muchodeporte.com Hoy es noticia...

Una solución "loca" para acabar la Premier League con público

Lucas Haurie
Lucas Haurie
19/05/2020

La Bailía de Guernsey es un territorio británico frente a las costas de Normandía, la más literaria de las Islas del Canal (el de La Mancha, sobreentienden los muy etnocentristas ingleses) y no sólo porque Víctor Hugo terminó de escribir allí “Los miserables”, su obra más universal. El escritor borgoñón residió en Saint Peter Port, en una villa llamada Hauteville House, donde también redactó una novelita dedicada a los habitantes del lugar, “Los trabajadores del mar”. Sobre la ocupación nazi de este enclave versa otro delicioso libro, “La sociedad literaria del pastel de piel de patata” (Mary Ann Shaffer), pero la pequeña historia de Guernsey puede verse revolucionada por otro motivo.

El caso es que Guernsey y casi 70.000 habitantes han proclamado a sus 80 kilómetros cuadrados territorio libre de coronavirus después de que no se haya registrado ningún caso positivo en las últimas tres semanas y la sanidad local asegura que sólo quedan cuatro pacientes de Covid-19 en toda la isla. La Gomera, en el archipiélago canario, o la pitiusa Formentera están en parecida situación. Con la Premier League en busca de un escenario neutral para disputar los 92 partidos que faltan para completar la temporada, un habitante espabilado le ha sugerido al ministro jefe, Gavin Saint Pier, que se proponga como sede.

“Guernsey ha erradicado el coronavirus: todos los futbolistas llegan, se ponen en cuarentena durante catorce días y terminan el campeonato aquí”, en el estadio Footes Lane, un recinto con cinco millares de asientos que los aficionados locales podrían llenar, en vista de que entre ellos no corren el riesgo de contagiarse. “Podríamos hablar del asunto y ejecutar el plan de forma segura. Es algo complicado y un poco loco, pero nunca se sabe”, ha sido la respuesta de Saint Pier. Para los más finos catadores de fútbol, elegir esa sede sería un homenaje a la mayor gloria del deporte local, Matt Le Tissier, un absoluto genio del balón –sería una versión normanda de Mágico González– que impartió su magisterio en el Southampton al final del siglo pasado.