Cabildo

A las Glorias, sevillanos

José María Pinilla
José María Pinilla
19/04/2024

Tras una Semana Santa para olvidar en muchos sentidos, los costales, las túnicas y las mantillas han sido relegadas en el armario de la primavera que inmortalizó aquel fantástico cartel de 2017 por los alegres atuendos propios de la Feria, aunque habrá quien seguirá con el mismo traje, en algún bolsillo del cual tal vez sorprenda hallar un programa de mano o el pase de las sillas. Pero, a pesar del cambio de escenario, más de uno se reconocerá en quienes hacen de la conversación cofradiera el tema estrella bajo los farolillos. Ya sea con el codo en la barra, en las disputadas mesas del exterior de la caseta o en la cola de las calesitas si forman parte de los valientes que hasta allí llevan a sus hijos o sobrinos, el caso es que es un foro más que adecuado para darle una vuelta a lo vivido apenas quince días atrás. Y así recreamos aquella chicotá interminable o procuramos entender la decisión que sacó una cofradía bajo amenazadores nubarrones. 

El caso es que el ritmo de la vida no hay quien lo pare, y menos en esta estación tan cargada de eventos en nuestra ciudad. En consecuencia, antes incluso de recoger los trajes de flamenca de la tintorería y apenas librada la batalla para quitar el albero de los zapatos, nuevos atractivos llegan burla burlando, como escribiría Lope. Mayo nos aguarda a la vuelta de la esquina lleno de estampas tradicionales. Con la muy recomendable compañía de unos caracoles y alguna cerveza en insuperable maridaje, el pretexto de tal o cual hermandad de gloria nos llevará a perpetuar la feliz liturgia que suponen estas entrañables procesiones en tardes alargadas que ganan terreno a las noches.

Tras el protocolario anuncio, que vendrá de la mano de Milagros Ciudad en el Pregón de las Glorias a finales de abril, se desatará una esperada letanía letífica en nuestras calles. Las céntricas esquinas de la Costanilla y la Judería se impregnarán, respectivamente, de las necesarias Salud y Alegría, auténticos bálsamos para el espíritu en los tiempos que vivimos. Por su lado, las más modernas barriadas de San José Obrero, Juan XXIII y Alcosa se entregarán al Casto Esposo, a la Anunciación y a la Dolorosa de los Desamparados. La zona del Pozo Santo será bendecida por la lucentina devoción de Araceli y la advocación salesiana de María Auxiliadora teñirá varias collaciones de rosa y celeste. Por último, la sevillanísima iconografía de la Divina Pastora nos visitará desde San Antonio, mientras que la homónima de Capuchinos pondrá el brillante colofón al mes de María. La feliz postdata la supone este año –las fechas de la Semana Santa así lo han querido– que también entren en mayo los traslados de la Hiniesta Gloriosa para presidir el altar que el Ayuntamiento dispone en su fachada plateresca para el Corpus.

No escatimen sumergirse en estas procesiones, verdadera esencia de la historia devocional de nuestra ciudad, afortunadamente alejadas de los excesos que las penitenciales a veces ofrecen. La medida está garantizada en las Glorias. Apúrenlas.