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Castro se impone en el cuerpo a cuerpo

Del Nido reaparece en público con la grandilocuente propuesta de construir un nuevo estadio

Miguel Ángel Chazarri
Miguel Ángel Chazarri
11/12/2017

Sobre las 23.00 horas terminó una Junta del Sevilla quizás más tranquila de lo esperado para el presidente Pepe Castro. Evidentemente la presencia de Del Nido aportó sustancia. Y efectivamente, por momentos se respiró tensión en la sala. Cada vez que el expresidente intervenía. Pero muy controlado todo. Se esperaba la primera alocución del abogado. A ver por dónde salía... Ahí respiró Castro, pues el primer argumento de su opositor fue la construcción de un Sánchez-Pizjuán "majestuoso, con 60.000 espectadores". No se sabe qué ocurre ahora con el estadio, pero a muchos accionistas les dio por pedir su reforma, ampliación o directamente otro nuevo, como fue el caso de Del Nido. Esa idea de futuro que en modo alguno es una necesidad en estos momentos desinfló a Del Nido. Si le iba a atacar por ahí a Castro, es que no venía con demasiada munición.

Del Nido se negó al reparto de dividendos pese a que se señaló como uno de los principales "perjudicados", pidió un paso más en los logros deportivos, alertó a los accionistas de que actualmente mandan familias que llevaron al club a Segunda en los noventa y básicamente se atribuyó todos los logros conquistados en los últimos tiempos. Siente que el Sevilla es su obra y que Castro es un simple continuador de lo que él creó. También destacó su autoridad ante los futbolistas, recordando el caso Daniel Alves cuando se negó a jugar una final europea. Voces en la sala saltaron rápidamente y le recordaron la fuga de Juande Ramos. Pidió que el dinero estuviera en el campo y no en el bolsillo de los accionistas y consejeros. Conviene recordar que lo que el club destinará para dicha partida es 1,5 millones de euros, ni la mitad de Carole.

Poco a poco el huracán Del Nido quedó desactivado. En realidad fue un vientecillo que Castro capeó bien, sin alardes ni problemas. No le hizo falta ni el capote de José María Cruz, quien calló toda la noche. Fue la junta en la que se votó a favor del reparto de dividendos y de la remuneración del consejo. No se dio cifra alguna, pero Castro cobrará 300.000 euros, Gabriel Ramos 150.000 y los consejeros, por asistencia. Sí hubo unanimimad en el nombramiento de Carolina Alés como consejera. Del Nido votó a favor. Y es que lleva tiempo tratando de convencer a su padre para quitar del sillón a Castro. Sabe que para ello el hombre clave es Roberto Alés. Pese a que Del Nido elevó el tono, su mensaje no caló demasiado. Fueron significativos los tímidos aplausos que escuchó al final de cada intervención. Por lo demás, números azules, perspectivas económicas de igual crecimiento y mucha gente enfadada por la goleada en el Bernabéu. Ante tal bochorno, Castro rápidamente tiró de manual y tranquilizó: vendrán fichajes en enero.