La nueva normalidad

Me levanto y me voy

Víctor Fernández 20/06/2020

La "nueva normalidad" es un término progre para definir lo que se avecina: lo mismo de antes pero con un giro más de tuerca hacia la idiocia, lo políticamente correcto y el descaro. La "nueva normalidad" le pone nombre a una época en la que una Ministra dice, sin que sus votantes se avergüencen, que los tíos no ponen la lavadora, una época en la que para evitar que te llamen extremistas hay que aceptar las gilipolleces y en la que la competición se arrodilla, aún más, ante la rentabilidad de la industria. Lo que sucedió en el Sánchez Pizjuán con la agresión de Messi y la velocidad con la que la maquinaria lo tapó evidencia que ya sólo vale el negocio aunque arrase la justicia en la competición.

El descaro ni se esconde. Javier Tebas rogó públicamente el otro día a Messi que se mantuviera muchos años en nuestra Liga. "Si se fuera, lo notaríamos bastante", aseveró con pleitesía. No hay nada que reprocharle, mira por su empresa. Al parecer sólo queda tragar.  Aquello del mayo francés "Seamos realistas, pidamos lo imposible", es una utopía. Pelearle un punto al Barcelona o el Madrid es casi una ofensa. No olviden el tiroteo que sufrió Monchi cuando mostró su rabia por el robo perpetrado en el Bernabéu. Messi agredió a Diego Carlos y el asunto pasó como un suspiro. Reaccionó de forma violenta a una entrada endiñándole una tragantá al central del Sevilla. Ni amarilla, claro.  A Bernardo le han caído dos partidos de castigo por una acción aún menor. El negocio ni se toca. Las repeticiones televisivas de la jugada se limitaron y los gurús de la opinión se quedaron en la exageración de Diego Carlos. Pero hay algo más decepcionante, el analista sevillano para no ser tachado de radical hincha también ha decidido pasar de puntillas. Esta es la "nueva normalidad" que nos espera: el que acuda al sentido común y a la normalidad será tachado de extremista. Conmigo que no cuenten.