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Dos maneras de tratar el complejo caso Nzonzi

Emery lo dejó marchar a Inglaterra a pensar y regresó mejorado, y Berizzo es menos permisivo con la indisciplina

Paco Cepeda
Paco Cepeda
01/12/2017

Steven Nzonzi nunca fue un jugador fácil de llevar en el Sevilla. Que parezca y sea callado no significa que no sea una piedra en el zapato de entrenadores y al final del club, porque además tiene a un padre representante que es un auténtico coñazo. Pero la lata la ha dado para casi todo, para adaptarse, para ponerse en forma, para renovar... Y en el Sevilla, dos de sus tres entrenadores han afrontado este tema de forma diferente, porque además el problema es el mismo pero por diferentes caminos. 

Emery se enfrentó en los primeros meses de Nzonzi en Sevilla a una indisciplina dentro de un periodo de aclimatación muy mala y un problema jurídico de calado que se había dejado en Inglaterra. El jugador le pidió a Emery que le dejara marchar, y el entrenador que ahora pone paz entre Neymar y Cavani, pues decidió primero darle medicina de banquillo y luego le dijo que se fuera a Inglaterra unos días antes de la cita obligada que tenía, para que se pensara mejor su situación y si quería venir de una vez al Sevilla a ayudar al equipo o irse si encontraba un equipo que pagara al menos la inversión hecha. Parece que la reflexión sirvió y luego fue pieza clave en la última Europa League lograda.

Sampaoli no tuvo esos problemas. La temporada pasada fue buena, sin generar demasiados inconvenientes, más allá de su indolencia en algunas situaciones, y seguramente trabajándose su casi seguro traspaso en verano. Ramí y Nasri lo tenían también metido. Pero el Sevilla vendió bien y hasta lo que no deseaba (Vitolo e Iborra) y se puso firme con el gigante francés. O traía el dinero de la cláusula o se quedaba, eso sí, con un contrato fabuloso.

Y el 'marrón' se lo ha comido Berizzo, que además es más duro que Emery en la gestión del grupo. A las buenas, por lo que cuentan, el argentino es muy cercano, pero cuando hay 'niñateo', no es fácil de llevar. 

Esta temporada Nzonzi ha empezado con el freno de mano echado. Parece un burócrata del fútbol. Berizzo estaba cansándose del jugador y en el descanso ante el Liverpool, con un 0-3, lo sentó, y el Sevilla se vino arriba. El jugador cogió un globo tremendo y se fue al descanso del estadio y al día siguiente no entrenó junto al resto. En el grupo no ha sentado bien y además, pese a que quedan algunos franceses, no permanecen sus 'hermanos' Rami y Nasri, por lo que no está tan arropado. En realidad, si no son más drásticos con él es porque es un activo de mucho valor (ahora menos) y cobra una barbaridad. Así que si el futbolista, que se está jugando alguna posibilidad de jugar el Mundial con Francia, no pide perdón y cambia su comportamiento, lo más normal es que se le busque destino en enero. Pero sólo grandes clubes podrán pagar su traspaso y su sueldo. Un problema serio.