Los otros errores de Óscar Arias

José Antonio Jiménez 25/04/2018

Menos de un curso ha estado ejerciendo Óscar Arias de director deportivo. Estaba cantado que, tras la salida de Monchi, todo elegido para suplir al de San Fernando estaba condenado al fracaso salvo que hubiera engordado el palmarés del Sevilla FC.

Óscar Arias es historia por haber errado en la planificación de un equipo que tenía en la cartera mucho dinero para gastarse. Falló en la elección de Berizzo. Incluso en la de Montella. En los fichajes veraniegos y en los invernales. Y cuando uno tanto se equivoca, es lógico perder la confianza de los que mandan. Sin embargo, por mucho que sea llamativo los millones tirados a la basura con Luis Muriel, Pizarro, Kjaer, Nolito, Carole o Corchia, en su debe tiene otros sucesos menos visibles, pero que no ayudan cuando las cosas vienen mal dadas.

Era lógico que, con mando en plaza, apostara por un grupo de colaboradores afines. No tanto que desmantelara una estructura tan exitosa con Monchi a los mandos de la parcela técnica, dejando marchar a gente muy preparada, relegando a un segundo plano a los que se quedaban y contratando a una serie de técnicos que no han estado a la altura de las circunstancias. Gente que, evidentemente, también abandonará la entidad sevillista el próximo 30 de junio.

También toca recordar que Óscar Arias ha errado groseramente en la planificación del Sevilla Atlético. Siendo incapaz de reforzarlo convenientemente cuando era un secreto a voces que este curso ya no estarían los Ivi, Borja Lasso, Diego González, Bernardo Cruz o Toño Cotán. Ni en verano ni en invierno. Emilio de Dios, su elección para tal menester, es otro de los que no ha estado a la altura.

Son asuntos puede que menores, pero su discurso ante los medios tampoco le ha ayudado demasiado. Asegurar una y otra vez que los más de 20 millones de euros que costó Muriel son una inversión inferior a la hecha en su momento por Koné, no querer admitir que a este equipo le falta mucho gol... Factores que justifican la salida del director deportivo.

Parece cantado que Joaquín Caparrós no ejercerá de director deportivo el año que viene. Tampoco de entrenador, salvo que tenga que ponerse  las calzonas si hay derrota el viernes en Orriols. Pero era un secreto a voces su vuelta cuando hace unas fechas le dijo 'no' al Real Valladolid para sentarse en el banquillo pucelano. Evidentemente, 0-5 al margen, el utrerano ya sabía que en breve comenzaría su segunda etapa en la entidad sevillista.