Don Manuel

Me levanto y me voy

Víctor Fernández 20/09/2020

Don Manuel ha tomado el mando. Qué cosas tiene la vida, otra vez Don Manuel. Pero no se asusten aquellos que acabaron hartos del personaje que revolucionó el Betis y fue adorado durante tantos años, el protagonismo le pertenece ahora a… Manuel Pellegrini. Después del fracaso imperdonable de la actual dirigencia, éste Manuel aparece con mando y mostrando en dos ratos que el currículum lo engorda la capacidad y no la propaganda. Las cosas, de momento, han cambiado. Hace sólo unos meses, los que mandaban esquivaban la mediocridad deportiva vendiendo una próspera situación económica. Ahora, Pellegrini parece decidido a reinventar la imagen del equipo pese a la crisis que azota a la entidad. Manuel se ha encargado de todo, de ganar los dos primeros partidos y de airear las dificultades de tesorería. En esa libertad radica la fuerza de un buen entrenador que a su edad ya no tiene que salvaguardar ninguna reputación.

La propaganda es peligrosísima. Revisen la historia. Te mete en las venas una realidad virtual que te acaba matando. La propaganda de este Gobierno ha logrado que el pueblo acepte que no se pueda ir al médico, que nadie pueda pisar una sede de la seguridad social para arreglar su pensión y que se vea con pasividad que la persona que lleva varios meses contando nuestros muertos desaparezca entre el caos para irse a grabar un programa de televisión de aventuras. Sin duda, a este país le pasará factura. La misma que destrozó al Betis el año pasado cuando se asumió el mensaje propagandístico de que el equipo aún arrastraba los mecanismos de Setién. ¿Qué ha pasado con esa forma de jugar que, al parecer, los jugadores tenían grabada a fuego en el cerebro y de la que era preso Rubi? Pellegrini ha acabado con el cuento sumando seis de seis. Es la diferencia entre tener profesionales de alto rango y palmeros agradecidos. Es la diferencia entre Machín y Lopetegui, entre el crédito de Manuel y el agradecimiento de Rubi. La presencia de Pellegrini ha esquinado a los que mandan. Sus voces están apagadas y eso es otro beneficio. Nadie sabe lo que nos deparará el destino, pero con Don Manuel uno parece estar más tranquilo...