Cabildo

Recogida de firmas en el Museo para recuperar permanentemente las antiguas manos de la Virgen de las Aguas

José María Pinilla
José María Pinilla
05/02/2023

La histórica hermandad del Museo, activa desde el último cuarto del siglo XVI y pionera en la creación de la jornada del Lunes Santo, ha estado celebrando el pasado 2022 los dos siglos y medio de la hechura de su titular mariana. Para ello, como se recuerda, tuvo lugar una salida extraordinaria de la Virgen de las Aguas por las calles de su feligresía el día 15 de octubre del año recientemente finalizado. En la misma, uno de los detalles que más llamó la atención para la Sevilla cofrade fue la recuperación de las antiguas manos de la Dolorosa, las originales de la talla que firmase el insigne barrista Cristóbal Ramos.

La iniciativa de corte historicista fue acogida con mucho agrado por la mayoría del público y en la hermandad, tal y como ha podido conocer El Cabildo, esa tendencia se mantiene con gran fuerza. A pesar de que, atendiendo exclusivamente al discrurrir de los años, no debe de quedar ningún hermano que hubiese visto de forma habitual a la imagen con su juego de manos entrelazadas, esta redacción ha podido saber que un grupo de hermanos del Museo ha puesto en marcha la recogida de firmas para que la Virgen de las Aguas recupere sus primitivas manos implorantes de manera permanente.

En estos momentos, se contabiliza casi un centenar de apoyos. Si la tendencia sigue creciendo, desde la junta de gobierno está previsto la convocatoria de una cabildo extraordinario para que la propuesta de recuperación de las manos fructifique para siempre.

Salida extraordinaria

Con el motivo del CCL aniversario de la hechura de la Virgen de las Aguas, la hermandad dio luz verde a la recuperación de las manos de Cristóbal Ramos para que la Dolorosa mostrara una imagen histórica en su paso de palio. Cabe señalar que la talla, realizada en 1772, ha sufrido diversas modificaciones, pues fue concebida para ir arrodillada delante del Cristo con las manos entrelazadas, atendiendo a la iconografía conocida como Stabat Mater (Dolorosa iuxta Crucem lacrimosa). Para las víctimas de los modernos planes de estudio, tradúzcase como "estaba la Madre Dolorosa llorando junto a la Cruz". Bien por el latín al servicio de las cofradías.

Convengamos que la Virgen de las Aguas es una Dolorosa llena de particularidades: su diadema, su manto de terciopelo liso o su tocado inspirado en el hábito monjil. Se trata además de la única Virgen sevillana cuyo rostro fue realizado en terracota. De todas las restauraciones, la más significativa fue la realizada en 1829, que trastocó la primitiva posición del cuerpo para presentarla erguida. El actual juego de manos –amenazado ahora de sustitución– fue realizado en 1922 por el escultor Antonio Infantes Reina, conocido en su tiempo en nuestras cofradías por haber reformado en 1919 el altar que cobijaba a las imágenes del Valle en el Santo Ángel o por haber intervenido en 1930 sobre el conjunto escultórico de la Exaltación. A modo de curiosidad, su taller se ubicaba en la muy cofradiera calle Conteros y en él se formaron otros autores posteriores como Rafael Lafarque o José Paz Vélez.

Si la propuesta de los hermanos del Museo en esa recogida de firmas toma forma y sale adelante, la Virgen de las Aguas ofrecerá para siempre una estampa propia de otros tiempos.