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El sobreprecio que no se quiso pagar para reforzar al filial

Trevisan, Luis Muñoz, Damià Sabater fueron opciones contempladas que no se cerraron

José Antonio Jiménez
José Antonio Jiménez
09/10/2017

No porque el primer equipo tuviera que disputar la previa. No por la posterior clasificación para la Fase de Grupos de la máxima competición del balompié continental. Sencillamente, porque las primeras opciones costaban el doble que en condiciones normales. Si se preguntaba por el precio de Pepito, un millón de euros. Tener más de 100 millones de euros de presupuesto es lo que tiene. Por eso arribaron a la capital hispalense futbolistas que posiblemente no fueran los primeros de la  lista.

Llegaron porque entraban en los parámetros económicos marcados por el cuadro blanco. Por eso, los deseados Henrique Trevisan, Luis Muñoz y Luçao (defensas que podían actuar tanto de centrales como de ocasionales laterales) aceptaron ganarse la vida por otras latitudes.

Como sucedería con Damià Sabater, un mediapunta que seguramente habría mejorado el juego ofensivo de un filial que apenas genera peligro ante las porterías rivales. Demomento, desgraciadamente, Mariano Konyk, Aitor Cantalapiedra, Miguel Olavide y Felipe Carballo no le aportan nada a un elenco que va a menos con el paso de las jornadas. Que cada jornada que pasa está más cerca de Segunda B. Por cierto, siendo justos con la realidad, por el cuarto sí se tiró de chequera para hacerse con sus servicios. El prometedor medio sudamericano ya era un futbolista seguido cursos pasados, aunque hasta el pasado verao no pudo hacerse realidad su contratación.