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Cuando Sevilla 'secuestró' a Carl Lewis

Se cumplen treinta años de la carrera del atleta americano en las desaparecidas pistas de Chapinas

Carlos Carrión
Carlos Carrión
19/07/2017

Entre los mejores atletas de la historia está Frederick Carlton Lewis, apodado como ‘El hijo del viento’ y que en sus quince años como profesional consiguió un total de diez medallas olímpicas (nueve de ellas de oro) y otras nueve en campeonatos mundiales (ocho de ellas de oro). Su carrera, además de su excelso palmarés, está llena de anécdotas y de imágenes para el recuerdo, y algunas de ellas, precisamente, tuvieron lugar en Sevilla. 

De hecho, se cumplen treinta años de lo que fue bautizado por la prensa de la época como el ‘secuestro’ de Sevilla a Carl Lewis, quien fue contratado por Del Valle para correr en las desaparecidas instalaciones de Chapinas el mitin Diputación de Sevilla, que patrocinaba la Sociedad Estatal Expo 92 y que consiguió reunir en la capital hispalense a los mejores rostros del circuito mundial. 

En lo deportivo se dio la circunstancia que aquella carrera la acabó perdiendo ante su gran rival de entonces en los 100 metros, el canadiense Ben Johnson, pero en los medios, a posteriori, se habló más de la participación del velocista americano sin dorsal, pese a la llamada de atención del juez de salida, y, ante todo, de lo que ocurrió en el trayecto que conducía al corredor americano desde el aeropuerto de San Pablo a su hotel. 

A fin de evitar contacto alguno con la prensa, que esperaba ansiosa la imagen de la estrella de los 100 metros en suelo hispalense, se le autorizó su salida del aeropuerto por la zona militar. Lewis no consiguió su propósito y pronto se produjo toda una persecución por la ciudad entre una docena de coches llenos de periodistas y la furgoneta que trasladaba al velocista. Sólo uno de los vehículos consiguió no perderle de vista, hasta que uno de los acompañantes del atleta americano alcanzó un acuerdo con sus perseguidores: unas fotos a cambio de que cesara la persecución. Y así fue. Al día siguiente, la prensa bautizó la estampa como el ‘secuestro’ de Sevilla a Carl Lewis. Treinta años han pasado de esta curiosa historia.