muchodeporte.com Andalucía Deportes

Elías Cuesta, el hombre que susurra a los arcos

Lucas Haurie
Lucas Haurie
01/04/2019
El arquero jiennense dirige a España con el objetivo del billete a los...”

Dar en el blanco no ayuda a llevarse algo al diente, como les pasaba a nuestros ancestros cazadores, pero sigue marcando una divisoria entre la gloria y la nada. La practica del arco requiere instantes de extrema tensión, y no sólo el estrictamente necesario de la cuerda del arco. La presa no se mueve, ciertamente, y el blanco no es blanco, sino amarillo. Pero los estímulos capaces de distraer a un arquero son de variada índole. El viento, los pájaros, la mosca, la araña, la humanidad, incluido uno mismo.

Elías Cuesta, seleccionador español, sirve justo para eso, pues es sabido que sabe susurrar a los arcos. Como demostración, la no escasa cosecha al frente del combinado nacional desde el año pasado. Dos medallas por equipos en los Juegos del Mediterráneo de Tarragona y un casi bronce en el Europeo le han valido al jiennense para ser nominado mejor entrenador del mundo por la federación internacional. Aunque agradecido al reconocimiento, a Cuesta sólo le queda en el alma el empeño de lograr el pase por equipos para los Juegos de Tokio de 2020. Este verano, en el Mundial de Holanda, habrá una primera oportunidad.

Las carreras de los arqueros españoles están de algún modo marcadas por los Juegos Olímpicos de Barcelona. En aquella ocasión, hace ya cerca de 30 años, España lució pebetero y además, sobre todo además, se colgó su único y último premio metálico, nada menos que una medalla de oro. Ahora Tokio es la obsesión de Cuesta. Hace una década fue Londres, en cuyos Juegos Olímpicos participó. Pero aquello fue el principio del fin.

Una grave lesión en el hombro después de los Juegos de Londres, lo dejó dos años sin poder apenas tensar y soltar el arco, lo que le impidió conseguir el billete para Río 2016. De repente reparó en algo. Aunque incapaz de aguantar en primera línea, le quedaba toda una élite que enseñar. Respirar, concentrarse, apuntar, susurrar. "Cuatro años para 32 segundos", una frase que da título al libro de Saúl Craviotto y que sintetiza la vida de un arquero.

Y este arquero andaluz sabe de qué se trata. Once horas diarias entrenando la precisión y la concentración que se trasladan ahora al análisis de la empuñadura de sus pupilos, que son la vanguardia del arco español. Cuesta sabe cómo mantener la cabeza fría y los pies en la tierra. Su itinerario ha sido progresivo. Participaciones en Europeos, Mundiales y el reto olímpico londinense colmaron los sueños de un deportista que se empuñó el arco por la puerta de atrás. Su padre, ligado a la disciplina, lo apuntó contra su voluntad cuando tenía 14 años, época en la que el ciclismo, el fútbol y el baloncesto centraban su atención.

El deber por el arco y la flecha se transformó en pasión por el deporte, cuyas habilidades vieron afinarse en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, donde ahora repite experiencia, pero como técnico. Por el momento, el jiennense ha repetido los triunfos en los Juegos Mediterráneos, de cuyo equipo formó parte en 2013, año de la plata por equipos en Turquía. Ahora se limita a divisar el bien superior de clasificar a España para la cita nipona del próximo año e intentar rememorar, por qué no, el éxito de los Juegos de Barcelona.