muchodeporte.com : Víctor Fernández

No era un día en la oficina

Me levanto y me voy
Víctor Fernández
Víctor Fernández
03/02/2021

La grandeza es sentirse siempre en la obligación de ganar. El Sevilla acumula ya las victorias con una naturalidad abrumadora y corre el riesgo de que los triunfos no obtengan el reconocimiento que se merecen. Los pobres de espíritu, los que jamás han generado nada y se sienten superiores cuando exigen en el fútbol lo que ellos no le ofrecen a la vida, podrían pensar que eliminar a este Almería sería como un día más en la oficina. El desconocimiento es ya parte del diario de muchos. El Sevilla aplicó el caudal de seriedad y oficio que reclamaba un partido ante un rival con sitio en Primera División y que cuenta con un delantero que da miedo. Ganar casi siempre, que es lo que hace este Sevilla, es asombroso y uno comienza a sentirse incapaz de trasladar al papel la insistencia sevillista en madurar esa idea de comerse el mundo en cada partido. El Sevilla lo ha vuelto a hacer y se ha colado en otras semifinales de Copa que se jugarán incrustadas en el duelo con el Borussia. La hazaña le espera a la vuelta de la esquina, pero el sábado tampoco querrá perder ante el Getafe. Sin duda, este equipo es insaciable.

Lopetegui, después de su pésima gestión mediática del fichaje del Papu Gómez, hizo debutar al argentino. Sus primeros gestos quedaron algo arrinconados en la banda. Su fútbol pide a gritos la libertad que le ofrece el centro del campo. Ningún sistema debería cortarle las alas a un buen futbolista. No coleccionó momentos para enmarcar, pero sólo con verlo unos minutos es suficiente para adelantar que este jugador va a ayudar mucho. Rakitic se puso al frente, bienvenido. Suso volvió a dar muestras de que se ha reencontrado con su mejor versión y Ocampos, en silencio, sigue acumulando goles importantes y minutos de calidad. Lopetegui tendrá que inyectarle a Munir la misma vitamina que lo reactivó en el tramo final de la temporada pasada. Monchi ha construido un equipazo que lleva en la sangre las ganas de competir y ha dado rienda suelta a un entrenador con ciertas aristas reprochables pero con un valor considerable. El mes de febrero que el Sevilla le regalará a su gente es un premio a esa grandeza ya asimilada. Un mes para olvidar la miseria, los miedos, la idiotez y la incapacidad que nos rodean.


muchodeporte.com Más Artículos
  •  

    El guardián de los sueños

    · Víctor Fernández

    Los periodos de convalecencia te enriquecen. Calma, no les soltaré otro ladrillazo sobre ese término tan...

  •  

    Empobrecimiento

    · Víctor Fernández

    Cuando lean esta pieza, posiblemente el derbi ya se habrá disputado y otro puñado de acontecimientos habrán disparado los debates hacia otro lado. Se...

  •  

    El paso de Djokovic

    · Víctor Fernández

    Dos años después aún no nos hemos enterado de qué va esto. La “pandemia” ha confirmado la decadencia de Occidente, la...

  •  

    El común sinsentido

    · Víctor Fernández

    Gilbert Keith Chesterton, escritor, ensayista, filosófo y polemista británico y católico, dijo que "una sociedad está en decadencia cuando el...

  •  

    Soldados de Rodríguez

    · Víctor Fernández

    La batalla que se llevó a cabo en el año 480 a.c. en el desfiladero de las Termópilas entre los espartanos y el imperio persa se pone siempre como...

  •  

    Los Dioses hablan

    · Víctor Fernández

    Hablábamos el otro día de las señales. De algo que chirría en el Sevilla y que no transmite buenas sensaciones. Algunos han querido mitigar el...

  •  

    Noche oscura del alma

    · Víctor Fernández

    Se puede morir de éxito. El Sevilla, ni mucho menos, murió en Salzburgo, pero ciertas señales invitan a reflexionar sobre el asunto. (Léase...

  •  

    Vueltas en círculos

    · Víctor Fernández

    Se lo leí alguna vez a Eduardo Galeano: “¿La historia se repite? ¿O se repite sólo como penitencia de quienes son incapaces de...

  •  

    Simplemente Joaquín

    · Víctor Fernández

    Seamos sinceros, a ninguno de los que apreciamos a Joaquín con la misma intensidad con la que admiramos a Rafael...

  •  

    Qué pesadilla

    · Víctor Fernández

    Los dos esperpentos firmados por España han servido, bendito sea Dios, para librarnos de la Selección y la romería que arrastra hasta el...