A mi señal, ira y fuego

Me levanto y me voy

Víctor Fernández 26/04/2021

Los soldados abren un pasillo antes de la batalla a Máximo Décimo Meridio, general hispano del ejército del imperio romano. El que acabara siendo el gladiador más aclamado de Roma saluda a su hombre de confianza: “Nervio y ansia”. Esperan la respuesta de los bárbaros que deciden no ser conquistados pacíficamente. "Nosotros tampoco lo haríamos". Es la hora de la verdad. Máximo sube a su caballo y clama: “Fuerza y honor”. Es el momento decisivo. El día de la gran batalla, el día de la conquista.  Y ordena: “A mi señal, ira y fuego…”. La pelea final por la Liga ha explosionado y el sevillismo ya siente como el corazón bombea ilusión, nervios y pasión.

Algunos se extrañan, otros se llevan las manos a la cabeza y los de siempre preparan la guadaña para pasar la factura correspondiente, pobres tuiteros, cuando me atrevo a decir que este Sevilla va a ganar la Liga. Estamos acostumbrados a escondernos por lo que pueda ocurrir, para tener siempre una gatera lista para huir, pero la realidad me hace pensar que tiene muchas opciones de lograrlo. Los números de este Sevilla son asombrosos y su estado físico, de juego y anímico invitan a creer de esta forma. Sólo el poder de Messi equilibra esta tendencia. Si el Sevilla gana su segunda Liga alguna vez será de esta forma, saliendo vivo de un barullo inesperado. Son muchos los que lo han pensado, pero pocos los que se atreven a decirlo. ¿Quién se acuerda ya de la confirmación de la clasificación para jugar la Liga de Campeones otro año más? ¿Quién analiza los 20 puntos que le mete a sus perseguidores? Nadie, porque todo el mundo mira hacia el título de Liga. El hecho de asumir esa creencia no asegura la victoria final, pero sí redondea el tránsito hacia la grandeza que ha vivido este club. Lo que ha hecho este equipo en las últimas temporadas merece la admiración y el respeto hasta el final. Merece que el aficionado mire este momento con esos ojos chisposos cargados de "nervio y ansia", de "fuerza y honor" como los soldados romanos al ver pasar a su general. Qué más da lo que pase. La batalla está lanzada. Es el momento de desatar el infierno. A la señal, ira y fuego…