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Acuerdo total pero con gente poco fiable

Los abogados han cerrado el trato para desjudicializar el Betis, pero ahora hay que firmar

Paco Cepeda
Paco Cepeda
09/10/2016

Hay acuerdo. Al menos una de las partes del complicadísimo caso que tiene al Betis judicializado da por cerrada una negociación compleja que, si se plasma en el papel, daría por finalizada la judicialización del Real Betis. Ya saben, Lopera y Bitton desaparecerían a cambio de unos pocos millones (diez y siete, respectivamente) y la retirada de las demandas que pesan sobre sus cabezas en distintos juzgados de Sevilla. Un acuerdo que levanta el estómago de muchos intervinientes, convencidos de la culpabilidad de Lopera y singularmente de Oliver, pero que entienden necesario para desbloquear un asunto que lleva atascado años y que podría alargarse varios más con recursos de por medio. Así que los abogados de ambas partes, menos pasionales que los intervenientes, han llegado a un acuerdo de mínimos, por supuesto con el beneplácito inicial de los implicados. Otras cosa es que ese acuerdo se firme, porque nadie se fía ni de Lopera ni de Oliver. Ángel Haro y José Miguel López Catalán, al mando de las operaciones desde su posición de actuales mandarines del Betis, han puesto plazos. Esto debe quedar firmado en días, dos semanas a lo sumo. Y ante esta situación ya más concreta, muchodeporte les analiza por dónde respiran las partes y cuáles son los escollos a solventar y pronto: 

Lopera. Parece que quiere acuerdo. Otra cosa es que regateará hasta el último momento el precio y tratará de que el Betis no se lo queden los ex notables a los que detesta. Su posición, últimamente, se ha visto reforzada porque aunque ha sido inhabilitado y ha perdido varias batallas en los juzgados, las derrotas han sido más ajustadas de lo que esperaban sus enemigos. Por eso pide más dinero. Pero Lopera también sabe que su posición es débil, de hecho lleva años sin poner el pie en las oficinas del Betis. Pese a que defiende que es el dueño, no manda, es una evidencia, y eso lleva así mucho tiempo, así que en ese sentido sabe que está perdiendo cada día que pasa. Como en el caso de Bitton, el posible acuerdo definitivo con el ayuntamiento en materia urbanística le ha puesto la señal del dólar en los ojos, y va a jugar también con esa baza a última hora. Por otro lado, el asunto penal, con implicación además de gente de su entorno más cercano y familiar, le invita también a llegar al acuerdo. Su despacho de abogados, Montero Aramburu, le recomienda el acuerdo, por muchas cosas, entre otras porque no quieren exponer un caso así tan mediático en los juzgados, perder para ellos sería muy malo en términos de imagen después de un proceso tan largo con tanto dinero empleado. Pero Lopera es imprevisible y cuando se le coloca el foco mediático, más. 

Bitton (Oliver). Quieren dinero, cada día más dinero. Y en las negociaciones con Haro y Catalán lo han dejado clarito. Se han venido arriba con alguna decisión de los juzgados que da por válida la venta de Lopera a ellos y por tanto la inscripción de las acciones en el libro del Betis a su nombre. La amenaza del proceso penal no les arruga, están habituados a vivir en esa posición. Y lo mismo que negocian con Haro y Catalán lo pueden estar haciendo con un tercero de mala fe. Han dado su beneplácito a trincar los siete millones, pero no ponen fecha para la firma. Siempre piden algo más. Ahora han filtrado que las obras de gol sur pueden haber recaído en una empresa vinculada a un destacado miembro de la Fundación Heliópolis, y también aseguran que el acuerdo urbanístico retoca el precio al alza, porque ahora el Betis vale más. Despiertan todas las dudas del mundo porque aunque sus intenciones son evidentes, juegan con varias barajas.

La Fiscalía. Está deseando cerrar esta maraña de juicios. Si los afectados, si demandantes y demandados, se ponen de acuerdo extrajudicialmente, como pasa todos los días en otros casos menos llamativos, la Fiscalía no será un problema en todo este tema. Lopera y Oliver estarían a salvo.

Hugo Galera. No quiere acuerdo. Para él esto ya es un tema personal, además desde hace tiempo. Tanto en su grupo de Béticos por el Villamarín como en la actual dirigencia del Betis le insisten en la conveniencia del acuerdo, que se tape la nariz y acepte, pero no da su brazo a torcer. Al parecer, algún imaginativo implicado en la negociación le ha ofrecido una salida tipo PSOE. Sería una especie de abstención para que el acuerdo prosperase aunque con su voto en contra. Ahora mismo es otro de los temas que ocupan y preocupan especialmente a los que quieren cerrar el acuerdo. Si Galera llega hasta el fondo, no habría manera. 

PNB. No pondrán problemas si el acuerdo permite una pequeña atomización de las acciones, aunque haya cuatro o cinco personas o grupos que terminen comprando la mayoría y controlando el Betis. Con Tirado en la presidencia su postura se ha flexibilizado y están con la parte oficial. 

El convenio urbanístico. Sólo será posible llevarlo a efecto sin Lopera y Oliver. Eso lo tienen claro en el Ayuntamiento. Pero lógicamente los 'vendedores' saben que con ese convenio firmado, el valor de la SAD aumenta y mucho, así que quieren sacar tajada. De hecho, parte de las prisas de Haro, Catalán y representantes de la Liga de Juristas Béticos por cerrar de una vez por todos el asunto era para evitar que este tema saliera a la luz y complicase más el trato. No ha sido posible.  

Haro (y Catalán). No veía el acuerdo por ningún lado cuando lo pilotaba Juan Carlos Ollero, pero ahora va a muerte. Tiene el estómago levantado, como muchos, porque sobre todo el trato con Oliver está siendo muy duro en encajar, pero se ha convencido de que para planificar algo a medio plazo en el Betis, y su intención es de perdurar en el tiempo, hay que cerrar de una vez este tema. Cuando haya que poner dinero para comprar acciones, si llega ese momento, comprará como el que más.