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Con galones de grado superior

División de Honor

Bernardo Ruiz
Bernardo Ruiz
23/09/2022
Siete jugadores de conjuntos de Sevilla militaron entre Primera y Segunda B”

Billetes agotados y tramoyistas contratados. Revisores uniformados y luces encendidas. El teatro de la División de Honor alzará el telón con un pelotón de aspirantes al ascenso sobre el escenario. La categoría reina del mapa autonómico retorna con una colección de actores protagonistas y de reparto preparados para la función inaugural. Villafranco, Castilleja, UP Viso, Atlético Central, UD Tomares, Cabecense y Balompédica Lebrijana se batirán el cobre con conjuntos renovados y en los que la experiencia no será un denominador común.

La incógnita que se cierne sobre el imaginario colectivo será habitual cada cita dominical. ¿Quién ha sido profesional en el caprichoso planeta del fútbol? Jornaleros de vocación exclusivamente amateur compartirán anhelos, confidencias y vestuario con otrora iconos de las tres primeras Ligas de ámbito nacional, Primera División, Segunda División y la antigua Segunda División B. De la totalidad de los futbolistas que han inscrito los equipos sevillanos en liza a 23 de septiembre, sólo siete fueron capaces de ejercer entre Primera División y Segunda División B en alguna etapa de su carrera.

El bloque que reúne más galones de jefatura superior es uno de los favoritos, el Atlético Central de Alejandro Ceballos. En la nómina del combinado del Charco de la Pava conviven el central Cifu -en la imagen-, de 42 años y con el mejor palmarés del torneo, y el extremo Jairo Caballero. El zaguero presenta el aval de haber sumado 23 partidos en la Primera División, categoría en la que lució las casacas de Real Sociedad y Real Valladolid. Además jalonan su hoja de servicios 165 envites en la Segunda División, certamen en el que brilló con la SD Eibar, el Cádiz o el RC Recreativo de Huelva, y 133 en la Segunda División B. En total suma 321 duelos entre las tres primeras competiciones estatales.

Caballero, por su parte, exhibe a sus 32 años 124 partidos en la antigua Segunda División B con las camisetas de Sevilla Atlético, Sporting de Gijón B y Villanovense. Junto a Cifu, el ariete de la UD Tomares Salvi Moya será el único integrante del pelotón de sevillanos que luzca la escarapela de la Segunda División, en la que sumó 1 participación con el RC Recreativo de Huelva en el curso 2014-15 y cuando apenas había cumplido los 18 años. Computó 10 minutos a las órdenes de Juanma Pavón en un Lugo-Recre celebrado en el Anxo Carro.

Ya en la jungla de la antigua Segunda División B, -hasta el nacimiento de la Primera Federación la competición de bronce del país-, inscribieron su nombre hasta cuatro jugadores distintos que se forjarán en la División de Honor. El que mejor carta de recomendación presenta es el veterano central del Villafranco José Carlos Romero Infante, Checa. El de Dos Hermanas, de 39 años, jamás escaló hasta la Segunda División, aunque en la B firmó 441 participaciones con conjuntos de la enjundia de Real Jaén, Algeciras, Cacereño, Alcalá, Écija Balompié, UCAM Murcia o el histórico Hércules, entre otros. 

En el tercer torneo estatal en orden de relevancia también se curtieron el delantero del Castilleja Iván Bazán, que sumó 54 partidos con San Roque de Lepe y San Fernando, el mediocentro del Villafranco Rafa Melo, que reunió 16 experiencias con el Sevilla Atlético, y el delantero de la Balompédica Lebrijana Pepelu Vidal, que jugó en 4 ocasiones con el Real Betis B y el RC Recreativo de Huelva. 

Son los comensales de sangre azul. Los elegidos para relatar sus batallas con un halo de realidad antes de cada entrenamiento. Luego, ya en el césped, el pedigrí y la etiqueta serán sólo un reclamo para la clientela de las gradas. El césped iguala a ricos y pobres. A zorros viejos y a incautos cazadores. A tipos que un día fueron héroes de masas y que ahora gozan con el fútbol genuino junto a imberbes que anhelan ser aquello que sus enemigos un día representaron. Es el momento de la función inaugural. Luces, cámaras y acción. La División de Honor alza el telón. Un teatro con nombre propio.