Cabildo

Cien años después, un gran día de cofradías

Semblanza del Lunes Santo

José María Pinilla
José María Pinilla
03/04/2023

Hace justamente un siglo se estrenaba una jornada de la Semana Santa cuando, provenientes del Domingo de Ramos y del Viernes Santo respectivamente, las cofradías de las Aguas y el Museo dieron lugar allá por 1923 al primer Lunes Santo. Al año siguiente se uniría la reorganizada hermandad de las Penas. Con la adición de la histórica Vera Cruz, renacida en un barrio de San Vicente de singular protagonismo hoy, y de San Gonzalo en los años cuarenta, el día tomaría su aspecto casi definitivo en la siguiente década con la incorporación de Santa Marta, Santa Genoveva y el Beso de Judas. Ya en el presente siglo se cerraría la configuración con la joven hermandad del Cautivo y Rescatado.

Rico en contrastes, el Lunes Santo disfruta de una envidiable (para otras jornadas) camaradería entre todas sus hermandades, que presumen de conformar un único cortejo que se echa a la calle a media mañana en San Pablo y que cierran los manigueteros traseros de la Virgen de las Aguas muchas horas más tarde. Esta macrocofradía nos regala las estampas más auténticas de barrios identificados con sus devociones. Si el ejemplo más claro es la riada humana que sigue los pasos del Señor Cautivo en el Tiro de Línea, lo mismo se puede decir del infinito cortejo blanco de Triana, que este año presentará aún más luminosa a su Virgen de la Salud con el manto nuevo. En este primer bloque horario incluimos también a la cada vez más completa cofradía de la Redención, que recupera la salida desde Santiago.

La tarde se hace plena cuando las fúnebres campanas nos anuncien el traslado al sepulcro del Señor de la Caridad. Ojo con no llegar con tiempo porque las breves horas que emplean en la calle no dan excesivo margen para disfrutar de un cortejo propio de otros siglos. Saboreen la señorial elegancia de la cofradía de las Penas, una de las más cuidadosas con su acompañamiento musical. El mejor complemento a ésta, con un aspecto austero y místico más marcado, lo pondrá casi en las mismas calles la Vera Cruz. Y el día se cerrará de forma espléndida con el dolor contenido de la Virgen del Mayor Dolor de la cofradía trianera en el Arenal y con la corporación decana del día. Cuando nos encontremos con la mirada de la Virgen de las Aguas en su barrio próxima a recogerse, sabremos que un año más culminamos un día inolvidable con el mejor broche.