Todo llega

María José Caldero 22/02/2023

Todo pasa y todo queda, escribía Machado, cantaba Serrat.

Pasa el tiempo y llegamos nosotros. 

Hoy, las cenizas han vuelto a recordarnos que polvo somos y en polvo nos convertiremos, marcando la llegada del último tramo de la espera.

Somos los sevillanos campeones del mundo en disfrutarla, en paladearla, en fragmentarla en pequeños momentos de gozo cotidiano: la marcha que suena en el coche de al lado parado en el semáforo, el drama de la túnica a la que ya no queda bajo que sacarle, la torrija con el café de las cuatro o el rodaje doloroso a los zapatos del Domingo de Ramos.

Es el gozo de una ciudad que mudará de piel para mostrarse irresistiblemente barroca en los días de extraña medida, pero que antes nos desvelará la profundidad de su alma gótico-mudéjar cuando el Cristo de las Almas cruce la ojiva de Omnium Sanctorum en apenas cinco días.

Todo se está cumpliendo. El calendario, por fin, juega a nuestro favor, pero conocer los tiempos y la historia de antemano no evitará que se nos dispare el pulso y nos marque el ritmo con un redoble de tambor de la Centuria.

Atrás quedaron comunicados de última hora, reuniones marcadas por la tensión, relaciones en busca de la fraternidad perdida.

Es tiempo de repetir rituales que alimentan nuestra fe a golpe de incensario y adoquín, de corneta y de esparto, sabiendo que todo nos lleva al travesaño de la cruz del Señor de la zancada redentora. 

Todo pasa y todo llega.

Todo se cumple y todo se acerca.

Disfruten del gozo de la espera.