Amor desde la cuna

Tercera Andaluza

Bernardo Ruiz 29/09/2022

De las entrañas de la Tercera Andaluza, la última categoría del pellejo provincial, nacen historias y leyendas emotivas. Tramas dignas de una curiosa biografía. Acotaciones de una vida futbolística en la que el amor por los orígenes se cultiva desde la cuna. Porque cualquier persona regresa al lugar donde nació en un caprichoso momento de su rica experiencia vital. Curtido en mil batallas y con cientos de cicatrices de guerra en el cuerpo.

Pablo García Pérez, Pablo García, 23 años y un talento natural, es un exquisito mediocentro zurdo que desde que era un zagal se curtió allende las fronteras de su pueblo, Alcolea del Río. El Sevilla Este, con el que brilló en la División de Honor juvenil, fue su pasaporte hacia las competiciones de ámbito sénior en la campaña 2018-19, en la que se forjó en la disciplina del Lora, en aquel tiempo en la Primera Andaluza.

Del Lora, en el que cocinó su indomable carácter de talento y carisma, emigró a La Palma, con la que se estrenó en la antigua Tercera División y con la que fue capaz de anotar 4 goles pese a su condición de mediocentro. Su excelente comportamiento en el bloque del Condado propició que el ejercicio precedente se uniera al Gerena, donde reunió experiencia y provisiones para dibujar de color su futuro inmediato. Sin embargo, en enero optó por retornar a su origen y firmó por el Alcolea del Río, el conjunto de su localidad natal.

Ahora, y después de rechazar varias propuestas de enjundia, compagina los entrenamientos con sus compromisos laborales y se afana en ser el nuevo líder de su Alcolea. El ‘10’ es el reclamo del combinado que dirige el veterano José Antonio Muñiz, a cuyas órdenes ha facturado 4 dianas en 2 partidos de la indómita Tercera Andaluza. Un doblete ante el Brenes Balompié en la sesión inaugural (0-5) y otro ante el Campana Balompié (4-0). Es el pichichi del grupo, aunque en realidad su objetivo es ser el alma máter del equipo de su pueblo, el de Pedro Luis Merat, director deportivo, presidente y referente, y Muñiz, un zorro viejo que se resiste a la retirada. O, al menos, a retirarse antes de tiempo. Antes de ascender con el Alcolea. Promesa de gente noble. Palabra de hombres buenos.