Cabildo

La Semana Santa de la sequía

I.Cáceres Dastis
I.Cáceres Dastis
31/03/2024

Ha llovido en la Semana Santa de Sevilla del 2024 como nunca. Es la peor, con los datos en la mano, del siglo XXI. Probablemente, con las semanas iremos comparando esta Semana Santa con las peores de la historia. Al tiempo. En unos días se lo contaremos todo en El Cabildo. La lluvia rompió la sequía del campo y trajo la sequía de las hermandades. Todo una pena, para qué vamos a engañarnos.

Si algo ha demostrado la Semana Santa de 2024 es que es muy difícil, pero que muy difícil, ganarle la batalla a los meteorólogos. Seguro que estos señores estudiosos fallan. Seguro. Pero que aciertan mucho más que fallan… Está claro. Ahí están los números. La Cena, La Paz, Jesús Despojado, El Buen Fin y El Carmen lo comprobaron. Salir a la calle con cierto riesgo, puede ser hasta comprensible. Si te mojas debes ir para atrás o resguardarte. Punto. Sin embargo, éste que les escribe no tenía constancia de que una cofradía, en este caso la del Carmen, haga una estación de penitencia siempre mojándose. Ni Catedral, ni Anunciación, ni Salvador, ni el templo que sea. Capote, costeros y cambios cuando toque, y adelante. 

No crean que esta crítica, que pretende ser constructiva, se va a quedar aquí. Estas líneas no están para eso. Pero hay que decir las cosas como son. Por cierto, aplauso para la el hermano mayor de El Carmen que pidió perdón sin excusas. No como el Hermano Mayor del Buen Fin, cofradía como un castillo, con una Virgen Coronada, misterio nuevo, palio de Esperanza Elena Caro recién restaurado y Cristo de mediados del siglo XVII, que aseguró en su carta de no perdón que “la lluvia les sorprendió”. Perdónenme. Se sabía que llovía el Miércoles Santo, y bien, desde que se estaban montando los palcos. 

Para hablar de esto, lo mejor es acudir a las declaraciones del hermano mayor de la Soledad de San Buenaventura. Poco más hay que decir. Llegar a la Catedral porque sí y cómo sea, pensando en volver también como sea, perdónenme, no es serio.

LOS CHULOS DE LOS PASOS

Y es que ahora está la otra tendencia nueva. Sobre todo desde la pandemia hasta aquí. Y son aquellos que dicen “los pasos siempre se ha mojado de toda la vida y no ha pasado nada”; “¿Le ha pasado algo al Cachorro con todas la veces que se ha mojado”. Miren, la estación de penitencia es un culto externo de la hermandad. El más importante, pero es un culto como puede ser una función principal. Si usted tiene la iglesia que se cae a cachos, no tiene acólitos, no tiene cura y se pone un cualquiera a dirigir una misa con tu casa cayéndose, ¿usted podría celebrar una función principal dignamente? Creo que no. Pues con la estación de penitencia es lo mismo. Si la lluvia aparece y hay riesgo serio de que aparezca, lo lógico es que no se celebre. Después está la otra gran mentira tergiversada al máximo para intentar llevar razón en un el argumento. Se trata de todos aquellos que dicen que los pasos están para evangelizar.  Espero que alguno de estos iluminados sepa decirme si las imágenes con capote, las cofradías corriendo, escondiéndose y sin saber qué hacer en muchos momentos, si eso es evangelizar o está más cerca de la ‘desevangelizar’, si se me permite el término.

LOS COMUNICADOS ANTICIPADOS

Esta nueva iniciativa ha sido noticia en esta Semana Santa de 2024. En este sentido, creo que hay casos y casos. Como dice un gran amigo diputado de tramo de la Esperanza Macarena, las cofradías siempre tienen que estar en el ‘sí’ cuando la lluvia es una posibilidad. Es decir, hay que apurar todas las posibilidades para salir y realizar la estación de penitencia DIGNAMENTE. Si no se puede, pues no se puede.

El Cristo de Burgos, y después Pasión, abrieron esta veda de comunicar cinco o seis horas antes que no se salía. Desde mi punto de vista y, en este caso, no lo entiendo. No lo entiendo porque la primavera ha demostrado que esto de los partes es muy cambiante. No pasaba nada por esperar y acercarse más a la hora de salida. La hermandad tampoco tiene problemas excesivos de organización en el templo o es una hermandad multitudinaria. ¿Pasa algo por esperar a la hora de salida? La Estación de penitencia del hermano nazareno comienza en su casa, con su túnica. El propio hermano, o hermana, puede decidir ante la lluvia no acudir al templo, no debe indicárselo la hermandad. El folclore negro y el querer demostrar la seriedad de una hermandad también existe y es otra tendencia que en muchos casos intenta llevarse al extremo de manera claramente impostada. Si el hermano ya no tiene que acudir a su templo el día de la salida, a ver en qué se queda este invento.

En este tipo de comportamientos hay salvedades. Y sí, hay diferentes varas de medir. No es lo mismo decidir antes (un par de horas), con 3.000 nazarenos en nómina repartidos en cuatro puntos distintos, que hacerlo cinco o seis horas antes con una cofradía de 400 nazarenos. Lo siento, pero no es lo mismo. Sentido común.

LAS PETALADAS EGOÍSTAS

En cuanto a estos señores que hicieron el ridículo en la Esperanza de Triana, porque no hay otra definición, lo único que se puede decir es que son unos egoístas. Primero porque no tiene sentido alguno tirar unos pétalos a los trabajadores de Prosegur, a la Policía Nacional, con gritos soeces, bajunos y maleducados que lo único que buscan es llamar la atención.

Además, son egoístas porque ellos querían cumplir SU misión que era realizar SU petalada, sin importarle la gente que estaba en la puerta rezando. Sin pensar en nadie más que en ellos. Llegar allí con sus cajas, formar su numerito, creerse que lo están bordando y pirarse. Si ya escuchas los audios de los elementos, pues poco más hay que decir.

No creo que sea una responsabilidad de las hermandades este tipo de personas que pueden rodear a las hermandades. Pero sí debe ser su misión erradicarlos. Estos ‘pseudocofrades’ no saben de qué va esto.

LA ESTAMPA

Siempre, al final de cada Semana Santa, estoy seguro que todos ustedes se quedan con algo en concreto. Con una imagen, una chicotá, un detalle que les trasladó a su niñez, a un amor, o a un momento de su vida entrañable. Siento decir que a mí esta Semana Santa no me ha dejado ninguno. Si algo recordaré fue todo aquello que viví mientras no había pasos en la calle. El resto es para olvidar.