Cabildo

¿De qué te sirve ganar el mundo si al final pierdes tu alma?

María José Caldero
María José Caldero
07/11/2022

De forma más o menos ajustada a la realidad histórica, Ignacio de Loyola viene a decirnos con esta frase que de nada sirve acaparar bienes materiales, si acabamos perdiendo aquello que nos define como buenas personas. El alma.

En una sociedad tan desnaturalizada, tan de filtros que delatan carencias, de afectos con fecha de caducidad, reivindicar la importancia del alma es una empresa, cuanto menos, atrevida. 

El lunes pasado, la sección de penitencia del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla elegía la imagen del Santísimo Cristo de las Almas de la Hermandad de Los Javieres para presidir el Via Crucis de la próxima Cuaresma.

Acertado reconocimiento a los setenta y cinco años de la bendición de la imagen que tallara el escultor gaditano de origen portugués José Luis Pires Azcárraga.

El Cristo de Los Javieres

Un Cristo del Martes Santo, día en que nació San Francisco Javier, y una jornada con extraordinarios crucificados como el del Desmparo y Abandono, la Buena Muerte, la Sangre o las Misericordias.

Alejado del foco mediático que, de forma innegable, se posa sobre según qué hermandades e imágenes, el Cristo de las Almas será el encargado de pegarnos el pellizco en el alma.

Encargado en abril de 1945, es una imagen realizada en madera de pino de Flandes. Se trata de un Cristo muerto, rígido, con una anatomía poco definida, con los párpados hinchados, marcado en el entrecejo el dolor de todas las almas sufrientes. 

El sacrificio del Hijo de Dios en Omnium Sanctorum

Me gusta atravesar la ojiva, la portada original de la primitiva iglesia levantada tras la conquista por Fernando III y acercarme a la capilla donde se funda la Hermandad del Silencio y que hoy acoge a Los Javieres. Sobrecoge conocer la historia del lugar, imaginar las almas que buscaron consuelo entre los muros de esta viejita gótico-mudéjar que tantos avatares vivió.

Almas en Omnium Sanctorum 

Tiene la hermandad en la persona de Manuel Jesús Roldán un valedor extraordinario. Escribano de la Semana Santa de Sevilla que ha comisariado una exposición para celebrar los 75 años de la bendición de la imagen, que ha abierto una ventana por la ver la Semana Santa con ojos nuevos, distintos. Qué necesario en esta época de zonas de confort previsibles.

Ahí han tenido al Cristo de las Almas en acrílico, en collage, en óleo, en fotografía, en arte conceptual, en abstracto, escoltado por el imponente paso que le tallara Manuel Guzmán Bejarano.

Este Cristo de las Almas contemporáneo, setenta y cinco años marcando el dolor del mundo en su frente, será el encargado de abrir la puerta del tiempo que nos lleve a los días eternos, a los días del alma.

Imagen: Sevilla Santa Media.