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La lucha por el poder y sus primeros pasos

Redacción
Redacción
24/12/2014

El año 2015 que en breve comenzará presenta una hoja de ruta sumamente interesante para el presidente José Castro. De su tacto y firmeza en las próximas decisiones dependerá que su mandato no quede contaminado por el 'delnidismo'. Las caretas están quitadas. Empieza una partida que requiere pulso de cirujano y de la que por ahora Castro ha salido vencedor:

El Comité Ejecutivo: A Castro no le gustan las decisiones impetuosas. Antes de actuar cuenta hasta diez si es necesario. Pero tampoco está dispuesto a dejarse comer el terreno ni a aceptar que Del Nido le imponga nada. Evidentemente Del Nido Carrasco ya no pinta nada el Comité Ejecutivo. Castro lo sabe perfectamente, si bien tampoco tomará ninguna medida apresurada. Todo lo consultará con expertos en leyes societarias para no dar pasos en falso. Pasará algún tiempo hasta que tome la primera medida visible. Tiene claro que debe hacerlo.

Solucionar los defectos de Sevillistas de Nervión: Evidentemente los defectos que presenta Sevillistas de Nervión no han sido más que la excusa para el golpe de estado ideado por Del Nido. No hay duda de ello. Pero esos defectos existen. Y en tal estado no se puede llegar a la Junta. Y menos ahora, que el delnidismo anda al acecho para atacar en cualquier momento. Deben ser solucionados, aunque para el más mínimo trámite, Del Nido, con 2/6 partes de dicha sociedad, también pondrá palos en la rueda.

Guijarro, indignado: De todos los integrantes de Sevillistas de Nervión, es Francisco Guijarro quien ha mantenido una actitud más beligerante con Del Nido Carrasco. No le ha gustado nada, pero nada de nada, su forma de torpedear la sociedad que ha mantenido a su padre en el poder incluso condenado a cárcel. También Roberto Alés es hombre temperamental. Aunque de puertas para fuera mantiene una relación cordial con Del Nido, lo que está haciendo últimamente el expresidente, y casi que el personaje en cuestión, no le gusta un pelo. Gómez Miñán, que mantiene tensiones con Guijarro, tampoco ha tenido dudas y ha apoyado a Castro. Un miembro de dicha sociedad exponía a este sitio web el que ahora es el primer mandamiento de Sevillistas de Nervión: "El niño no manda porque no me sale a mí de los c..."

Reforzar el Consejo: Castro no tiene un consejo que lo respalde especialmente. Sí los accionistas, pero no tanto el consejo. Con el vicepresidente ya está en guerra. Somalo y González de Caldas son delnidistas declarados. Enrique de la Cerda, elemento neutro. Incluso con algún que otro consejero de su confianza existe distanciamiento. No se descarta que una de las medidas de Castro sea dar entrada a más gente de su confianza en el órgano rector. Parece necesario para no tener más dificultades de las que de por sí genera el fútbol.

Carrión, clave: Ahora sí (antes también, aunque menos) Rafael Carrión es decisivo para el gobierno del Sevilla. Castro lo tiene de cara. Carrión cuenta con dos elementos dentro del consejo. En este sentido no hay fisuras. Carrión tampoco comulga con Del Nido. Sí le enfadó que su hijo cobrara del club por realizar trabajos jurídicos, de ahí que no respaldara las cuentas. Pero en apoyar a Castro no duda. No se descarta que el presidente se vea en la necesidad de reforzar aún más la presencia en el club del máximo accionista a título individual. Necesita su paquete de acciones como el comer.

Cruz y Monchi: Son dos altos ejecutivos que también tienen mucho que decir en esta historia. Del Nido, en su particular forma de ver las cosas, siente que ambos le han traicionado. Por ahora no hay curvas con ninguno de los dos. Desempeñan su labor correctamente, trabajan y aportan. Castro no mira para atrás ni con uno ni con otro.

Y por supuesto, la pelotita: Al final es la clave de todo, aunque demostrado queda que el buen fucionamiento arriba suele desembocar en decisiones coherentes abajo. El sentido de un club de fútbol no es otro que ganar partidos y tener feliz a la afición. Con el delnidismo apuntando, construir buenos equipos es clave para que la entidad no se caiga. También urge alejarse de prácticas habituales pero poco recomendables a la hora de cerrar algunos fichajes. La situación ha cambiado. El delnidismo anhela el asalto a la fortaleza. La mejor forma de desactivarlo es ganando partidos.