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La inestabilidad del paquete accionarial de Del Nido

No ha terminado de pagar lo que le compró a Caldas y Martín Baena, y Jesús León le ha salido 'rana'

Paco Cepeda
Paco Cepeda
20/07/2017

José María del Nido Benavente, conocido es singularmente por los lectores de este portal, ha decidido cargarse a Pepe Castro. Primero lo intentó hace pocos meses desde dentro del consejo, tratando de llegar a un acuerdo con Rafael Carrión para que sus consejeros (Gabriel Ramos y su hijo del mismo nombre) votaran junto a los consejeros delnidistas una moción de censura que pusiera a Castro de patillas en la calle de un día para otro. No salió porque Carrión consultó con Roberto Alés y ambos refrendaron su apoyo al actual presidente. Le queda, salvo gran sorpresa, la vía de la Junta General, ordinaria o extraordinaria. ¿Y cómo están las cuentas en ese punto? Vamos a repasar el mapa accionarial del Sevilla, siempre dejando claro que todos o casi todos los días se compran y venden acciones, unas veces de más calado y otras de menos, pero que ese mapa sufre constantemente alteraciones más o menos relevantes.

Por un lado está la familia Del Nido, un eufemismo porque de momento se hace lo que dice Del Nido Benavente, que no es el más juicioso de su clan. Dice controlar entre un 28-30% del capital social. Pero vamos a matizar, un 11%, comprado a José María González de Caldas en 2012, todavía no está del todo pagado, casi pagado, pero no del todo, y si no lo ha pagado, pretendiendo este asalto al poder, es que las cosas no las tiene muy controladas que digamos. Del Nido, eso sí, tiene la palabra de González de Caldas de que esas acciones vendidas están, cuenta con ellas, pero no están pagadas. De ese paquete, además, una pequeña parte la pleitea Fernando Huidobro, ex abogado de González de Caldas.

Del Nido también dice contar con la parte de Martín Baena (un 3.5%) de Sevillistas de Nervión, comprado en 2013, pero tampoco está abonado, e incluso el tema está demandado y siguiendo su proceso.

Luego, un 7.25% del capital social que dice controlar, en realidad en el club está inscrito a nombre de Jesús León, un testaferro en toda regla, pero que le ha salido 'rana', porque huele venta gorda, plusvalía brutal, y dice aquello de Santa Rita, Santa Rita, lo que se da no se quita. Y no crean que es sencillo darle la vuelta a una situación cuando se te rebota un testaferro. Muy conocido es el caso de Luis Oliver con Lopera, por ejemplo. Del Nido, en principio, controlaría al señor León, pero mucho menos de lo que le gustaría. Y en la 'guerra' mejor no ir con dudas.

En la otra parte las cuentas están mucho más claritas. Pepe Castro cuenta con el apoyo sin fisuras del grupo de Utrera, lo que queda de Sevillistas de Nervión, es decir, el 15% más o menos que reúnen entre Roberto Alés, Paco Guijarro y el propio Pepe Castro. Más el 16-17% de Rafael Carrión. Castro, hoy por hoy, también es apoyado por los minoritarios, que están sindicando ahora acciones más que nunca porque puede que tengan mucha influencia y por tanto poder.

Por otro lado, está Gómez Miñán (4%), ex miembro del grupo de Utrera, enfrentado a Paco Guijarro a tope, pero que no se ha puesto en manos de Del Nido, porque entre otras cosas sabe, como todos, que Del Nido no ha pagado del todo ni a Martín Baena ni a González de Caldas.

Así que numéricamente, hoy por hoy, Del Nido va a una guerra que perdería cien veces de cien en una junta. Por eso batalla desde el consejo, deslizando papeles que pueden comprometer a Castro. Ahí es donde cree tener su fortaleza y por eso todos los días quiere guerra, para que se abra la votación y, por tanto, la incertidumbre, aunque menos de la que él cree. Su intención es tratar de ganarse a Rafael Carrión, en realidad querría atraerse a Roberto Alés, pero eso lo considera imposible. Su guerra tendrá más de mediática. Su círculo de confianza habla claramente de una documentación que dejaría en duda el proceder de Castro como presidente y como vicepresidente. Y si Del Nido tiene papeles, Castro pues a lo mejor también. Si alguna de esas amenazas latentes, que se escuchan por cada pasillo del Sánchez-Pizjuán, son ciertas, lo mismo pierde inicialmente el Sevilla, porque un terremoto de estas características nunca le viene bien a un club de fútbol, aunque en el medio y largo plazo, si de verdad hay tanto papel feo de tanta gente, pues mejor es una limpieza profunda.