Cabildo

Yo salgo el Martes Santo de penitente

Semblanza del Martes Santo

José María Pinilla
José María Pinilla
04/04/2023

Así comenzaban las célebres sevillanas que el talento de Pascual González nos regaló allá por los años ochenta del pasado siglo. Desde entonces a ahora, no pocas novedades presenta el Martes Santo, pues San Benito dejó de poder cruzar el demolido puente, la ejemplar cofradía del Cerro del Águila demostró que la fe vence a la distancia, Santa Cruz recuperó el Stabat Mater en su primer paso y se han probado todo tipo de fórmulas para reordenar la jornada, incluyendo aquella sorprendente carrera oficial al revés. Un día dinámico y vivo como pocos.

Bien pronto arranca todo, pues antes del rezo del Ángelus se abre paso la comitiva de antifaces burdeos por un barrio entregado a su Virgen de los Dolores, como pudimos ver en la reciente procesión de septiembre. Cuando los valientes nazarenos del Cerro alcancen la Universidad, capirotes azules buscarán desde San Esteban la plaza de Pilatos precediendo al conmovedor Cristo lloroso que daba consuelo a los que dejaban atrás Sevilla. Apenas una hora más tarde, Pilatos preguntará a los congregados en la Calzada si Jesús debe morir, desoyendo las súplicas de Claudia Prócula desde la trasera del misterio. A media tarde, la cabeza real más célebre de Sevilla se asomará por su hornacina para ver el palio azul de la Candelaria a los siempre alegres sones de la Cruz Roja buscando la Alfalfa.

Mientras estas cuatro cofradías avanzan por la ciudad, el segundo bloque del día se pondrá en marcha cuando las luces se atenúan. La muy sevillana plaza de San Lorenzo se abrirá de par en par ante la injusta bofetada que recibe el único Cristo que procesiona de espaldas al pueblo. Poco después, la Gracia de Sevilla bajo palio nos dejará un aroma de elegancia que no querremos que se disipe. Desde la calle Feria se acercará el medido y solemne cortejo que acompaña al Cristo de las Almas, ante el que los cofrades rezamos aquel ya lejano primer lunes de Cuaresma. La jornada la cerrará la cofradía estudiantil, que en breve obsequiará a su sin par Crucificado con un nuevo paso que realce aún más su majestad y, finalmente, Santa Cruz, la hermandad que creó esta jornada allá por 1905. Ver alejarse su exquisito palio a los sones del Maestro Tejera será la nostálgica despedida para muchos. Hasta el año que viene.