su enemigo es arriesgar antes, y por tanto cuando se plantan en el área es en superioridad tambien numérica, pues todavía fallan menos. Con un acierto del 40% de los disparos, el Barcelona es intratable. 

Messi, regateador, rematador, goleador, pasador.... Vaya jugador. Nada que no sepan ya. Hasta 12 regates completó el delantero, una cifra en el fútbol profesional de otra época. Lo normal es no subir de seis o siete siendo un jugador de uno contra uno y acertado. Messi, 12. Pero es que hizo dos goles. Y tiró más que nadie (4) y pasó pues mejor que todos los demás. 

Sólo Fabián tiro a puerta. El Betis, cuando compitió, en los primeros 50 minutos mal contados, arriesgó mucho, para obtener poco rendimiento ofensivo. Ya sabemos que hizo cero goles, pero es que en realidad ningún delantero bético tiró a puerta. Sólo Fabián, de media distancia, se animó y encontró portería, además sin demasiado peligro para Ter Stegen. Partido en el que ni Joaquín ni Tello ni Sergio León miraron la portería rival, no dejaron.